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Riofrío: Un bosque, un palacio y unas vivencias

El volumen cuadrilongo del palacio de Riofrío destaca solitario entre el disperso caserío del piedemonte de la Sierra del Guadarrama.

 

Tengo Parkinson, pero en mi cuerpo siempre mandaré yo ¡Vive la vida ahora!”

 

Antonio Sánchez Escudero.

El lema anterior versa en la camiseta de Antonio Sánchez, un luchador contra las enfermedades que, a sus 81 años, es todo un ejemplo de superación.

Hace unos días, Antonio, dejó un ‘comentario’ en una entrada dedicada a ‘Riofrío’, en el Blog ‘Rutas e Historias en torno al Guadarrama’. En dicha nota expone su relación con el bosque y palacio de Riofrío.

Aprovechamos que va a hacer un año en que Patrimonio Nacional reabría, tras una importante reforma, el palacio real de Riofrío, para recopilar las entradas dedicadas a este bello recinto en los Blog de este digital: ‘Retrosegovia’ y ‘Por la Sierra’.

De paso nos solidarizándonos con todas las personas que, como Antonio, padecen una enfermedad y se superan día a día (un recuerdo especial para el periodista, natural de Caballar, recientemente fallecido, Jesús Martín Tapias).

Y, abusando de la gentileza de Antonio Sánchez, incluimos un resumen de sus vivencias en Ríofrío en los años 40 del siglo pasado. Experiencias de un pasado aún latente que nos muestran una forma de vida y de sentir la naturaleza que, muchos, recordarán –Ver Nota 1-.

Enlace 1: Reapertura del palacio real de Riofrío.

Bosque y palacio de Riofrío, Segovia.

Nos adentramos en un mundo donde aún las robustas y matriarcales encinas castellanas, de Miguel de Unamuno, no han sido sustituidas por los quejumbrosos pinos ¡queixumes dos pinos!

Enlace 2: Riofrío, un río, un bosque y un palacio (1).

Estamos quizá, como recordó el naturalista Carlos de Hita:

‘…en el bosque de montaña mejor conservado del centro peninsular’. Un espacio que nos sorprende por dentro y por fuera: los rastrillos de entrada y salida de las aguas que le dan vida, sus puertas de acceso, su inacabado palacio… historias y leyenda de la zona.

Enlace 4: Riofrío, un río, un bosque y un palacio (2).

En un espacio tan ‘real’, muy relacionado con la cuestión cinegética, no podía faltar una historia relacionada con la realeza y las cuestiones de Estado: la cacería protagonizada por el presidente de Francia, Émile Françoise Loubet y rey de España, Alfonso XIII. Batida que tuvo lugar en el otoño de 1905, como parte de los homenajes a tan ilustre visitante. Agasajo que hoy, como comentamos en su momento, sería impensable o al menos su propaganda de forma pública y manifiesta. Antaño, era uno de los obsequios más cotizados en las relaciones institucionales.

Enlace 4: Riofrío, 1905. Real y republicana cacería (postales de Segovia).

 

Tarjeta postal de una cacería en Riofrío, 1906, el rey Alfonso XIII, al fondo la reina Victoria Eugenia.

 

Nota 1: Vivencias de Antonio Sánchez en ‘su’ Riofrío.

Antonio Sánchez Escudero, ‘Antoñito’, en Riofrío, Segovia.

Antonio Sánchez Escudero, el protagonista de este relato, será ‘Antoñito’ para narrar sus vivencias en el recinto del palacio.

Un niño, tenía 5 años, que se traslada de su Madrid natal, tras la cruenta e incivil guerra española, al solitario monte y el palacio de Riofrío.

Un suntuoso edificio y un inmenso ‘jardín’ que sería su casa en los difíciles años de la posguerra española, de 1942 a1950, …vinimos de Madrid, con mi padre Antonio Sánchez Granjo, en calidad de conserje, para hacer el inventario.

Años duros, como decimos, en los que recuerda, …el sueldo de mi padre eran 270 pesetas al mes, algo menos de 2 euros. Aquellas 270 pesetas de entonces serían unos 300 euros de ahora, pero como todo estaba racionado el estraperlo tenía precios abusivos.

Antonio era el más pequeño de cinco hermanos, dos chicos y tres chicas. Pronto sus hermanos parten a Madrid para trabajar, …yo, el niño, me quedaba en lo que iba a ser mi campo de infancia. Ni agua corriente, ni luz eléctrica, ni escuela, ni amigos.

