Me gusta la idea del carnaval, sobre todo la parte de ser transgresor por unos días, de saltarme las normas e incluso entregarme a la lujuria si se diera el caso. Luego no hago nada de eso, que soy un hombre formal en una ciudad de provincias y mira que si me reconoce la de la tienda que me vendió la goma de la careta…
Total, que vivo estas fiestas como lo hacen los que la viven, los de las comparsas, que ya tienen mérito, que es muy duro esto de “ser el pueblo que hace la fiesta”, ya sabe, el pretexto repetido por el Ayuntamiento para no hacer gasto, ni cambios, ni nada con la fiesta del carnaval. Será un homenaje a Pepe Diviú, digo yo.
Claro, que me pueden decir que la cosa no es tan mala, que la algarabía en las calles parece atraer al público foráneo, que he visto a una asiática comer sopa de ajo como si no hubiera un mañana y ni siquiera la he visto fruncir el ceño ante la explosión de sabores, digo yo que nuevos, ni siquiera en la tercera ración.
¿No come usted en exceso durante las navidades? Pues hágase cargo, hombre, que los chinos están en pleno año nuevo, el del Mono de fuego. Esta semana, la Cámara de Comercio y el Ayuntamiento han lanzado una petición para que comercios y particulares decoren al uso (chino), para que se sientan como en casa. Soy muy bien mandado y he puesto unas mandarinas en una cesta, que parece que da buen rollo. No me hable de tradiciones propias o las de otros. ¿No pongo una calabaza hueca en la ventana en noviembre? Pues eso.
¡El turismo asiático! Pues mire, que parece que ese es el nuevo maná al que dirigen gran parte de los esfuerzos los responsables de Turismo, que por cierto, esta semana ha hablado de algunos resultados de sus negocios públicos. (Explicados, explicados… pues no). Resumo: que se rueda mucho en Segovia, pero el año pasado, muy por debajo de la media histórica; que resulta que un delegado en un congreso celebrado aquí se gasta entre hoteles, comida y un regalo para los niños 245 euros, que no parece mucho y que los estudiantes asiáticos, esos sí, se dejan 1.700 euros sólo para cubrir el programa de estudios y visitas culturales. ¡Ahí está el futuro!
Mire, estos días hemos sabido que Segovia es una ciudad fetén para celebrar el año nuevo chino; para el paseo tontorrón en pareja el 14 de febrero; para la celebración de bodas —los precios no son baratos— en cualquier esquina que sea propiedad del Ayuntamiento, que acaba de ampliar la lista de posibilidades… ¡Pero si hasta salimos en las monedas de 2 euros que acaban de ponerse en circulación!
Me estoy poniendo eufórico y usted sabe que ese no es mi estilo, así que me referiré a la declaración de bienes del diputado “independiente”, Pedro Gómez de la Serna, un emprendedor que ha logrado multiplicar por seis el crecimiento de sus empresas mientras era diputado.
Pero un clavo quita otro clavo, la mora roja con otra verde se quita o quítate tu para ponerme yo… La diputada (esta si, del PP) Beatriz Escudero tiene ya el puesto de portavoz adjunta de la comisión Constitucional y el socialista, Juan Luis Gordo, en la de Fomento.
Venga, que ya estamos en harina. Seguro que no le ha pasado desapercibido eso de la actuación conjunta de UPYD y C’s para aportar una solución para Segovia 21 mediante una inyección de dinero público, que viene a ser exactamente lo contrario de lo que defendieron en el pleno de finales de enero.
Hombre, al margen de los resultados de la propuesta conjunta movida por su preocupación por la finca de Quitapesares —el presidente provincial, Francisco Vázquez, les ha dicho que no saben de qué hablan y Luquero que hablan por hablar— lo que excita mi mente calenturienta es ver en ese acercamiento el comienzo de una gran amistad entre dos partidos que quién sabe… ¡Ay! Me encanta hacer de alcahueta e inventar parejas de conveniencia, que el amor ya vendrá.
Por cierto, que los socialistas ya hablan con soltura de la “colaboración” que Luquero recibe en el Ayuntamiento por parte del edil de IU, Ángel Galindo, que hasta ahora se daba por hecho, pero no se mencionaba.
La fórmula no es nueva, que ya la aplicaron el anterior concejal de la coalición y el anterior regidor, del que por cierto, ha sido inevitable acordarse estos días en los que se ha oficializado el pago de seis millones por el talud de Claret.
Le dejo, que me estoy cosiendo un traje para salir este martes, que este año voy a por el premio gordo.
Justo Verdugo, segoviano de cierta edad es un observador de su entorno y un ávido consumidor de las noticias que se publican en cualquier soporte y lugar. Con periodicidad semanal, el autor resume sus conclusiones en esta sección, en la que todos los ciudadanos están invitados a opinar a través de sus comentarios.
8 febrero, 2016
¡Coña! 35.000 euros y dice usted que no se gasta nada el Ayuntamiento… venga ya don Justo, le vamos a cambiar el nombre 😉