Posted By Justo Verdugo on 22, Dic, 2014

Dice la compañera Pilar de Miguel, el último fichaje de acueducto2.com, en su última entrada que el comercio segoviano no ve muy claro esto que dice la macroeconomía de que la crisis empieza a acabarse, que las Navidades no tienen pinta hasta ahora de ser esa época que antaño equilibraba las cuentas de todo el año. Hombre, ya sabe que aquí nunca vamos delante, sino todo lo contrario así que, la ciudad sigue, mustia, esperando que algo se mueva, aunque sea por el viento… La provincia tiene otra pinta, como más dinamismo, dicen.

Para colmo, nuestros comerciantes sufren cada vez más eso del showrooming, que es la palabra inglesa para definir la asistencia de personal a las tiendas para tocar y recibir allí todo tipo de información sobre los productos y sus variantes, pero que acaban comprando en internet, donde se vende más barato y el tráfico crece exponencialmente cada año. Son los tiempos que vivimos.

Fruto de los tiempos debe ser también eso de los campamentos que se han montado los jovenzuelos del grupo Aurin, un sacacuartos severo que aprovecha esa locura solo comprensible si uno es adolescente y tiene unos padres dispuestos a soltar 365 euros para que la niña —y algún niño también vi— comparta el Parador con los miembros del grupo y calme así sus nervios. Oiga, que no critico, que cuando los productos se venden es porque hay compradores.

Momento en el que un hombre que estaba tendido en la cornisa de la terraza de Santa Columba es ayudado a volver al lado seguro de la barandilla.

Me han contado más cosas de adolescentes. Estos, los que se reúnen por decenas o centenares en torno al Acueducto cada fin de semana, que este viernes tuvieron entretenimiento especial con ese hombre —para mi que estaba un poco ebrio, presumo— que llegó a colgar de la cornisa de Santa Columba, montó su espectáculo en esa terraza, incluyendo algún choque con un adolescente gallito de los de “que te pego, que me están mirando las chicas del insti” y reunió en el lugar hasta a ocho policías y montones de niños. Dicen que es habitual… y en absoluto edificante, que muchos imitan.

Y mire que los chavales de secundaria tienen cosas que me gustan. Por ejemplo, el último día de clase, el viernes pasado, los alumnos y profesores del Giner de los Ríos encontraron un minuto para guardar silencio en el patio del centro por las 141 personas víctimas del atentado talibán en Pakistán. Un buen gesto y educación de la que me gusta en respuesta a una locura incomprensible.

Los estudiantes del Giner de los Ríos y sus profesores (al fondo) durante el acto de repulsa del atentado en Pakistán.

Para cosas feas, las que aparecen en el asunto de las jubilaciones de los directivos de Caja Segovia, que ya sabíamos que eran millonarias y que ahora se certifican como la máxima preocupación de aquel grupo, que UPyD tiene un papel que indica que el último día en el que podían hacerlo —luego Bankia devoró la Caja— transfirió los 27 kilos que cubrían sus pólizas. ¡Qué grosero todo!

No fue grosería, que al parecer fue una cuestión de organización el que buena parte de los curas de Segovia no participaran en la comida que el nuevo Obispo, César Franco —mis deseos más fervientes de éxito— sí compartió con los invitados “de fuera” y algunos de dentro, tras hacerse cargo oficialmente de la Diócesis. Oiga, que resulta que hay una reunión navideña “de empresa” en el nivel local en los próximos días y así todos habrán compartido mesa y mantel con el nuevo Obispo. Lo dicho, suerte.

Ya que estoy de nombramientos y cargos importantes no puedo olvidarme de la segoviana Consuelo Madrigal, la primera mujer Fiscal General del Estado. Casi nada. Hombre, ya sabe que los segovianos gustan de esa plaza, que ahí estuvo ya Conde Pumpido. Nada, nada. Hoy estoy por desear parabienes a los que reciben nombramientos, más si son de la tierra.

¡Caramba! Se me está acabando el espacio y no he hablado nada, nada de política. Tampoco de lo de Javier Arranz, que ya le ha hablado de sus iniciativas Luis Besa en su blog ¡Hala majo! a lo largo de la semana. El concejal librepensador ha elegido los medios en los que se retrata y en los que no —a este no le ha tocado— aunque lo que he visto y oído el mensaje no tiene nada de nuevo más allá de ese tono que a mi se me antoja como un “os vais a cagar” mascullado entre dientes apretados. Venga, también un deseo de suerte en este caso, que hace falta.

Ahora sí le dejo, que quiero ver los belenes instalados por la provincia, animados y de qué manera por el concurso que la Diputación lleva organizando 25 años. Había 74 inscritos. Ganaron Villacastín, Cuéllar y Prádena. No se los pierda.

Ya sabe lo que pasa ¿no? Como este lunes suene la flauta y gane el Gordo —0,0001 por ciento dicen los matemáticos que es mi probabilidad con mi único décimo—no me espere en unos días, que siempre he querido ver la nochevieja en Buenos Aires. Son caprichos de abuelo, ¿qué quiere? Un día de estos le cuento el motivo.

Pues eso, que hasta la próxima semana. Tenga usted buenos días.

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