Posted By Natalia Del Barrio on 29, Ene, 2022

El viernes a las 00:00 con puntualidad inglesa arrancaba de manera oficial la campaña electoral en Castilla y León. Algunos con escoba en mano y cola para pegar, otros desde sus atriles en hoteles y sedes, los candidatos a la presidencia de la Junta mostraban la mejor de sus sonrisas para aprovechar estos 15 días e intentar rascar el mayor número de votos posibles.

Para entonces ya conocíamos algunos eslóganes y algunos se desvelaban en ese mismo instante: “que tu voz se escuche”, “cambio y esperanza”, “la fuerza que nos mueve”, “el valor de la palabra”.

Pero la pegada de carteles es una mera oficialidad porque aunque no se pidiera el voto directamente la campaña hace semanas que había empezado, antes incluso que se publicara en el Bocyl.

Es la primera vez que la campaña en Castilla y León se convierte en el foco de la política a nivel estatal con una cobertura mediática sin precedentes. Por eso el paseíllo de líderes nacionales está siendo y será considerable. Y mas después de que el CIS sacara su encuesta preelectoral pronosticando una victoria del PSOE empatando con el PP y varios escaños en el aire que pueden inclinar la balanza hacia un lado u otro. Casualmente, ésta es la única encuesta a la que el PP no ha dado credibilidad, tachándola de poco seria a pesar de acertar la victoria socialista en 2019. Una encuesta que cuenta con una muestra de 7.000 personas que supera con creces cualquiera que se haya presentado hasta el momento. Además independientemente de la cocina que se haya podido hacer, la realidad es que en intención directa de voto el PSOE sigue ganando.

Independientemente de encuestas, porque como suelen decir los políticos la única encuesta válida es la que se produce el mismo día de la votación, lo que sí están dejando estas elecciones son frases, al contrario que los eslóganes, que pasarán a la hemeroteca electoral, ya sea por su sin sentido, su desconocimiento del territorio, el alto nivel de mentira que contienen o la hipocresía de quién la pronuncia.

En el grupo de las primeras, aquellas que no tienen sentido es destacado el papel de Pablo Casado. De granja a granja, ha pasado de la incapacidad de responder a preguntas con respecto a las macrogranjas de esas que dice que no existen (y que no visita) a las frases difíciles de descifrar como la de “turismo de otras razas”, que vaya usted a saber que significa, haciendo referencia a gastos “absurdos” que según él hace el Gobierno.

Sin sentido pero absolutamente reconocible el racismo implícito, fueron las palabras de Macarena Olona cuando se refirió a “ayudas para población autóctona”. Lejos de lo rancias que suenan, supongo que ella, de Alicante y más que probable candidata a la Junta de Andalucía, escribirá las bases de lo que es ser “autóctono” en Castilla y en León.

Navegando entre el sin sentido y la hipocresía están las palabras de Ángel Ibáñez, consejero de presidencia, cuando explicando el proceso electoral afirmó que las personas positivas en Covid que vivían solas “podían ir a la farmacia o al supermercado” comparándolo con el derecho de las mismas a ir a votar el próximo 13 de febrero. No sé que pensarán de estas declaraciones los “expertos” a los que de un tiempo a esta parte la Junta de Castilla y León ningunea constantemente o el personal desbordado de hospitales y centros de salud.

Hipocresía también hemos encontrado en Francisco Igea que ahora exige al PP que especifique si “pactará con la intolerancia” refiriéndose a VOX. El ex vicepresidente de la Junta parece haber olvidado que de poco sirvió su posicionamiento en 2019 cuando aseguró que no pactaría con el PP y que su partido, Ciudadanos, ha pactado con los intolerantes para hacerse con ayuntamientos y gobiernos autonómicos y que su intolerancia es la misma que la de hace tres años.

Difícil de encajar las declaraciones del actual consejero de Sanidad, Alejandro Vázquez, quizá habría que añadir una nueva categoría denominada “porque yo lo valgo” . El consejero ha sido apercibido por la Junta Electoral de Salamanca por acudir a hospitales y centros de salud en calidad de Consejero de Sanidad y hacer campaña electoral, resolución que “acata pero que seguirá haciendo visitas”.

En aquellas que muestran un claro desconocimiento del territorio pienso que nadie podrá superar a Isabel Díaz Ayuso en su intervención en el Congreso Regional del PP, aunque quince días dan para mucho. Pero muy cerca podemos situar, de nuevo, a Pablo Casado en su intervención gloriosa en un pueblo de León afirmando que “hace no poco tiempo muchas veces no había agua y tenían que beber vino” , algo que sin duda es fruto de disfrazarse de habitante del medio rural.

Lo que ha caracterizado y esta caracterizando esta campaña son los bulos. En su cruzada contra el ministro Alberto Garzón, de nuevo Pablo Casado, dijo que el titular de consumo había dicho que el “80% de los quesos de España no eran saludables”, así sin anestesia ni nada, refiriéndose al etiquetado pero dejando sin explicar la importancia de éste para conocer su composición, porque no “todos son leche, cuajo y sal” y no todos son para consumo en una tablita de esas tan ricas que no gustan como bien le explicó un tuitera. Quizá rodearse de ovejas y ser incapaz de explicar las políticas que ha desarrollado el PP para impedir la pérdida de más de 1800 explotaciones de ovino en nuestra Comunidad en los últimos años le nubló la percepción de la realidad.

Todo esto y mucho más sin ni tan siquiera haber puesto toda la carne (ahora que está tan de moda) en el asador. Quedan catorce días por delante que pueden dar mañanas y tardes “maravillosas” que si no fuera trágico porque son los líderes políticos y candidatos a dirigir gobiernos autonómicos y nacionales, sería cómico. Seguro que el “hit” de los “no autóctonos” que visitan nuestra tierra, el famoso “palentianos” y “palentianas”, no fallará.

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