La meta es fabricar centenares de pantallas protectoras.
Las impresoras 3D que hay en Segovia, al menos muchas de ellas, trabajan en este momento a pleno rendimiento fabricando bases de pantallas que se donarán después para la fabricación de caretas antisalpicaduras. Se trata de una nueva iniciativa ciudadana para aportar al sistema elementos de protección individual (EPI) destinados a sanitarios y otros colectivos que trabajan en situación de riesgo por coronavirus al que se han sumado asociaciones y particulares mientras que la delegación territorial de la Junta aportará logística, las impresoras 3D de los centros educativos y se encargará de la distribución de las máscaras.
La idea es lograr en torno a un millar de pantallas en los próximos días, aunque “no hay una meta concreta”, según matiza el ingeniero Carlos Pascual, coordinador del grupo de profesionales que promueven la iniciativa bajo el nombre de Reesistencia. Pascual explicó que la idea es que las personas que disponen de impresoras 3D y quieran participar “fabriquen” al ritmo y cantidad que estimen conveniente por lo que el número de pantallas que finalmente se recogerá es aún una incógnita.
La impresión de cada uno de estos elementos varía en tiempo y costes en función del aparato que se use y el tipo de plástico con el que se imprima pero se puede acotar entre 1 y 2 horas y unos 90 céntimos o un euro de coste por cada unidad.
Trabajo colectivo
Las investigaciones que pusieron en marcha un grupo de médicos e ingenieros para diseñar respiradores que se puedan imprimir en 3D a bajo coste y que ya cuentan con un prototipo avanzado en pruebas en Asturias hicieron a estos promotores, preocupados por la falta de material de protección que existe en esta crisis sanitaria, buscar otros usos a la impresión 3D y centrarse en la posibilidad de hacer pantallas de protección.
La idea se ha extendido rápidamente por toda España aunque se ha optado por organizar el trabajo en demarcaciones, provincial en el caso de Segovia. Básicamente, los promotores facilitan a quien lo dese el archivo con el diseño de las pantallas que los usuarios sólo tienen que ejecutar para imprimir las pantallas. Muchas máquinas trabajando para fabricar entre dos y diez piezas cada una darán como resultado varios centenares de caretas en sólo unos días.
Dos de las piezas fabricadas por un particular en las últimas horas. (Telegram)
Por otra parte, la delegación territorial de la Junta se encargará de distribuir las protecciones resultantes y ha brindado a la iniciativa su capacidad de coordinación y también la incorporación al proyecto de las impresoras 3D disponibles en los centros educativos de la provincia. El llamamiento del Jefe del Área de Programas, José Carlos Gómez, ha puesto en marcha la incorporación a la iniciativa de las impresoras existentes en un buen número de centros públicos.
La idea ha captado, además, la atención de centenares de personas por su difusión a través de un grupo creado en Telegram y mensajes en otras redes sociales consiguiendo que se sumen a la fabricación decenas de particulares.
Ensamblaje
La delegación territorial también ha hecho de puente con otras administraciones para que la Policía Local, en la capital, la Guardia Civil, en la provincia, e incluso agrupaciones de Protección Civil, por ejemplo, en el Real Sitio, puedan encargarse de recoger las piezas fabricadas en casas y centros educativos evitando así que los donantes tengan que moverse de sus domicilios.
La sede del gobierno regional será el punto en el que confluyan los soportes, los acetatos y las gomas que han donado papelerías y mercerías de la capital y también convertirá una de sus salas en “taller de montaje” en el que voluntarios, miembros del grupo inicial, según explicó José Carlos Gómez, culminarán el montaje de las máscaras a razón de unos cuatro minutos de trabajo por cada una de ellas, ha calculado.
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