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A las ovejas les da igual las elecciones

Pues ya ha empezado la carrera electoral. Lo hizo a primerísima hora del viernes. Bueno, algunos se adelantaron un poco —serán los nervios— y ya andaban enseñando sus carteles un rato antes de la hora “cero” y otros, hasta repartían artículos propagandísticos como por lo bajini —será el placer de quebrantar las normas aunque sea un poco, que da morbo— antes de las campanadas.

Por cierto, lo de la mercadería electoral anda flojo esta temporada y lo que antes era un aluvión de chapas, bolis, mecheros y hasta artículos que nadie sabía averiguar su utilidad —ole el comercial de la agencia de turno, un tío hábil— ahora es un folletito y poco más. Hasta ahora sólo he logrado una libretilla con mini boli. Pobre botín.

PegadacartelesDESTACADA - copiaBueno, que me pierdo. Estaba en la pegada de los carteles —me aburrí. No había espectáculo— y el comienzo oficial de la campaña, al día siguiente. Luego, el sábado, pasó lo del avión de Sevilla, un accidente laboral, lamentable, pero accidente laboral, que sin embargo dio pie al Presidente Rajoy a parar un mitin y acto seguido, los partidos suspendían todos los actos de campaña para el sábado. Un poco exagerado para mi gusto pero claro, estamos en temporada electoral y a ver quién mete la pata… Pues mejor por exceso que por defecto, habrán pensado los asesores.

¡Hombre! Me ha salido la fontanería, que me dicen que está funcionando a todo tren en el primer gran combate (vale todo) de esta campaña, ese asunto de los autobuses que no llevan publicidad electoral pese a estar contratada por PP y UPyD

150508-De-Vicente,-Ortiz,-Ruiz,-Urbanos1(p)La trama lo tiene todo: presuntas llamadas sotto voce que habrían “convencido” a la empresa de autobuses a aceptar que en campaña electoral no se hace publicidad electoral en los autobuses; una empresa que explota la publicidad que dice que no entiende nada, aunque entre sus representantes en Segovia, en plena calle y en presencia de los representantes de los partidos afectados y un periodista de esta casa se hablan con medias palabras con tonillo de “tu ya sabes y no me hagas decir más”; y parcas explicaciones desde el Gobierno municipal. Espero con ansia el siguiente capítulo.

Ya le advertí que hay que desgranar las propuestas que se pongan sobre la mesa, que ya van saliendo ideas y también ocurrencias. Digo yo que eso es lo que será la idea de Segoviemos sobre la ocupación civil de la Base Mixta (el centro se llama de otra manera, ya) y también ha vuelto el clásico del túnel bajo la ciudad desde el Salón a la SEK con Giráldez como impulsor.

Bueno, ya le iré contando lo que dicen los candidatos, que hasta ahora no me dejan oírlos bien los ministros, ex ministros, y otros hermanos mayores que han poblado la provincia en la última semana para “arropar” a los aspirantes y además, a todos los partidos —a todos— a los que les he pedido el programa completo me han dicho que ya me lo darán “cuando esté”, sin fecha… Pues eso.

Fuera de la caravana electoral, la vida continua. Por ejemplo, siguen funcionando los centros de salud. Bueno, no siempre, que el sistema informático —Medora lo llaman y los profesionales, así, en general, no están nada contentos con él— que controla desde los historiales hasta las bajas, citas y recetas, se vino abajo en toda la región y claro, todos los ambulatorios, parados. Hay cabreo entre el personal y caras de póker en la Consejería.

Otro con un mosqueo de los gordos es Juan Perro —ya sabe, Santiago Auserón, el de Radio Futura— que hasta ha emitido un comunicado para denunciar que tiene un contrato (verbal, que el de papel está sin firma) para actuar aquí en las Fiestas y que a última hora les han sacado del programa. ¡Caray! ¡Otro contrato con lío!

Más contentos están los que han logrado salir de las listas del paro en abril —878 en total— que oiga, está muy bien. Ya con contratos fijos y otros 11.000 parados menos, esto será la leche.

Y como unas castañuelas, el abogado Raiz, conocido por sus denuncias contra alcaldes y responsables eclesiásticos a los que exige el cumplimiento de la Ley que obliga a retirar los símbolos y elogios franquistas de la vista pública. Pues en Segovia se ha encontrado al primer obispo de España —la casualidad quiere que se apellide Franco— dispuesto a hacerle caso y dejar la provincia monda de listas de caídos de un solo bando y otros ornamentos en los edificios de la Iglesia.

Yo soy más sencillo. Me vale el bucólico espectáculo de las ovejas y caballos pastando en zonas verdes de Segovia para prevenir incendios en verano mientras, bajo una sombra, me leo el primer libro del siempre inquieto publicista (y otras muchas cosas), Juan Carlos Monroy, “Yo maté a Kaulak”, por ejemplo.

Vale, lo digo para que vea que para mi, prima la información: Una carrera de mujeres, de esas que tan poco me gustan por sectarias, ha reunido a 30.000 en Madrid para correr siete kilómetros recaudando dinero para investigar el cáncer de mama.

Pues ya ve, dicen que el uso hace costumbre pero mire, no me acostumbro.

Author: Justo Verdugo

Justo Verdugo, segoviano de cierta edad es un observador de su entorno y un ávido consumidor de las noticias que se publican en cualquier soporte y lugar. Con periodicidad semanal, el autor resume sus conclusiones en esta sección, en la que todos los ciudadanos están invitados a opinar a través de sus comentarios.

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