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Inédito, Ortega Smith pasa de hablar de Cataluña (o casi)

Esther Núñez y Javier Ortega Smith.

Con Cataluña en vísperas de huelga general y un auditorio abarrotado por más de 300 segovianos —jóvenes y no tan jóvenes, ex-votantes del PP los más, pero dados a soltar vivas a España a la que es toser— todo hacía pensar que el secretario general de Vox, Javier Ortega Smith iba a dar un recital de los planes de la “derecha valiente” para con la insurrecta autonomía. Por lo menos tanques ya y la Legión sacando lustre al chapiri preparando el desfile. Pues no.

Muy moderado (para ser él), eludiendo dar declaraciones a la entrada del Hotel San Antonio del Real, Ortega bajó revoluciones, dejando para mejor ocasión las proclamas incendiarias. Abordó un discurso de aliño que fácilmente podría superar en grandilocuencia el mismísimo Alfonso  Fernández Mañueco (que ya es decir). Supongo que en el ánimo pesa que los 4.000 votos que le faltan a Rodrígo Jiménez para llegar al Congreso no los encontrará entre los leales y hooligans del “Voxeo”, sino más bien, entre desencantados de Ciudadanos y, en menor medida, del PP. Toca mirar al centro y no andar dando sustos radicales.

Aunque ello suponga defraudar las expectativas. Como lo prueba que tanto Esther Núñez, presidenta de Vox, como el propio Jiménez  —que si se refirieron de pasada a Cataluña solidarizándose con “los compatriotas que padecen un verdadero estado de excepción allí”— minimizaran sus alusiones al tema del día. “De Cataluña ya se extenderá más nuestro secretario general”, dijo el candidato al Congreso, elevando las expectativas.

Pues no. Después de que Jiménez dejara el listón bien alto, especialmente a expensas de inmigrantes, que según dijo, cobran subsidios superiores a los de nuestros mayores, copan las ayudas para comedores escolares y entran en cochazos de lujo en los establecimientos de caridad para, acto seguido, tirar a la basura la comida que no quieren (él lo ha visto);  después de pedir la supresión de la enseñanza de la religión islámica en los colegios segovianos (propuesta recibida con vivas a España), después de eso, digo, Ortega Smith la emprendió con un amazacotado discurso sobre lo bonito que es el claustro de San Antonio del Real, que viene a ser España, su historia, forja de naciones y de muy buenos canteros.

Rodrigo Jiménez.

“Historia que desde la izquierda se quiere usar para dividir a los españoles”, dijo, para entrar sin mencionar la palabra “Franco” en el tema de la memoria histórica, que qué necesidad hay de andar enfrentando ahora a la gente con la cosa de los abuelos. Con la de cosas grandes que tiene España, verbigracia, cuando desfila la Guardia Civil y la Legión todos nos enorgullecemos, afirmó.

“Pasar de la rabia a la acción: A por ellos”

Y claro, mentada la Benemérita, había que entrar en el asunto, Cataluña, tema que “rebela a la nación que se pone ahora de pie. Basta de esa política de cobardía, basta de abandonar a policías y guardia civiles en medio de una kale borroka. Hemos pasado de la indignación, a la rabia. Hay que pasar de la rabia a la acción; ¡a por ellos!”.

Parecía que por fin había arrancado este hispanoargentino, abogado, en los 80 colaborador de medios de Falange Española, luego encuadrado en las filas del fugaz Foro (del centrista Punset), para terminar fundando Vox en 2013. Pero no. Cataluña como tal ni se mencionó. Cuando parecía que iba a concretar este “a por ellos”, Ortega Smith se fue por la tangente de la inmigración, y en términos bastante más moderados que Jiménez, limitándose a lamentar la “invasión migratoria” y comprometiéndose a defender al inmigrante legal.

El tercio de mujeres y gays también fue despachado sin alharacas. “Dicen que somos homófobos, ¿homófobos? Ocurre que nosotros no diferenciamos, una víctima es una víctima, independientemente de si es hombre o mujer”, dijo. Y uno se queda con cara de qué-tendrá-que-ver, cuando Ortega Smith añade que “eso sí, si un violador, un pederasta mata a una mujer o a un niño… ¡cadena perpetua!”.  En definitiva, que para ser Ortega Smith, estuvo disperso en la muleta y renuente al castigo. Flojo en fuerzas y con pitones afeitados. Ya les digo, con menos feeling que Fernández Mañueco (que ya es decir). Por no haber, no hubo ni piquete antifascista a la puerta. Es que ni conato. Lo que se calienta se entibia, hasta Vox.

Author: Luis Besa

Luis Besa. Periodista,

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3 Comments

  1. Pero quien va a votar a este chavalote, alias “el brechas 2”, al Rodrigo Jiménez este no le votó ni el tato cuando se presentó para alcalde de La Granja, no fue capaz ni de sacar escaño, lo mismo que le pasó al novio de Noemí ON en Torrecaballeros, y ahora le quieren colocar aquí, pues le cuento, si no te quieren ni en tu pueblo, quién te vas querer en Segovia?

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  2. El artículo no tiene ni principio ni fin; el no hablar de Cataluña, en su discurso Ortega, ha dejado al autor al quite no se sabe de quién, pero se intuye, en sitio de nadie y Torrat, tan tocado que señala a la gran Presidenta de VOX Segovia como candidata al Senado. Mamarrachadas solemnes y rebuscadas. Una decepción, un artículo hecho para los que consumen de Barrio y los partidarios de que se eduque en desigualdad y discriminando a la mujer como no ocurre en la cultura occidental, que Ortega y su partido defienden. Que la violencia no tiene sexo, yo creo que se entiende perfectamente.

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  3. En el artículo pone: Por no haber, no hubo ni piquete antifascista a la puerta. Me gustaría saber porque tiene que haberlo? Llevar una bandera de España es ser fascista? Pensar como uno que no sea de izquierdas es fascismo?
    Pues lo mismo soy fascista y no lo sé…

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