Posted By Redacción on 5, Jun, 2024

El Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León ha absuelto de un delito de tráfico de drogas al profesor adscrito a la cárcel de Perogordo  al que el año pasado, la Audiencia Provincial condenaba a 7 años de cárcel  por introducir droga en el centro penitenciario. En la apelación, el juez del superior, José Luis Concepción, estima íntegramente el recurso presentado por el ahora absuelto y considera que no existen pruebas de cargo contra el docente, por lo que declara su libre absolución. En el mismo auto, se rebaja de 4 a 3 años de cárcel la condena al recluso que testificó contra el profesor y al que le fueron encontradas varios paquetes de heroína y hachís. 

Los hechos se remontan a diciembre de 2020. Alertada la dirección del centro penitenciario de un repunte en el tráfico de drogas en el interior de la cárcel se desplegó un dispositivo. Diversos anónimos informaban que la droga entraba a través de un profesor interino del servicio de formación de presos que desarrolla en Perogordo la dirección provincial de Educación, por lo que las investigaciones se dirigieron hacia el docente y los alumnos que tenían contacto con él.

El 10 de diciembre de 2020, tras dar clase en la cárcel el profesor,  se realizó un registro entre los alumnos reclusos. Los funcionarios encontraron en la ropa de uno de estos internos 170 gramos de hachís y una veintena de papelinas de heroína y cocaína, así como un móvil. Esa misma mañana se registraba a un tercer interno, identificado como Gabino en la sentencia, a la postre el único condenado por el caso -pues el anterior fue absuelto en primera instancia-  y al que se le encontraron 84 gramos hachís y media docena de papelinas de heroína y cocaína, recayendo sobre él las principales sospechas de distribuir la droga en la cárcel, y sobre el profesor las de introducirlas en Perogordo.

Así lo declaraba, además, el supuesto distribuidor, que testificó contra el profesor acusándole de ser el suministrador de las drogas aprovechando sus clases. Una declaración que coincidía con la del tercer interno y la investigación del centro penitenciario. Esta versión fue la respaldada por la Audiencia de Segovia condenando a ambos a 7 y 4 años de cárcel, y absolviendo a la “mula”. Consideraba entonces el juez que la “teoría del profesor-camello” era “la única verosímil sin alternativas mínimamente consistentes”. El profesor, por su parte, se mantuvo en su inocencia y presentó recurso de apelación al Superior de Castilla y León.

El testimonio de un coimputado, prueba insuficiente

Y en el fallo apelatorio el tribunal de Burgos le da la vuelta a la tortilla y desmonta el auto judicial condenatorio. Aplica la doctrina jurisprudencial según la cual “la declaración incriminatoria de un coimputado es insuficiente como prueba única” y considera que el acusado-testigo tiene las capacidades muy mermadas por su adicción a las drogas. En cuanto a las sospechas de la dirección del centro -basadas en informaciones confidenciales de otros presos o incluso anónimos- sobre la supuesta vía de entrada de las drogas -el profesor- el juez niega que tengan la “menor base objetiva” para devenir datos probatorios. Asimismo, el juez Concepción señala que sí hay “alternativas” a la incriminación del profesor, como la de que al acusarle se estuviera protegiendo a los verdaderos introductores de la droga en la cárcel.

“Todo cuanto se ha expuesto nos lleva, a diferencia de la conclusión obtenida por la Audiencia de Segovia en la sentencia hoy recurrida, al inevitable resultado de que la declaración inculpatoria del acusado Gabino tiene que ser tildada de escasamente fiable y, en definitiva, insuficiente para desvirtuar la presunción de inocencia que ampara al acusado y condenado apelante”, señala el juez que falla la libre absolución del maestro.

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