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Cuando haces el “gilinieves”

Llamamos gilipollas a aquella persona que se comporta de modo estúpido, hace preguntas estúpidas, molesta cuando intenta ayudar. Y lo hace de muy buena fe, o mejor dicho, no deliberadamente. Así, todos de un modo u otro, extraídos de nuestro contexto habitual y puestos en un ámbito en el que no tenemos experiencia, faltos de información esencial y desconocedores de las reglas del juego, somos, seremos y hemos sido o las tres cosas, grandísimos gilipollas.

Hay dos Españas, la con nieve y la sin nieve, mayoritaria. Yo me crié en la “sinnieve”, donde se recuerdan todas y cada una de las nevadas vividas. Y llamábamos nevar a cualquier cosa, no crean. Para jugar a lanzar copos de nieve lo suyo era rebañar un parabrisas que, misterios de la ciencia, es el lugar donde se mantiene la nieve en los sitios “sinnieve”.

Entiendo, pues, perfectamente el alborozo de los madrileños, no ante una nevadita, no, ante un nevadón con todas las letras. Espectacular. De los que hace años que no se ven en Segovia. Me parece mezquino eso que se oye en las conversaciones de los enterados segovianos -cualquiera diría que cuasi finlandeses en las cosas del nevar- que si eso les pasa a los madrileños por ir con las ruedas gastadas, que no saben conducir, se asustan y dejan el coche tirado al menor patinazo, van sin cadenas, no han acumulado sal… ¡Vives en Alcobendas y no tienes pala por si nieva! ¡Menudo loco!

Vale, nada acostumbrados a nevadones tal que el del fin de semana, algunos madrileños han hecho el gilinieves pero bien. El que esquía por vacile cortando el paso a las urgencias, el que va con trineo, el que con playeras, vandalismo a bolazos, el que fue al Escorial con descapotable… Esto es así. ¿Pero en serio vamos a culpar a un tipo de Aluche por no dotar a su Clio de ruedas de invierno, ese Clio que solo ha pisado la M-30 y las autopistas a la playa? Madrid es una ciudad de ciudades, retenciones incluidas, vives a una hora de donde trabajas. Y a muchos, especialmente a los menos boyantes, lo del teletrabajo como que no. Y he aquí que sí o sí hay que ir al tajo en el Clio. Un coche cuyas ruedas se usan hasta que el de la ITV te manda cambiarlas. Especialmente si esta Navidad, con la que cae, la cosa era era gastarse 120€ en ruedas o en turrones.

¡Un poco de humanidad y cariño para con los madrileños, caray! Gilipollas porque vinieron a pasar a la Sierra la cuarentena, gilipollas porque no saben conducir a 15 bajo cero y con medio metro de nieve (como si aquí todos hubiéramos combatido en la División Azul). Gilipollas porque van a Navacerrada y gilipollas si no van… Vale ya, ¿no? De acuerdo, reírse de las desgracias del vecino es la sal de la vida. ¡Quién no se ríe del vecino! (especialmente siendo rico y un punto chulo). Pero, sin estruendo, la gracia está en que tenga gracia.

Otra cosa es el pollo político, que allí como aquí, siempre apareja las nevadas desajustadas.  Al respecto, me llama la atención el debate ideológico subyacente. Los que dicen que el Estado ha menguado tanto (sin duda por culpa del archimalvado liberalismo) que hasta es incapaz de despejar la M-30. Y los opuestos, los que consideran que ya está bien de culpar siempre al Estado, que si te dicen no te muevas, pues no te muevas o atente a las consecuencias. Si llevan una semana machacando que si Filomena esto y lo otro, no es Díaz Ayuso la culpable de que no puedas ir justamente hoy a por verdura…

Reconociendo que hay cosas de la administración que claman al cielo, yo estoy más bien entre los segundos: el Estado no está para descongelarle a usted la cañería. Pero opino que no está mal criticar a la autoridad y hasta con denuedo… ¡Lo pueden hacer mejor!