Lo primero lo suplía con un arroyo y un quinqué. La enseñanza y las amistades, …la escuela era mi padre y mis amigos eran mi ‘otro’ Antonio y nombres virtuales. Ideaba y creaba juegos. Mi amiga imaginación trabaja libre.

Antonio Sánchez con sus padres y algunos hermanos en la puerta de palacio.

Las pocas fotos que ‘iluminan’ este breve relato de su vida en Riofrío, son los escasos recuerdos gráficos que le quedan (comenta ‘cabreado’, …yo era el pequeño y no me hacían fotos).

Interesantes fotos que marcan una época. En ellas podemos observar a un pequeño Antonio, solitario, ‘bajo los arcos de la plaza de armas‘ o en grupo ‘de pie y alegre junto a los mayores que se fueron y yo me quedaba solo como siempre‘.

En otra instantánea, podemos ver a Antonio con sus padres y tres de sus hermanos en la puerta principal de acceso a la escalera principal de palacio, …como se puede ver la puerta estaba muy deteriorada, era 1945.

Recordatorio de la Primera Comunión de Antonio Sánchez.

Pero, como siempre, todos retornaban a Madrid y el pequeño ‘Antoñito’ volvía a su soledad, …con los gamos, murciélagos, milanos, buitres, conejos, saltamontes y demás amigos.

Antes de seguir con el relato de los recuerdos de sus correrías por el monte y los alrededores, una interesante anécdota.

Recuerda que tomó la Primera Comunión en la capilla del Palacio Real de Riofrío, …creo que soy el único que hizo la Primera Comunión en palacio (queda constancia en la estampa de recordatorio de la efeméride que reproducimos; curiosamente pone ‘La Losa’, cuando el recinto pertenece al Real Sitio de San Ildefonso).

Todos los domingos se celebraba misa en palacio …para mis padres y yo; el guarda mayor Señor Muñiz y los guardas y sus familias de la Puerta de Madrid, Revenga. Hontoria y Madrona.

Antoñito hacía de monaguillo para el padre Ángel que llegaba de Las Navillas… en latín, cambiando el Misal de lado y haciendo sonar las campanillas en la Consagración. Todo con un gran respeto.

En sus apuntes sigue rememorando sus andanzas por estos parajes y los animales que observaba:

…La Lastra y el Enebral donde hacían nidos las águilas reales. También había venados y jabalíes. Había millones de mosquitos, miles de grillos, saltamontes de todos los tamaños y colores. No existía el DDT. Miles de golondrinas, en verano, llenaban de nidos los bajos de los balcones, y un buen día desaparecían todas. Anunciaban la proximidad del invierno, al igual que las grullas que cruzaban los cielos en perfectas formaciones en ‘V’ o ‘W’.Por la noche, plagada de estrellas, se veían cientos de miles de murciélagos dando vueltas alrededor del palacio.

Al no tener acceso a diarios, ni radio, ni televisión y, por supuesto, móviles… mis silbidos comunicaban con todos los animales. El equilibrio total.

Antonio Sánchez con sus hermanos, al fondo el palacio de Riofrío.

Su imaginación, como comenta, y el empeño de un niño que ha de ingeniárselas para ‘sobrevivir’ a su infancia solitaria le lleva a indagar en su entorno:

…descubrí algún búho real, en las buhardillas del palacio donde colgaban miles de murciélagos, bajo los cuales se acumulaba medio metro de altura de ‘murcielaguina’.

Más tarde aprendería cómo los labriegos de Madrona acudían a por el guano para usarlo de abono. Los leñadores, llegaban para podar las encinas, cada una con su idiosincrasia que se hacía notar en el color, tamaño, textura y sabor: cada bellota era única, nunca dos iguales.

De ahí, seguro que le viene su amor por los árboles y el abrazarles para sentir y adquirir fuerza contra las adversidades y la enfermedad,

 … Cuánto aprendí en Riofrío. Su fauna y su flora, la tierra, las piedras, el río, la nieve, las tormentas cuyos rayos certeros alcanzaron un jarrón de una esquina de palacio derribándolo. Aún sigue el sitio vacío.

No podía faltar en estas pequeñas memorias el recuerdo de las cacerías. Estamos en un espacio que ha sido recreo cinegético desde hace siglos:

…las cacerías eran preparadas por ojeadores para apremiar a mis asustados ‘amigos’, los gamos, hacia las casetas donde se apostaban los cazadores, entre ellos el general Franco. Al final de la tarde podía ver 100 gamos tumbados, sin vida ya. Ocurría una vez al año. Con quien me lo pasaba bien era con la cantidad de cocineros y reposteros que llevaba. Dos días comiendo manjares. Luego todos desaparecían, los grandes coches, las ruidosas y enormes motos…

Gamos en el recinto del palacio de Riofrío, Segovia.

