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Pedro Vicente: Cuando te engañan por enésima vez

Redifusión autorizada por el autor del blog Abriendo el compás, del periodista Pedro Vicente. Análisis de la actualidad política en Castilla y León.

“Gravísimo, intolerable”: “Alguien que pretende gobernar la Comunidad no puede incumplir la palabra dada” (…) “Una vez más, Mañueco demuestra que no cumple lo que promete ni lo que firma, no tiene palabra”. Las frases pertenecen literalmente al secretario autonómico del PSOE y portavoz del grupo parlamentario socialista de las Cortes, Luis Tudanca.

“Impresentable, injustificable y abyecto”. “Es indigno tener presidente tan mentiroso que traiciona a los trabajadores y trabajadoras y que ha hecho de la mentira su modus operandi” (…) “que no tiene palabra y que en momentos tan complicados como estos miente e incumple lo firmado y lo acordado”. Quien así se expresa es el secretario autonómico de Podemos y portavoz del grupo parlamentario mixto, Pablo Fernández.

Ambos se refieren al “cambiazo” dado por la Junta al acuerdo del Diálogo Social que se comprometía a complementar con una ayuda de 210 euros mensuales la prestación salarial percibida por los trabajadores incluidos en ERTEs. Pero atendiendo a la literalidad de unas y otras declaraciones, la opinión de Tudanca y Fernández sobre la credibilidad de Fernández Mañueco va mucho más allá de ese incumplimiento puntual. “Una vez más”, subraya el primero, en tanto que el segundo eleva la mentira a “modus operandi”.

Un talonario de cheques en blanco

¿Cómo se explica que, teniendo tan deleznable opinión sobre el presidente de la Junta, suscribieran con él hace tres semanas el pacto para la “reconstrucción” de la comunidad, un conjunto de acuerdos deliberadamente ambiguos con los que el gobierno Mañueco puede seguir haciendo de su capa un sayo? ¿Cómo se explica que unos políticos tan talluditos, que no han llegado hoy a la política autonómica, sean tan incautos para firmar cheques en blanco a alguien que les merece tan escaso crédito? ¿No saben que cuando te engañan la primera vez, la culpa es del que te engaña, pero que cuando ese mismo te vuelve a engañar otra y sucesivas veces más, la culpa ya es tuya y solamente tuya? Y cuando te engañan por enésima vez, rasgarse las vestiduras es puro fariseismo.

Pablo Fernández.

Por más que algunos que no lo han leído lo consideren “ejemplar” y otros con memoria de pez lo califiquen de “histórico”, el pacto para la “reconstrucción” no es ni una cosa ni otra. Salvo en el compromiso que conlleva de abordar una nueva ordenación del Sistema Público de Salud y un nuevo modelo de atención residencial a los mayores -justamente los aspectos que van a ser objeto de acuerdo a la vez en el Congreso de los Diputados– todo lo demás era perfectamente prescindible. Y aún así, lo segundo parte con el imperdonable pecado original de pretender cerrar el desastre de las residencias de ancianos (2.598 muertos por covid o síntomas compatibles, dos tercios de ellos fallecidos en los propios centros) sin haber investigado la negligente, si es que no dolosa, actuación de la Junta al respecto.

Todo lo demás era perfectamente prescindible. Por ejemplo, vaguedades como las que han dado cobertura (punto 34) al “decretazo” de “impulso y simplificación de la actividad administrativa” por el que la Junta se ha cargado con premeditación y alevosía la licencia ambiental previa para la autorización de macrogranjas ganaderas y otras fragancias que conseguirán hacer irrespirable el medio rural y el turismo asociado a la Naturaleza. Y este solo es un ejemplo.

A la vuelta de tres meses, la oposición puede encontrarse perfectamente con la consejera de Sanidad,Verónica Casado, y su mentor, el inevitable Igea, volviendo a la carga con su plan de dejar morir por inanición los consultorios locales.  O con la imposición unilateral, previa supresión legislativa de la mayoría cualificada, de los mapas rurales de la Ordenación Territorial.

