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El Duratón y la ermita de San Frutos

Panorámica de la hoz del Duratón con la ermita de San Frutos.

Fiesta de San Frutos 1988.

Un año más se celebra un nutrido programa de solemnes actos, civiles y religiosos, en honor del santo patrón segoviano Frutos.

Anacoreta que se retiró a los desérticos paisajes del cañón del Duratón, en Tierra de Sepúlveda.

Un espacio, las Hoces del Río Duratón, declaradas Parque Natural por la Junta de Castilla y León.

Enlace 1 (hacer ‘clic’ en el texto): Parque Natural de las Hoces del Río Duratón.

San Frutos, milagro de la ‘cuchillada’ en la ermita.

De él, dije en su día:

“[…] que sustrae espíritus y termina arraigándose en el alma de manera especial”.

También he escrito, en alguna ocasión:

“quizá tiene algo que ver mi querencia por este rincón de la geografía provincial segoviana la memoria del hermano de mi tatarabuelo Joaquín, Luis Garrido, que fue cura-párroco de San Frutos (1869-1876) o quizá los muchos momentos que he pasado en la zona”.

Sea como fuere, recopilamos en este espacio de ‘Retrosegovia’, para los interesados en conocer un poco de historia de la zona a la que se retiró nuestro eremita Patrón, algunas de las entradas de nuestro Blog ‘Rutas e Historia en torno al Guadarrama’, dedicadas al espacio en el que San Frutos pasó los últimos años de solitaria vida.

Enlace 2 (hacer ‘clic’ en el texto): El venerable San Frutos, patrón de Segovia.

Un suceso en el ‘desierto del Duratón’.

De paso, nos hacemos eco de un texto de Gonzalo España, escrito hace 75 años y que acaecido en la ermita del santo. Suceso que bien pudo ocurrirle, quién sabe, a mi antepasado el sacerdote Luis, como relataré después.

El artículo llevaba por título: En el desierto de San Frutos. ¿Crimen o robo frustrado por los tiros de escopeta de una intrépida sirvienta?

Gonzalo comenta en su relato que, siendo niño, visitó varias veces:

“[…] esos desolados parajes, situados a la orilla derecha del Duratón, en la Tierra de Sepúlveda, dos kilómetros más abajo del que fue modernamente convento de Franciscano de Nuestra Señora de la Hoz […]

Haciendo el viaje, a caballo, por vericuetos difícilmente sorteables, y en compañía de algunas personas, mayores de la familia, llegábamos a tan imponentes barrancos y cóncavos precipicios, en los que los frailes de Silos fundaron el Priorato que lleva el nombre del Santo penitente y en cuya ermita, construida por éste en lo más alto del pétreo promontorio, como vigilando a las de sus hermanos San Valentín y Santa Engracia, que blanquean otros lugares de las tajadas rocas, fueron enterrados, en una pared, sus restos mortales, y trasladados, en 1126, a la Catedral vieja de Segovia, en la que se redescubrieron, en 1461, para ser colocados, en 1558, en una urna de plata que hay en el trascoro de la actual Basílica […]”

 

Capilla de San Frutos y Trascoro, en la catedral de Segovia.

Enlace 3 (hacer ‘clic’ en el texto): El convento de la Hoz.

Ruinas del convento franciscano de Ntra. Sra. de los Ángeles de la Hoz.

Después de contarnos las peripecias ente una “horrorosa tormenta veraniega”, en la que tienen que refugiarse en la ermita, donde los “truenos retumbaban, como nunca, en la inmensa aglomeración de peñascales desnudos de musgosas galas; los relámpagos brillaban con más lívidos fulgores; el viento aullaba con fuertes alaridos y la lluvia descendía, en forma de catarata estruendosa, a las profundas simas”.

Finaliza Gonzalo España su relato escribiendo “[…] no nos resistimos a contar una historia de la que supo en su infancia“.

Curiosa historia de la que tenía noticia por el lugar de procedencia de mis antepasados: Cantimpalos.

Historia que, como antes dije, pudo ocurrirle a Luis Garrido, hermano de mi tatarabuelo Joaquín. Alguna vez oí contar la peripecia de un robo sacrílego o un asalto en la ermita, que aconteció al cura-párroco en San Frutos, aunque nunca pensé que fuera cierta y sólo leyenda al uso, o relato al amor de la lumbre.

En la versión de Gonzalo, dice así:

Ruinas de las dependencias anejas a la ermita de San Frutos.

“Antes, mucho tiempo antes de que comenzáramos el duro camino de la vida, moraban en tas ascético retiro el cura y el sacristán del viejo Arciprestazgo. Y, en una fecha olvidada, cuando las sombras nocturnas corrían un telón espeso sobre el tremante escenario, unos ladrones se acercaron sigilosos a la iglesia y habitaciones del sacerdote custodio del apartado culto, resultando fallido su delictivo propósito, pues la sirvienta del cura, empuñando una escopeta, mantuvo a raya a los audaces forajidos, que desaparecieron en el fondo impenetrable de la densa oscuridad, al retumbar en las peñas las detonaciones del arma y al rasgar las tinieblas la luz repentina de los fogonazos. Desde entonces -se nos digo- fijó en uno de los anejos, el cura de San Frutos, su inmediata residencia.
Los tiros de un arma de caza y la decisión defensiva de una fámula valiente evitaron acaso un sacrílego robo y quizá también un crimen que manchara con su rastro sangriento el áspero itinerario de unas sendas escarpadas llenas de santidad”.

Enlace 4 (hacer ‘clic’ en el texto) : Recordando excursiones, enlazamos: una excursión al convento de la Hoz, en 1919.

¡¡¡Viva San Frutos Bendito!!!

San Frutos Programa 2017

 

Author: Juan Pedro Velasco Sayago

Blog de montañismo y excursionismo sobre el Guadarrama, a cargo de Juan Pedro Velasco Sayago. (Coordina el Blog 'Retrosegovia', publicando temas relacionados con la tarjeta postal ilustrada de Segovia).

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