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Dices tu de recuentos…

Me han colocado de telonero de “la gran noche electoral” y aunque reconozco que el papel me disgustó en un primer momento, bien pensado, lo prefiero, que así he podido dedicar el domingo a cotillear el trasiego de candidatos sonrientes depositando el voto en su colegio electoral o al menos acercándose a alguno de ellos, que ya sabe que en esta ciudad, una aspirante a alcaldesa y varios que quieren ser concejales, de varios partidos, votan en el pueblo de al lado. Mira que si luego resulta que por un voto no logran los objetivos… ¡Qué cosas!

Haciendo bueno (este solete de mayo con la lluvia resistiéndose y lo plantado arruinándose), pensaba dedicar la tarde pasear, pero con cuidado. Hace pocas semanas, mi amigo Juan Pedro Velasco nos invitó, por entregas, a conocer el camino Schmidt y pensaba tirar por ahí, pero con cuidado, que luego vienen los accidentes como el de la senderista que tuvo que ser rescatada esta semana.

Ojo con el campo y el buen tiempo. Si usted es el típico pisaprados (no se enfade, seguro que es un gran urbanita, que una cosa no quita la otra) haga el favor de equiparse —las chanclas y los mocasines no son calzado adecuado—, búsquese un acompañante y mida sus fuerzas. Dicho queda.

Otra vez me viene los candidatos, que de las urnas saldrán ganadores, pero mucho me temo que también los habrá que salgan vapuleados de la aventura. No me diga que usted no tiene en la mente algunas siglas y algunos aspirantes que le han decepcionado en los últimos días. Yo tengo varios, pero no los puedo decir, que es jornada electoral. Y además, usted tendrá sus propios “decepcionadores” ya marcados. ¿No?

Espero que no se decepcionen mucho en el inicio de su nueva etapa vital los centenares de universitarios que en estos días pasan a ser recién graduados en las universidades segovianas, repletas de actividad para despedir a los jóvenes que han terminado sus estudios. ¡Puñetas! Con lo bien que lo pasaban hasta ahora…

Tengo confianza ciega en los estudiantes, que resulta que vienen pisando fuerte, que precisamente en la UVa se organizó por un grupo de alumnos el debate que no logró poner en marcha ningún medio de comunicación, con representantes de todas las candidaturas (once) en la capital. Muy interesante y sin embargo, la cantidad de público fue testimonial. ¡A pensar!

También es para dar vueltas a la publicación de la licitación de las obras para hacer de la variante SG-20 una autovía que fíjese, por haberse publicado en el último segundo de campaña y por los muchos años que se lleva mareando el proyecto, pues me hace mirar al BOE —la biblia del Estado— de forma rara, como con desconfianza… Lo del centro de salud de Nueva Segovia ni lo comento, que no es un anuncio, sino una oferta electoral. El lunes lo vemos.

Y digo yo que desde mañana, sin fútbol, sin elecciones y sin títeres —frente a la crítica del desastres en las calles, la organización de Titirimundi contestó con cifras: 62.000 espectadores, que no es moco de pavo— pues no sé qué vamos a hacer. Bueno, hablaremos de pactos y acuerdos… o no.

A los que nos gusta el asunto del periodismo nos quedan las jornadas previas a la entrega del premio Cirilo Rodríguez, que trae a la ciudad a esos observadores del mundo, los corresponsales, siempre con historias interesantes en la cartera en medio de un ambiente de terapia de grupo que bien les viene a los informadores de fuera y a los de dentro. Oiga, cómo está el patio en este gremio y sin visos de mejora.

También estará entretenido el entorno escolar, que esta semana toca la evaluación para los de tercero de Primaria, la primera de esas “reválidas” que aparecen en la nueva Ley de Educación que pondrá ante el examen a 1.462 alumnos de nueve años. Si me busca en el entorno de los colegios me encontrará en el grupo de los que —se anuncia— protestará contra el asunto, que llevo varios días viendo a mi nieto histérico ante una prueba que no entiende. Y lo peor es que yo, tampoco.

Más cosas que han pasado esta semana. Ah, si. La poli se ha dedicado a enseñar a los empresarios algo de defensa personal frente a los ataques a sus negocios a través de los ordenadores e internet, que siempre es una cosa muy útil. Tengo un nieto que me lleva ese asunto y así me siento seguro, con mis secretitos protegidos…

Puñetas, no sé por qué me ha venido ahora a la cabeza la frase esa que oí en sede municipal, que debía buscar convertirse en titular. “Se paga más IVA por la cultura que por la pornografía y es una vergüenza”. No, si a mi me gusta la música y el teatro, no crea, pero como el gobierno tome nota y me suba el IVA por el segundo concepto, la vamos a tener, alcaldesa. Advertido queda. Que hay cosas que no se tocan.

No han pasado muchas cosas más esta semana. Bueno, sí, lo de la celebración de Santa Rita, dando descanso a los más de mil funcionarios que trabajan en la administración local, convertida en acto institucional trascendente, mucho más que otros años. Llámelo corporativismo de tercera edad, pero esos actos de homenaje a los jubilados, que seguro que a usted le parecen rancios, a mi me emocionan tanto… Y además daban para fotos de campaña, hombre.

Me ha conmovido también (esto por la cosa de los sentimientos de juventud) la reapertura del hotel Los Linajes, un lugar que tuvo un alto apogeo que espero que recupere bajo la nueva gestión.

Y por rematar, el caso de la tuerca en la comida escolar, que dice la empresa, ahora con contrato suspendido, Serunión que ese tipo de tuercas no forma parte de ninguna de las máquinas que intervienen en el proceso de su servicio… Estoy indignado, como usted, con el asunto del catering escolar pero mire que si, por imaginar, el asunto de la tuerca fuera, yo qué sé, una broma (o descuido) de un niño juguetón… ¡Qué cosas se me ocurren!

Voy terminando, que seguro que en alguna sede de partido me dan un refresco y unos cacahuetes por la cara mientras esperamos a que salgan los resultados del recuento. Si usted sigue mi técnica para hacer merienda cena gratis, recuerde: Si ve rostros de pena, salga deprisa de allí y si ve que todos saltan de alegría, quédese con sus caras, que son los que le van a administrar los próximos años y conviene tenerlos controlados desde el primer día, no sea que cambien con el paso del tiempo, que ya ha ocurrido.

Y si después de hoy se queda con síndrome de abstinencia, aguante. Noviembre y sus aspirantes a parlamentarios están a la vuelta de la esquina con sus proclamas y promesas…
¡Me encanta el olor de las papeletas recién impresas!

Author: Justo Verdugo

Justo Verdugo, segoviano de cierta edad es un observador de su entorno y un ávido consumidor de las noticias que se publican en cualquier soporte y lugar. Con periodicidad semanal, el autor resume sus conclusiones en esta sección, en la que todos los ciudadanos están invitados a opinar a través de sus comentarios.

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1 Comment

  1. Pues nada señor Verdugo, ¡ya está! Terminó la “fiesta de la democracia” (espero que haya pillado buenos ágapes). Ahora empieza la fiesta de los cuatro años en el sillón. Seguiremos pagando impuestos (por cierto ya tiene coña que me llegara la carta del IBI, con una subida de no te menees, esta misma semana) y seguirán pudiendo cobrar sus nominas y dietas nuestros políticos para seguir arreglando la ciudad (esto último va de coña, claro) y nosotros, seguiremos respirando, lo que nos dejen.

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