Posted By Redacción on 20, Oct, 2016

La alcaldesa de Segovia, Clara Luquero, aseguró este 19 de octubre que el diseño del pliego del concurso del transporte urbano está abierto a la discusión y al acuerdo con los grupos de la oposición, especialmente en aspectos controvertidos como la definición del servicio para la estación AVE, “para la que el equipo de Gobierno no tiene ningún empecinamiento”.

La regidora hacía estas declaraciones tras conocerse que existe una iniciativa ciudadana para recabar firmas precisamente en contra de la idea propuesta inicialmente por la propia Luquero consistente en “fundir” en una sola línea las dos actuales, manteniendo la que parte de la estación de autobuses y dando a la línea una frecuencia fija de quince minutos.

Pese a que cuando la alcaldesa presentó el avance del pliego en conferencia de prensa la definición de la línea se planteó como inamovible, la rígida postura inicial se ha ido relajando y ahora se busca una decisión consensuada con la oposición. “Defendimos la propuesta de los técnicos por ser la más eficaz, lo hicimos en la rueda de prensa y en las reuniones con los grupos políticos pero falta una tercera reunión para ver estos ‘detalles’ que han quedado sueltos”, justificó.

Así las cosas, los representantes políticos se encuentran con tres posibilidades para dar servicio de transporte a Guiomar. La primera pasa por dejar las cosas como están, mantener las dos líneas actuales coordinando las expediciones con los horarios de los trenes, aunque eso “nos deja abocados a que el servicio pueda colapsar si Renfe sigue ampliando expediciones, que es lo previsto”, de acuerdo con Luquero.

La opción B es la que aparecía en la propuesta inicial pero que ahora ha quedado rebautizada como “la de los técnicos”, consistente en mantener la línea que usan “el 80% de los segovianos” que van al AVE —la que parte de Ezequiel González, la 12— aunque con un trazado mayor, cuatro autobuses nuevos en servicio —la compra tiene un coste de 1 millón— reforzados con servicios dobles en horas punta, y suprimir la línea 11 “que es la que usan los turistas, que vienen con menos prisas”.

La tercera opción es la fetén en cuanto al servicio, pero con el inconveniente de su precio, en torno a un millón más entre compra de vehículos, amortización, costes de personal y mantenimiento. “La solución idónea es tener las dos líneas como ofrecemos la 12 [con frecuencias fijas de 15 minutos], pero no somos Rockefeller”, apuntó pragmática la alcaldesa que echando cuentas calculó que la fórmula requiere, a mayores, comprar tres autobuses más por unos 800.000 euros a los que sumar 170.000 euros por amortización, mantenimiento, personal y energía. “Es cuestión de números”, concluyó.

Luquero cree que esta decisión y otros “detalles que quedan pendientes” en la redacción del pliego podría tomarse en una próxima reunión con los representantes de la oposición, que sin embargo aún no ha sido siquiera convocada.

En esta situación, el pliego del transporte no podrá aprobarse en el pleno ordinario de este mes, quedando aplazado al menos al de noviembre, nuevos retrasos que no impidieron a Luquero mantenerse firme en la idea de que el nuevo servicio de transporte urbano entraría en funcionamiento efectivo en el año 2017.

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