Mal año de caza en la media veda. Y si se me permite, auguro mal año para la general. Me explico. Las codornices entraron mal y la primavera seca no ayudo. No se las oyó cantar ni en abril ni en mayo. Para más INRI se ha comenzado a cosechar en algunas zonas una semana antes de lo habitual. Además nuestros agricultores este año han introducido una novedad productiva. Hacer paquetes a las pocas horas de cosechar.
Si estamos a 28 de Junio, haga usted cuentas de los días que faltan hasta el 15 de Agosto (día de Nuestra Señora) que es cuando tradicionalmente se abre la media veda. Los pollos inmaduros de todas las especies, pero prestando especial atención a las que la ley marca como cinegéticas, tendrán que buscarse la vida en un campo arrasado por empacadoras, ovejas careando los rastrojos y algún que otro furtivo “correperdices”.
A todo esto, zorros y rapaces pasarán a cobrar los suyo en la despensa. Especial mención merecen las cigüeñas. Este animal que tiene tan buena prensa e imagen es la especie más dañina para los cotos de caza. Su socialización con el humano y su adaptación a los nuevos tiempos la hace ser una habilidosa cazadora que se coloca junto a las máquinas cosechadoras en bandadas de varias y según se va realizando el corte ellas se van comiendo todo ( y cuando digo todo es todo) lo que salta de los sembrados intentando ponerse a salvo. Muchos son los testigos que han visto desaparecer polladas enteras de perdiz y codorniz e incluso gazapos de liebre entre los largos picos estas “simpáticas” aves. Está será una asignatura más para la Junta.
Otro de los hechos que afecta a estas polladas recién nacidas es el cosechar de noche. Si un pájaro ya se atonta con la luz de una linterna, imagínese usted con la imagen de una cosechadora cargada de potentes focos. Pocos sobreviven para contarlo. A todo esto, los paganos, es decir los cazadores, rezando a San Humberto y a Diana cazadora, para que todo llegue como esperamos al día 15 de Agosto.
En el campo todo mundo hace lo que quiere y cuando quiere. Menos los cazadores cuya misión principal es ingresar a las cámaras agrarias el precio estipulado por el arriendo de la caza en tiempo y formas. Y a callar, que siempre hay alguien esperando que hagas hueco.
Por su lado la administración legislando como si hubiera caza: como en los años 80. Hay términos donde hace años que no ven volar una codorniz auténtica. Pero da igual. El 15 todos al campo. ¿Qué sucede?: que muchos pierden afición, otros se sienten estafados y otros, lo que luego no pueden en invierno (y no tiene cojones) matan los pollos de perdiz y las liebres y conejos preñados. El ansia en la caza como en la pesca es mala consejera. Si las cosas fueran con tenían que ser, al sur de Duero no había que abrir la media veda para las codornices, salvo en los cotos que acreditasen una población explotable y bajo permiso especial. Y las torcaces y las tórtolas ya veríamos, que si de la primera cada vez hay más (pero no en todos los cotos) de la segunda se va convirtiendo en recuerdo (en todos los sitios).
Seguiremos hablando de caza, porque intuyo, como decía antes, que va a ser un años de pocos tiros y muchas quejas. En este caso por escrito.
5 julio, 2014
Buena entrada. Parece que una moratoria no vendría nada mal y sería lo más responsable. Pero ya sabemos que la Administración no es que sea lenta, es que está agazapada 😉