Es cosa de previsión. Vean, apenas 1.200 vacunas llevamos pinchadas en Segovia, la mitad que en Soria, por un enrevesado conflicto gremial de los enfermeros empeñados en ostentar el monopolio vacunero. Y como enfermeras no hay y tenemos que importarlas, y como Madrid está muy cerca y pagan más, y como “externalizar” está mal visto, y recurrir al veterinario más si cabe (como si no requiriera callo vacunar 200 cerdos en una mañana, que lo hacen, como si vacunar no viniera de vaca), y a los fisios por fisios y al farmacéutico por farmacia, total, no hay personal para vacunar. Que me veo a Igea peinando la cárcel espetando a los señores toxicómanos: caballero, ¿no sabrá usted de jeringuillas?

Un hombre recibe la vacuna en una residencia de Marugán.


Author: Luis Besa

Luis Besa. Periodista,

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4 Comments

  1. También llamamos gilipollas a aquella persona, irresponsable, taciturna y egoísta, que incumple las mínimas normas de sanidad y no se pone la mascarilla, o se la pone mal por debajo de su narizota, o se pega a tí cuando habla contigo, o no se lava las manos, o pasa rozándote en el supermercado, o se pasa dos horas con una cerveza en una terraza, a -4°C, pegado a una estufa contaminadora, hablando con sus “allegados” y sin mascarilla. Y es por estos gili… por los que nos quieren confinar en nuestros domicilios a los que siempre han cumplido con las normas de seguridad. cuando lo que debería hacer un Gobierno responsable es declarar a estos gili… presuntos delincuentes, y ser puestos delante de un tribunal para que decrete su confinamiento por cometer un atentado contra la salud pública, al igual que se hace con los que contaminan los ríos o queman los bosques; y si salen culpables, a la cárcel una temporadita para que reflexionen sobre su conducta incívica. Pero claro, resulta más cómodo cerrar todos los bares y restaurantes, comercio, centros de formación, retomar la absurdez de las consultas médicas online, reducir el aforo de los lugares esenciales como farmacias, hospitales y consultas presenciales y confinar a toda la población en sus casas, pagando los platos rotos los que menos culpa tienen. Y quede claro que me estoy refiriendo tanto a gente joven como a gente mayor, que aún no saben llevar bien puesta la maldita mascarilla, y menos guardar la distancia de seguridad. Y así, el Sr Presidente de la Junta, está empeñado en pedir al Gobierno Central que nos confinen a todos; entiendo que en ese todos, también estarán incluidos los señores de la Junta, ¿o ellos están exentos de ese encerramiento domiciliario?
    Se olvidan que unos están ya autoconfinados, y así llevan bastante tiempo, y lo más que hacen es dar un paseíto por la calle Real por la noche cuando menos gente hay; en cambio otros están ya pensando en el carnaval y “en qué ropa me pongo”. ¡Pues qué ropa te vas a poner, la de gili…!. Es la diferencia entre un comportamiento y el de los otros. ¿Han pensado en la Junta lo que supone estar confinado cinco personas en 50 metros cuadrados?. Es foco de tensiones, de nervios, de discusiones, que pueden desencadenar en otros problemas más graves. Que se lo piensen, y que vayan cambiando el código penal para incluir como delito el no cumplir las normas sanitarias colectivas. Ah, ¿que ya está contemplado?, pues que lo apliquen, que ya están llegando tarde.

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    • Perfecto Luis, no se puede decir mejor. La nevada de Madrid solo la he visto en Segovia en el año 96 en Reyes. En Madrid no es que no sepan lo que es conducir con nieve, es que hay tal saturación de tráfico que a poco que tengan un accidente en un día normal ya se prepara. También lo llevaban avisando toda la semana pero según está la cosa no van a decir no voy a trabajar por si nieva.

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    • Hoy jueves a las 19,10 horas en la avenida del acueducto 10 chavales de menos de 25 años en dos mesas, distantes unos 50 centímetros una de otra, todos sin mascarilla y dando voces.
      Tambien habia n el mismo establecimiento más mesas a más distancia, un 10% de sus clientes usando mascarillas.
      En otras épocas, cuando era más joven, les hubiera explicado el error, “ahora está el carro delante de los bueyes” y no se puede hacer, lástima…

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