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Y deja a la tuna pasar…

Caramba, qué semanita de fríos y amenazas de nieve que luego no fueron tales. Fíjese en la próxima: si con tiempo le avisan durante días de que va a caer “la gran nevada” en la ciudad, cálcese mocasines si quiere porque no habrá ni rastro del blanco elemento. Otra cosa es cuando no hay avisos. Esa si es la buena. Ya, ya se que la meteorología no es una ciencia exacta pero a veces parece que no hubiera pasado el tiempo desde Mariano Medina. El caso es que ahí se han quedado, al ralentí, las máquinas quitanieve preparadas por todas las esquinas para actuar ante la nieve. Ninguna administración quiere verse en la situación de principios de 2018 y chico, sólo viendo los números cuando cantan “los efectivos y medios” que tienen dispuestos, parecería que todo va a estar más que bajo control… Se lo cuento cuando caiga la buena. Lleve cadenas y el móvil cargado.

Eso si, ha habido ocasión para que las teles manden al aterido redactor que en pleno puerto de Navacerrada de cuenta en los telediarios de la caída de los copos en la montaña con rótulo en la pantalla indicando que está en “la sierra de Madrid” a la que se refieren incluso algunos documentos emitidos por ministerios. La viñeta que nos presta hoy Celia Uve expresa fielmente nuestro parecer sobre la usurpación impenitente de la montaña.

Que las calles hayan estado despejadas ha permitido el peregrinaje por los medios de Beatriz Escudero, la exdiputada del PP, en sensible despedida del pueblo, al que no veo tan apenado, y dispuesta a “buscarse la vida” fuera de la política tras perder el apoyo ciudadano. Mucho más discreto, el “ciudadano” Eduardo Calvo, que también perdió su acta el 10N y que, como vino y estuvo, se ha ido: en silencio y sin que se le conozca vinculación alguna con la provincia que le hizo parlamentario durante medio año. Cosas de paracaidistas. Hombre, lo mismo está con los votantes de Ciudadanos, que dice el dirigente local, Alfonso Martín, que siguen siendo fieles a los naranjas, pero que esta vez han preferido abstenerse. Como pretexto para justificar casi 12.000 votos menos desde abril…

Ya que estoy con esto de los candidatos me he acordado de Raquel Sanz, que fue aspirante al Congreso en abril, no logró acta y… nunca más se la vio en la sede del PP ni como apoyo en los actos de campaña de alguna de las cuatro citas con las urnas que ha habido desde entonces. Bah, será que está muy liada en su puesto de asesoramiento en el Grupo popular de Pilar del Olmo y José Antonio de Santiago Juárez, en Valladolid. Caramba, luego que si se nos vacía la provincia.

Vicente Belenguer.

Si ha estado Sanz esta semana en Segovia pero era porque se celebraba el juicio contra el maestro, Vicente Belenguer, que difundió graves insultos y se alegró públicamente en las redes sociales de la muerte de su esposo, el torero, Víctor Barrio. El asunto ha quedado visto para sentencia aunque ciertamente es difícil imaginar al juez dando el martillazo sin saltar el ojo a alguien en los angostos espacios del juzgado de lo penal, donde togados, acusados y acusadores prácticamente se tocan y se sientan a escasos centímetros unos de otros.

Situaciones como esa son las que se pretende evitar con un nuevo edificio que albergue las sedes judiciales, como el que lleva ya tres años de obras y parones en la avenida de Gerardo Diego. Acaba de abrirse el proceso para contratar una nueva constructora que lo acabe, por 10,6 millones como precio de partida y ¡20 meses de ejecución! Bah, hasta 2036, para cumplir la media de duración de las obras de infraestructuras en Segovia, tienen tiempo.

Que no se diga que no soy positivo, que me paro en los datos de la concesionaria de autobuses entre Madrid y Segovia que ¿a que no lo imagina? Tiene una “alta valoración” entre los usuarios según sus propios estudios (que no muestra) y ha aumentado una barbaridad el número de viajeros. Y ahí va el anuncio: sustituirá los autobuses de 13 metros y 48 plazas por otros de 15 metros y 60 plazas. No es por incordiar pero así, en frío, parece que en dos metros van a meter a 12 viajeros más y algo me dice que más apretados…

Bueno, no es tan grave teniendo en cuenta que los autobuses rinden viaje en la estación de autobuses de Ezequiel González, la de la “remodelación integral” de hace dos años en la que olvidaron de intervenir en los servicios y claro, hay que hacer la obra ahora. Mientras, media docena de letrinas portátiles espera al viajero incontinente. Pues me aguanto hasta Madrid.

