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Brillantina de agosto

Recuerdo aquel septiembre con mi sobrino de 13 años de la mano dispuesto a colarle en el cine un año antes de que pudiera ver aquello según la clasificación de la época. Hice la cola inmensa aquella que recorría la calle Real y llevaba a la taquilla del Cervantes donde estrenaban la “revolucionaria” Grease. Oiga, que era 1978 y se la consideraba muy “picante”. ¡Ay! Yo era joven. Bueno, más o menos tanto como Olivia Newton John, entonces una teenager ¡de 28 años! Chico, pues nos colaron que era una adolescente de instituto. Hoy estoy triste por su muerte, esta semana, y no para de venirme a la cabeza el latinajo tempus fugit

Y eso que estamos en pleno agosto en el que todo parece transcurrir con la languidez que provoca el ocio y el dolce far niente que lo llena casi todo. Sin ir más lejos, estos días andan en fiestas mayores más de cincuenta pueblos de la provincia de Segovia. Que si la virgen, que si san Roque —por cierto, ¿se arrodillará también esta alcaldesa ante el santo del perro cumpliendo la tradición?— que si otros nombres del santoral… Ya sabe que el patrón de cada uno es el mejor, pero también le apunto que los programas se parecen: comida popular, festejo taurinosegún presupuesto y verbena, también según presupuesto. Por supuesto, con botellón libre. ¡Viva mi pueblo!

Hombre, tengo que hablar de las instituciones, que siempre pasa algo. Por ejemplo, en pleno estío, resulta que una de las técnicas contratada por urbanismo en mayo pasado para reactivar el departamento —que sigue al mismo ritmo cansino de concesión pausada de licencias y esperando las citas presenciales que iban a comenzar en junio— ha dejado ya aquella plaza municipal para irse a trabajar a la administración regional… Será para mejorar, digo yo.

A ver, que si, que me tengo que referir a los políticos aunque sea de pasada. Por ejemplo, por citar el lapsus de la alcaldesa, Clara Martín, que en sus redes sociales felicitaba a la comisión de peñas de San Lorenzo cuando las fiestas del barrio las organiza en realidad la comisión de festejos. O por la aparición, un tanto oportunista, de los portavoces de la oposición municipal, Pablo Pérez y Noemí Otero, para meter prisa con Padre Claret, justo cuando la obra parece que está a punto de comenzar. O por la comparecencia del diputado del PSOE, José Luis Aceves, para “dar cuenta de su actividad” como congresista pero ocupando más tiempo de la rueda de prensa a la crítica a la Junta y a la Diputación. Los procuradores y diputados provinciales no han hecho balance, claro.

No creo que estén de vacaciones, que en la Casa del Pueblo de la capital se ve el escaparate encendido hasta por la noche de los fines de semana… Bueno, eso no es un comercio ni un edificio administrativo oficial, así que no está afectado por el Real Decreto de ahorro de energía que ha impuesto el Gobierno y que tiene al personal algo mosqueadillo, no tanto por los escaparates a oscuras, que aquí, en invierno, a las 22.00 estamos todos en casa, como por que a uno le obliguen a poner la calefacción en verano y el frío en invierno… Pues así hasta noviembre de 2023. Sea paciente.

A ver, tiempo de polémicas y ocurrencias de verano. No. El Rey de España no tiene que levantarse ante una espada que no es símbolo de ningún estado y que además es una réplica de la espada que blandió el tal Simón Bolivar, un español que traicionó a su país, mató a españoles (e indígenas) sin hacer prisioneros y otras hazañas. Lo que es feo es que se tenga al Rey de España y a otros jefes de estado esperando 40 minutos por la ocurrencia de última hora y no prevista en el guión del acto de sacar a pasear el arma, que no fue otra cosa que un “ajuste de cuentas” doméstico entre el presidente saliente, Iván Duque, que no permitía salir la espada de la Casa Nariño y el entrante, Gustavo Petro, que decidió que exponer el hierro sería su primera orden como presidente. ¿Se acuerda de Zapatero y la vuelta a casa de las tropas españolas desde Irak que tanto éxito diplomático dio al país? Pues lo mismo, pero en versión colombiana y con lo más extremo de la izquierda de aquí actuando de bolivarianos en España.

Mas culebras raras. Navafría ha sido el primer pueblo en el que un hombre ha denunciado un pinchazo de esos que se han bautizado “de sumisión”. Tenía que ocurrir, que desde que comenzaron las fiestas de aquel pueblo circulaba a diario el rumor de que había habido pinchazos hasta que por fin un joven denunció haberlos sufrido. A ver si un día de estos nos aclara alguien para que sirven estos presuntos ataques si tras ellos no hay agresiones u otros delitos. ¿Alguien entra en un banco enseñando una pistola para marcharse sin atracar? Bah, seguro que hay una explicación.

Estábamos con el plan de ahorro y uno se encuentra anuncios en un periódico nacional como el que aparece en la fotografía cuyo precio ronda, a ojo, en torno a los 100.000 euros cuando quizá se puede decir lo mismo en menos espacio y con menos coste… Vamos, digo yo

Pues hala, ya está. He terminado un trabajo que me veo obligado a realizar en domingo a ver si con el plus de festivo consigo acercar algo mi sueldo al de los europeos, que cobran de media un 20 por ciento más que los españoles. Me voy a ver a la Panorama o la que toque en mi pueblo a ver si echo unas piezas sin que me pinche nadie y luego pasaré unos días junto al chorrillo en el que se ha convertido el río de mi pueblo y el de todos los pueblos. Si le parece, nos vemos en septiembre.

La foto que cierra este texto no se corresponde con el carril bici de Segovia. Este refleja más uso, de momento, que el construido en la ciudad. Será que los usuarios están esperando a que llegue el invierno. ¿No?

Author: Justo Verdugo

Justo Verdugo, segoviano de cierta edad es un observador de su entorno y un ávido consumidor de las noticias que se publican en cualquier soporte y lugar. Con periodicidad semanal, el autor resume sus conclusiones en esta sección, en la que todos los ciudadanos están invitados a opinar a través de sus comentarios.

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2 Comments

  1. Comentario moderado. Sea un poco más respetuoso, por favor. ¡Salud!

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  2. El claribici de segovia ha quedado tan bonito, tan seguro y tan baratito (300.000 euros por pintar unas rayas en el suelo), que los abnegados bicicleteros Les da pena estrenarlos no vayan a ser los primeros en sufrir un accidente…además donde aparcan luego las bicis???? Si no hay lugares seguros para dejarlas??….este carril bici solo sirve para el selfie de turmo de algún político en campaña electoral

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