Cuando partían, todo volvía a la normalidad. Al cotidiano discurrir natural de la vida en medio del campo. La magnificencia de la Naturaleza en estado puro:

…las abubillas, las chovas, los verderones y la atmósfera se alegraban con el repiqueteo del pájaro carpintero. Por todo lo alto los buitres, como naturales camiones de la basura vigilaban atentos al viejo gamo que caía para morir.Las abejas, por su cuenta, siguiendo a la Reina hasta que esta escogía el tronco hueco de una vieja encina, con vistas al sur, donde ya instalada copulaba con los zánganos, dando vida a nuevas abejas obreras. La vida continuaba todos libres.

Libres como la cacera que discurría al lado de la carretera, un pequeño canal de ladrillo con cemento, que regaba una pequeña huerta.

Aunque, a veces, hemos de revivir historias tristes, incluso amargas, como la ‘vivida en cuerpo y alma‘, con la gallina ‘Culiendres’, su favorita… una gallina, pequeña, fea, acosada por todas, que dormía sola en un rincón y que además no ponía huevos. La ‘Culiendres’ me enseñó que, con paciencia y tesón, todo se consigue y que el milagro lo tienes dentro de ti. Encuéntralo.

Otros recuerdos, pueden ser ‘tremendos’, en palabra de Antonio, …el día que la zorra me mató mis queridas 35 gallinas, nuestro capital. Mis queridas amigas cuyos huevos yo vendía con una cesta a los veraneantes de Madrid que pasaban el verano en las Navas de Riofrio. Sólo me dejó el gallo que corría y se defendía espantado.

Puerta y casa de guardas del recinto del palacio de Riofrío.

Así lo recuerda ‘Antoñito‘, grabado en su memoria:

…estaba solo yo con mis años de niño pequeño. La zorra me podía en tamaño y destreza, pero mi rabia incontenida, me hizo lanzarme hacia ella con una pequeña chaira que llevaba en un bolsillo, dispuesto a vengar el terrible asesinato de mis amigas que acaba de presenciar cuando ya la zorra había satisfecho sus ansias asesinas. La asesina dando grandes zancadas se alejó hasta el lugar donde la altura del muro era menor. Dio un salto hasta la mitad del muro y tomando impulso se plantó sobre la una piedra redonda en todo lo alto. Allí se quedó, quieta, contemplando su escabechina. Al verme tirarle una gran piedra saltó al otro lado. Yo sabía que no se había ido del todo y que al primer descuido saltaría para llevarse alguna gallina. Con mi corta edad tuve que decidir. Improvisar. Si gritaba nadie me oía. Así que opté por coger cinco gallinas, echármelas a la espalda y correr a mi casa. Estaba en el primer piso de las caballerizas, unida a un costado del palacio. Subí la escalera de caracol y gritando con todas mis fuerzas decía: ¡La desgracia de nuestra vida! ¡La ruina de la casa! ¡La mayor desgracia del mundo! y otras que no recuerdo. Mis padres me oyeron. Mi madre asustada pensó:

-Ay por Dios. Que se habrá roto ahora. ¡Cómo estará!

Porque no era la primera vez que venía sangrando de caídas. El riesgo era parte de mi vida. El puente que había y hay, en el río me gustaba gatearlo de abajo arriba. O correr por el bordillo de lo alto del palacio que lo rodea. O subir gateando los murallones. O atar una cuerda y bajarme por ella en un precipicio. ¡Bendita adrenalina! El que llegara a casa sangrando era normal. Cuando me vieron aparecer con las gallinas al hombro, respiraron. Mi querido padre me dijo como siempre: 

-Antoñito, todo tiene solución.

Comimos carne todos los días. Aprendí que de todo y por muy terrible que sea siempre hay una parte positiva.

Hasta aquí sus recuerdos infantiles en Riofrío. Pero Antonio Sánchez Escudero tiene a sus espaldas ocho décadas de vivencias:

Portada del libro ‘Prefiero ser feliz’, de Antonio Sánchez.

…durante 8 años aprendí y practiqué psicología. Convirtiéndome a veces en un coach y otras, en magistral coach.