Ya he venido a parar al Ayuntamiento, pero no pienso estar demasiado tiempo aunque si lo justo para fijarme en las disquisiciones abiertas de la alcaldes con los técnicos, otrora excelente parapeto. Resulta que el Consistorio acabó en el juzgado por un quítame allá la obra de reparación de una conducción de agua en el Camino de la Presa, en San Lorenzo y cuando el juez ha dado como perdedor al Ayuntamiento obligándole a asumir las obras que quería encasquetar a los vecinos, Luquero se ha desmarcado diciendo aquello de “ya lo decía yo” y lamentando que los informes de los funcionarios llevaran a esta nueva derrota en los tribunales que ella veía cantada. “Algo huele a podrido en Dinamarca”, decía el inglés aquel o “Se nos rompió el amor de tanto usarlo” cantaba una española.

Tuna de Magisterio de Segovia.

Hombre, hablando de cantar. Dice la Real Academia de la Lengua que una tuna es “un grupo de estudiantes que forman un conjunto musical”, universitarios por lo general y a la vista de las edades medias —así, a ojo, sin tirar de DNI— que presentan los miembros de la de Magisterio creo que también vale si la matrícula es en la Universidad de la Experiencia.

Llevar una vida entera (literal) como tuno tiene ventajas, no crea, entre otras, la acumulación de experiencia y un manejo casi automático de la bandurria, la pandereta y otros instrumentos “tuneros”, tanto que los de Segovia se han traído dos premios del certamen celebrado en Cáceres y tan animados se ven que anuncian que Segovia será sede del encuentro del año que viene. Pues que bien. No me lo pierdo.

De hecho me voy a comprar un casete para ponerme al día. Con su tra, la, la, lalá y todo.

Author: Justo Verdugo

Justo Verdugo, segoviano de cierta edad es un observador de su entorno y un ávido consumidor de las noticias que se publican en cualquier soporte y lugar. Con periodicidad semanal, el autor resume sus conclusiones en esta sección, en la que todos los ciudadanos están invitados a opinar a través de sus comentarios.

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7 Comments

  1. Si te pagarán por quejarte serias millonario…

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    • Sí ‘Andrésg’, pero ¿los viajes de Beatriz a Madrid qué, una pasta, majo? o ¿También iba a gastos pagados todos estos años? Lo mismo entre sueldo -mínimo 3.800 euretes (parte sin impuestos), sin contar dietas comisiones ‘palmera-), complementos varios, descuento pago de IRPF, material de trabajo última generación informática, iphone, ipad… buen fondo de pensión, alguna inversión y ahorrillo y ¡tatachán! pensión jubilata a tope, algunos no pueden vivir.

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      • León, si tú fueras político lo harías igual, y lo sabes.

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  2. Respecto a tu post sobre la tuna:
    Dada nuestra experiencia tocamos automáticamente. No como estos pseudo periódicos digitales, que lejos de agilizar la información, recogen la de otros con 10 días de retraso (en el tiempo, no se vaya a entender como ofensa al firmante)

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    • Serán otros digitales, esté es bastante diligente y rápido, como casi todos los periódicos digitales segovianos. Lo de la tuna segoviana, aunque ‘ajos coma’, es para nota, pero de ‘ut’ para abajo 😉 Y no soy de ‘Def con Dos’ y de ‘tuno bueno el tuno…’ pero vamos no olviden la glucosamida (aunque parece que ya no la va a financiar la SS) ¡Salud!

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    • Esperemos que al menos estén apuntados a algún master ajjj!!! no jjja!!!

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    • Pero hombre, Ismael. No se enfade. Si es precisamente mi edad, viejuna, la que me lleva a fijarme en cosas como la tuna de 50 años, mínimo, de edad media de sus componentes. Este digital (no se si para usted es pseudo digital o pseudo periódico), claramente ciego a las cosas que realmente importan y son trascendentes, ni se había fijado en el logro conseguido por su toque “automático” en el certamen de Cáceres y por eso pensé que yo, que si miro otros periódicos de tronío, debía recuperarlo en mi sección aunque fuera unos días más tarde. ¡Pues no me habré divertido yo ni nada con los clavelitos y la chica compostelana! Eso si, hace varias décadas, cuando todos éramos mucho más jóvenes y la ropa no nos quedaba holgada.

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