El dirigente autonómico de Podemos, Pablo Fernández, lleva abominando del pacto casi desde el mismo instante en el que, tras firmarlo, cayó en la cuenta de que el acuerdo cerraba el paso a la comisión de investigación sobre las residencias que él venía propugnando. Se ve que, aunque Sánchez e Iglesias gobiernen juntos en España, Fernández y Tudanca tienen un diálogo poco fluido en Castilla y León.

El caso es que el dirigente morado amenaza día sí día también con romper el pacto, como si eso le importara a nadie. Y al que menos a Fernández Mañueco, que ya rentabilizó su firma presumiendo urbi et orbe de un pacto apoyado por los cuatro principales partidos. Si ahora Podemos decide romperlo, la repercusión mediática nacional de dicha ruptura será completamente nula, como nulas serán para la política autonómica las consecuencias de esa abjuración.

Imposible pacto presupuestario

Los socialistas -que, a diferencia de Fernández, negociaron de tú a tú con el PP el pacto- no pueden abominarlo tan fácilmente. Pero a estas alturas son plenamente conscientes del pésimo negocio hecho y necesitan desmarcarse como sea del gobierno Mañueco. De ahí esas contundentes declaraciones de Tudanca reseñadas al principio. Y de ahí que estén abocados a rechazar la oferta de pacto presupuestario con la que Mañueco pretende completar el abrazo del oso.

Por muy generosa que sea, políticamente no puede permitirse aceptarla. “¿Con qué cara y con qué cuajo pide apoyo para los presupuestos si su palabra no vale nada?”, se ha preguntado la secretaria de Organización, número tres del PSCL-PSOE, Ana Sánchez.

Además, un año después de tomar la Junta, hora es que el gobierno Mañueco comience a asumir su responsabilidad y presente de un vez unos Presupuestos de la Comunidad propios en los que se retrate, poniendo fín a esa nebulosa presupuestaria en la que viene moviéndose. Será también una buena piedra de toque para ver como resuelve su conflicto interno Ciudadanos, dividido en dos facciones (Ana Carlota dixit): la que se ha atrincherado en la Junta acaudillada por Igea y la que controla el grupo parlamentario, fiel al nuevo aparato dirigido por Arrimadas.

Y un último apunte a propósito del inevitable: Por si su figura política no fuera ya suficientemente sinuosa e intrigante, ya solo faltaba conocer el truculento episodio de ese vídeo que recibió sobre supuestas irregularidades en las primarias autonómicas del PP, grabación que asegura no haber conservado…

 

El Topillo

Author: Opinion

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3 Comments

  1. Al relance de este interesante artículo y aprovechando la oportunidad que he encontrado en este medio para comunicar mi parecer, se me ocurre incidir en una polémica analítica ya muy manoseada. Se trata de volver sobre eso que se da en llamar la “calidad de la democracia española”; personalmente tengo que reconocer que hace tiempo que poco me importa ni su nivel cualitativo , ni cuantitativo, pues parto de un escepticismo general propio de cierto cinismo ya cronificado. No obstante, aún me sigue dejando perplejo, en algunas ocasiones, la insistencia en oír la crítica -casi lamento – de la perversión en política sin indicar la más importante de sus posibles causas.
    Yo sigo encontrando que ese envilecimiento en la “cosa pública” viene rodada por generaciones y culturas de ciudadanías alimentadas por sopas demagógicas aliñadas con adulaciones mesocráticas (punto de encuentro entre democracias y dictaduras). Dicho sin complejos, el problema de origen no es el nivel del pastoreo o liderazgo (pésimos ambos), si no la mediocridad de la entelequia que se da en nombrar como “pueblo”.
    Así que más allá de políticas coyunturales o puntuales desastrosas, la sensación que me queda ante la situación general y sus nombres propios divide mi perplejidad entre terror e hilaridad.

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    • Me congratula su comentario, pero debido a mi pobre verborrea, no entiendo lo que quiere decir.
      Lo siento señor Walden.

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  2. ¡Que el problema es el “pueblo”!, señor Juanito

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