Un año del incendio del Guadarrama

4 de agosto de 2019. A las 14 horas, y según las investigaciones posteriores, alguien caló fuego intencionadamente en una parcela de Caserío de Urgel. Humedad cero, temperatura por encima de 30 grados y un ligero viento. Condiciones ideales para un incendio forestal en el corazón del Guadarrama, en las puertas de La Granja de San Ildefonso. "Cuando llegamos ya no había nada que hacer. El fuego estaba descontrolado", explicaba el retén de agentes ambientales de Patrimonio Nacional, los primeros que llegaron al a zona.

Vista del paisaje quemado el pasado lunes 3 de agosto. (foto: JPvelasco).

Rápidamente, bomberos de todas partes, desde Segovia a Madrid, militares, de la Junta, así hasta sumar 350 efectivos operando a la vez sobre el terreno, a lo que hay que sumar medios aéreos, procedieron a sitiar las llamas, entablándose un combate de cuatro días para evitar la propagación del incendio. Toda la ladera del Poyo Judío, los alrededores de Fuente Infante, fueron "frente de guerra" y en las peores horas parecía que las llamas podían saltar por el frente Sur y expandirse en dirección a Valsaín. No fue así.

Ardieron 370H, la gran mayoría en un pinar de titularidad privada con árboles de medio siglo de vida. Las siguientes tres semanas los trabajos se concentraron en refrescar la ladera en prevención de rebrotes. 18 días después de iniciado se daba el incendio por extinguido.

Empezaron entonces los trabajos de recuperación, en un primer momento, centrados en aterrazar el terreno, evitar escorrentías de cenizas en los arroyos de la zona. Se distribuyeron 35 toneladas de paja para frenar la erosión cuando llegaron las lluvias.

A finales de año se iniciaron los trabajos de tala de los árboles quemados, la propiedad del bosque encomendó la tarea a una empresa especializada a cambio de la madera. También hubo que abatir a muchos árboles supervivientes, para controlar posibles plagas. Todo esto en medio de la epidemia de covid19, que demoró las operaciones. Queda ahora reforestar, para lo cual se ha previsto romper el monopolio del pino y alternarlo con especies alternativas y de la zona, robles, hayas... El color verde volverá la próxima primavera, para ver un bosque tal cual estaba hará falta una generación.

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