Con ausencia de público, sin los familiares de los alumnos y demás limitaciones impuestas por la epidemia, la Academia de Artillería celebraba el fin de curso de la 309 promoción de oficiales y la 46 de suboficiales del arma con la entrega de despachos, el título de “segovianos honorarios” que sella el vínculo de la ciudad con la Academia, y la entrega de premios y distinciones. Premio Comandante Huellin al profesor más destacado, que este año correspondió al sargento 1º Cayetano. Premio también para el alférez alumno Saúl García y el sargento alumno Pacheco al “compañerismo”, concedidos por la Asociación de Antiguos Alumnos. También se ha recordado el hermanamiento de la Academia con la localidad onubense de Niebla, por ser según la tradición el primer lugar en que se usó la pólvora en combate, allá por el siglo XIII.
Emotivo homenaje a Alfredo Matesanz
Especialmente emotivo fue el acto a los caídos, en el que los artilleros quisieron tributar un pequeño homenaje al recientemente periodista Alfredo Matesanz y que tantas veces cubrió el evento desde los micrófonos de Radio Segovia. Su inconfundible voz sonó una vez más recitando el preceptivo soneto. “Lo demandó el honor y obedecieron…” Las palabras del coronel director, Alejandro Serrano, y la despedida de los ya ex-alumnos al estandarte pusieron punto y final a la ceremonia.
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