Posted By Opinion on 19, Ene, 2021

Ante la enorme controversia provocada por el adelanto unilateral del toque de queda en Castilla y León, que, aunque aplicado desde el sábado, ha alcanzado el lunes su gran repercusión nacional, “El topillo” tenía la malsana curiosidad de ver como reaccionaban Pablo Casado e Inés Arrimadas ante la medida implantada por el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, con el incondicional respaldo de su siamés el vicepresidente Francisco Igea. Más que nada porque, como es público y notorio, las relaciones de los dos capitostes de la Junta con los presidentes nacionales de sus respectivos partidos no son precisamente cordiales.

Y ese distanciamiento se ha dejado claramente notar en este episodio. Como no podía ser de otra manera, faltaría más, el presidente nacional del PP ha aprovechado para cargar contra el gobierno Sánchez. “El ausente presidente del Gobierno y el ministro candidato a tiempo parcial atacan a las autonomías gobernadas por el PP en vez de dar la cara, asumir su responsabilidad y hacer algo eficaz de una vea contra la tercera ola de Covid y el récord de contagios”, decía en Twitter Pablo Casado en relación con el recurso presentado por la Abogacía del Estado contra el adelanto del toque de queda en Castilla y León.

Y ahí se quedaba el presidente nacional del PP, sin apoyar expresamente la decisión tomada por Fernández Mañueco ni comprometer su apoyo en el Congreso de los Diputados a una eventual modificación del vigente estado de alarma que permita modificar las actuales franjas horarias del toque de queda, sin hacerlo por las bravas. Por su parte, el secretario general del PP, Teodoro García Egea, ha ignorado completamente la controversia en su cuenta de Twitter.

Aunque sin cargar de forma tan destemplada contra el gobierno Sánchez, Inés Arrimadas ha hecho algo parecido a lo de Casado. Ha denunciado la pasividad del Ejecutivo central ante la virulencia de la tercera ola del Covid, instando al mismo a que “salga de su letargo” y se ponga a la tarea entre otras cosas para dotar a las comunidades autónomas de todos los instrumentos necesarios para combatir la pandemia. “No tengo duda de que la Junta de Castilla y León va a cumplir con lo que diga el Tribunal Supremo”, ha añadido Arrimadas, sin explicitar en ningún momento su respaldo a la decisión de adelantar unilateralmente el horario del toque de queda.

Diaz Ayuso en la “fiesta del IFEMA” el pasado mayo.

Quien sin embargo ha apoyado sin reservas la iniciativa adoptada en Castilla y León ha sido la presidenta de la comunidad madrileña, Isabel Díaz Ayuso, al contrario que otros presidentes autonómicos del PP, caso del andaluz Moreno Bonilla y del murciano López Miras, paradójicamente en absoluto partidaria de una medida de este tipo. “El gobierno de España o está desaparecido en la lucha contra el virus o está entorpeciendo la estrategia del resto de las Administraciones. El presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, y su vicepresidente Francisco Igea tienen todo mi apoyo”, ha escrito en su cuenta de Twitter. Y obsérvese el detalle: pese a que el acuerdo lo ha tomado y firmado personalmente Mañueco en su condición de “autoridad competente delegada del estado de alarma”, Díaz Ayuso extiende expresamente su apoyo a Igea. Tan significativo como revelador.

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