Posted By Redacción on 15, Jun, 2017

Pedro Luis Gallego.

Pedro Luis Gallego, el violador del ascensor, fue detenido ayer, 14 de junio, en un piso de Nueva Segovia en el transcurso de una operación policial que se prolongó durante doce horas, como adelantó acueducto2.com. Fuentes policiales han confirmado que se encontraba armado en el momento de su detención.

El conocido delincuente y asesino ha sido detenido acusado de ser el presunto responsable del secuestro de cuatro mujeres a punta de pistola cerca del hospital de la Paz a las que luego agredía en otro lugar. La Policía le imputa cuatro agresiones, dos consumadas, de acuerdo con fuentes policiales de la Jefatura de Madrid. En aquella zona de Madrid se había generado una elevada alarma ante la presencia del que ya se denominaba el “violador de La Paz”

Gallego fue condenado a 273 años de cárcel por el asesinato en 1992 en Valladolid de Leticia Lebrato, de 17 años, el asesinato y violación de la joven de 19, Marta Obregón y otras 18 agresiones sexuales, aunque fue puesto en libertad en noviembre de 2013 gracias a la derogación de la doctrina Parot, cuando inicialmente se le supuso que establecería su domicilio en Valladolid.

Sin embargo, hace dos años se trasladó a la vivienda de la calle Dámaso Alonso de Segovia donde fue detenido este 14 de junio, mientras que fuentes policiales han adelantado la posibilidad de que dispusiera de otro piso en la calle Agapito Marazuela, aunque ese extremo no ha sido confirmado oficialmente.

Un largo registro en Nueva Segovia.

Unos veinte policías nacionales pertenecientes a la Policía Científica y de paisano tomaron ayer el edificio de la calle Dámaso Alonso para practicar durante doce horas el registro de la vivienda y los trasteros y garajes asociados, siempre en presencia del único inquilino del inmueble, detenido y esposado, Pedro Luis Gallego. La operación se iniciaba en torno a las 7.00 horas, según varios vecinos consultados, cuando los agentes entraban, sin fuerza, en el piso de la letra B del portal del número 16 de Dámaso Alonso donde residía en régimen de alquiler.

Durante el tiempo que duró su trabajo, los policías bloquearon el paso y la visibilidad del rellano de la planta baja obligando a los vecinos a acceder a la finca por el garaje y llegar a los pisos directamente por el ascensor mientras que los habitantes de la misma planta baja se veían obligados a solicitar permiso, que no lograban hasta que los agentes cubrían con una toalla la cabeza de Gallego, presente en todo momento durante el registro de su vivienda. La tarea concluyó en torno a las 19.00 horas cuando los miembros de la Científica desalojaron la zona a bordo de, al menos, siete vehículos. Durante la actividad de los agentes no hubo en la zona un solo coche policial “Z” (con distintivos), ni agentes uniformados.

Algunos de esos residentes, sorprendidos al conocer la identidad y el historial delictivo del que ha sido su vecino explicaron que el inquilino del Bajo B era un hombre “aparentemente normal aunque con algo turbador en la mirada” pero con escaso trato con ellos durante los dos años, en los que estuvo residiendo allí, tiempo en el que no estableció relaciones especiales con casi ningún habitante del bloque. “Hola, adiós y qué bonito es el perro ha sido todo lo que he hablado con esa persona”, explicó una mujer mientras que otra llamaba la atención sobre su aparente obsesión por mantener siempre cerradas las puertas de acceso al edificiode viviendas.

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