De ahí me viene mi empatía con la gente, que llegan a decirme: ‘Antonio, eres como un imán de atracción con quien y en donde quieres estar’.

Un día, ya con 80 años, fue muy fácil para mí, levantar y poner todo el teatro Alcalá en pie en el programa ‘GotTalent’, cuyo video puede verse en Internet: Antonio Sánchez un ejemplo de superación’.

Ahora a mis 81 años doy clases en la Universidad, hablo 6 idiomas, pinto, escribo libros y doy conferencias.

Antonio Sánchez, con guantes de boxeo.

Alguna locura del niño que llevo dentro, y que tanto admiran los jóvenes, cuando me ven hacer 70 flexiones en un minuto.

Hago boxeo, bailo salsa, para luchar y combatir y, todo gracias al Párkinson, que tengo y que no padezco, el que padece y tiene miedo es él de mí, desde el año 2001.

Mi hobby es aprender disfrutando. Me encanta dar. Mi palabra preferida: Gracias, que la he nombrado en 55 idiomas.

Un abrazo fuerte, como el que se deberían dar los políticos, muy eficaz para acabar con absurdos problemas que sí tienen solución.

Antonio Sánchez, haciendo flexiones.

Antonio Sánchez Escudero, un casi ávido aprendiz

 

Author: Juan Pedro Velasco Sayago

Blog de montañismo y excursionismo sobre el Guadarrama, a cargo de Juan Pedro Velasco Sayago. (Coordina el Blog 'Retrosegovia', publicando temas relacionados con la tarjeta postal ilustrada de Segovia).

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10 Comments

  1. Gracias Monroy, un saludo, JP

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  2. Me ha encantado. Una reproducción real de Riofrio y la vida en aquellos años. Los textos y las expresiones te ponen en ellugar y en la época. Excelente trabajo periodístico. Enhorabuena.

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    • A veces, las cosas se ponen ‘de cara’. Antonio, es un saco de experencias sin fondo. Gracias Álvaro por lo que nos corresponde. Un saludo, JP

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    • Muchas gracias Álvaro y gracias a Juan Pedro por publicar parte de mis vivencias. Por estas fechas solíamos varear algunas encinas que recogíamos del suelo con las manos “heladas”. Mi padre las hacía una hendidura y las cocía en un puchero de barro sobre unas trébedes encima de las brasas de encina en la campana y que atizaba con una badila. Que ricas estaban.. el hambre es el restaurante de los 5 tenedores. Mi querido Riofrío, cuanto has cambiado!!. Señores gamos que os acercáis a los coches. Entonces era imposible acercarse. Según corría miles de saltamontes se desplazaban, pequeños, grandes, medianos, diferentes colores…aquello era la vida latente del aquí y el ahora, se saboreaba el instante contínuo… cuanto me enseñaron, cuanto aprendí de mis hermanos animales, de la fauna y flora. Gracias a aquel aprendizaje soy un conferenciante que engancha como un imán. Me encanta asistir en persona a mis conferencias…aprendo siempre algo nuevo. Un abrazo para todos y os quiero

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      • Gracias, Antonio, por acceder a contarme una mínima parte de experiencias, para poder dejarlas en este Blog de ‘Historias’ del Guadarrama.

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  3. Bonito relato. Sólo una aclaración, somos algunos más los que hicimos la primera comunión en la Real Capilla del Palacio de Riofrio. Bien es cierto, que ya en los años 80; al menos que yo sepa. Saludos.

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    • Gracias, Faus, por leernos. Antonio, seguro se refiere a aquellos años, aunque especifica que ‘creo’ que fui el único que hizo la comunión en palacio. Saludos, JP

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  4. Excelente y emotivo artículo sobre las vivencias en torno a uno de los monumentos menos promocionado de nuestra ciudad y de Patrimonio Nacional.

    El bosque de Riofrío es uno de los parajes más hermosos de nuestra provincia, tanto desde un punto de vista biológico como geológico. Que pena que no haya ningún interés en que todo el mundo pueda disfrutar de él como lo hizo nuestro amigo Antonio Sánchez.
    Gracias por compartir tus vivencias

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    • De acuerdo totalmente en su interés paisajista, biológico, geológico… y de remanso de paz, Kiko. Me posicioné en una entrada sobre la finca de Quitapesares: “…verdaderos pulmones de verdor en el cada vez más agobiante paisaje urbanístico que nos rodea…”.
      Un saludo, JP

      https://www.acueducto2.com/la-real-quinta-de-qitapesares/8519

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