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In memoriam Julián Sanz, filósofo

La comunidad de filósofos de Segovia está de duelo. Fallecía en Madrid el pasado 27 de octubre víctima de la covid19 el filósofo segoviano Julián Sanz Pascual.  Nacido en Turégano en 1929, licenciado en filosofía, profesor primero de varios centros privados y finalmente del IES Andrés Laugna, donde se jubiló tras una década de docencia.

Una rara avis y probablemente autor de la filosofía más original escrita en Segovia. Yo le conocí a finales de los 90. Un día en el trabajo un compañero me pidió que atendiera a un señor tan correcto como raro que decía haber descubierto una demostración al teorema de Fermat y que quería el apoyo de la institución en la que yo trabajaba para editar un libro. “Menudo loco”, pensé. Pocos meses antes, y cuando ya la comunidad matemática consideraba un imposible la demostración del célebre teorema, para pasmo general, Andrew Wiles se sacaba de la manga una impecable demostración. Esto arranca en 1637, cuando en una edición de Diofanto que el gran matemático francés usaba para plantear acertijos y problemas, dejó escrito a pie de página que la ecuación xn  = yn + zn, carece de solución cuando “n” es igual o mayor que 3, añadiendo este fabulosa muletilla: “he encontrado una demostración realmente admirable, pero el margen del libro es muy pequeño para ponerla”.

La demostración de Wiles de 1995, que ha abierto importantes caminos a las matemáticas, era todo menos admirable y por supuesto, de corta nada: decenas y decenas de páginas farragosas que costó años revisar. Así que que un segoviano viniera con esas tenía su aquél. Así es como conocí a Julián, y por supuesto me bastó un minuto para entender que de loco nada, que aquel hombre ya mayor, era toda una eminencia, capaz de desarrollar un pensamiento propio y extremadamente original.

El filósofo de la 4ª dimensión: formalistas contra intuicionistas

Julián deja una abundante obra escrita. Tres novelas vagamente autobiográficas, la última, editada en 2016, El último Peldaño (papeles de Sandra Benjumea) el más que recomendable Jesús de Nazaret, el mito y la sombra (1996), ensayos sobre Jaime Balmes, de cuya obra era Julián uno de los mayores expertos,  y alguna cosa más. Hasta ahí, todo dentro de lo normal. Pero es en Primer discurso de ilógica (1992), El hombre informático (2000), La cuarta dimensión, una alternativa al teorema de Fermat (2002) y el magnífico manual filosófico La cuarta dimensión, la ciencia del espacio y el tiempo (2013), donde Julián desarrolla un pensamiento más original y fascinante en el campo de la filosofía de la ciencia del que estas líneas pretenden ser una mera aproximación de urgencia.

Por ponernos en contexto, en lo tocante a filosofía de las matemáticas y de la lógica, cómo son posibles y cómo llegamos a asentar proposiciones matemáticas, hoy predomina el paradigma formalista. Se consideran las matemáticas lenguajes formales, es decir, dados unos elementos -signos- y a partir de unos axiomas somos capaces de desarrollar cadenas de proposiciones verdaderas (demostrables) o falsas (refutables). Esta consideración se ha demostrado muy útil (la informática nace de ahí) pero tiene el gran inconveniente que, de ser cierta, las matemáticas no son acerca de los números, series, o triángulos o cualquier otra materia específica, de hecho, no son “sobre” nada en absoluto.

Y este es el arranque del pensamiento de Sanz. Una crítica radical al formalismo en la medida que “las formulaciones matemáticas ya no se hacen sobre la realidad, sino sobre la formulación que nos da el lenguaje, lo que ya nos aleja doblemente de la realidad más originaria” (¹). De ahí que solo podremos volver a pensar en la realidad en la medida que los concibamos no solo desde unas coordenadas espaciales y temporales, sino incluyendo una cuarta dimensión. Dicho de otro modo, una ciencia meramente formal se queda en una descripción y una narración (una descripción en el tiempo), pero hay que ir más allá e introducir una dramática, una tensión en el relato, y esta es la voluntad, lo que pone dinamismo en la naturaleza. Una cuarta dimensión.

Si todos los objetos fueran formalizables “las matemáticas los podrían hacer suyos por completo y tratarlos a fondo con un razonamiento formal”(²). Pero como no puede, no le queda otra que restarles realidad. La ciencia, pues, corre así el riesgo de perderse en un páramo irreal. Semántica sobre semántica de la semántica. Para evitarlo “es necesario hacer entrar en juego la intuición”, es decir, la capacidad de aprehender el objeto en su sí mismo.

Pitágoras 1, Euclides 0

Como ven, es una filosofía de la ciencia que suena a Heidegger y Bergson y muy políticamente incorrecta, lo que explica, el escaso impacto que el intuicionismo tiene actualmente; la mayoría de los filósofos somos formalistas y nos rendimos a la potencia utilitaria de la ciencia. Pero a la vista de lo que ocurre, por ejemplo, con la física cuántica, no por útil cada día más refractaria a una ontología coherente, o en la crítica del recientemente galardonado con el Nobel Roger Penrose a la computabilidad del pensamiento humano, no dejo de pensar que Julián daba en la diana.

Y no puedo terminar esta aproximación a la obra del filósofo segoviano contemporáneo a mi juicio más interesante  sin citar ni que sea de pasada su rigurosa reflexión en torno a Fermat y la ecuación de cuatro cubos, a la que Julián, considerable matemático, dedicó no pocos esfuerzos. Viene a decirnos que ¡claro que el teorema es cierto! La suma de dos elementos elevado a n solo dará un entero de raíz n, cuando n<3 (por ejemplo, 3²+4² =5² pero) qué curioso en cambio, que si nos vamos a potencias al cubo, entonces sí (3³+4³+5³ = 6³) . Basta añadir un nuevo término a la ecuación. ¿Es esto casualidad? Y en este añadir un nuevo término Sanz propone que para entender realmente el espacio tridimensional, precisamos introducir una cuarta dimensión, que es lo que en última instancia le dota de realidad. “Esto es pensar en pitagórico, aplicando la intuición frente al pensamiento euclideo, radicalmente formalista” (³), concluye.

1 y 2. “La cuarta dimensión. La ciencia del espacio y el tiempo”. Chiado Editorial 2013 

3- “La cuarta dimensión, una alternativa al teorema de Fermat”. Siglo 21 2002


Author: Luis Besa

Luis Besa. Periodista,

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1 Comment

  1. Muchas gracias por el artículo. Soy Elena, una de las sobrinas de Julián. Sólo quería puntualizar que mi tío falleció el martes, día 27 de octubre. Agradecemos mucho todas estas muestras de cariño hacia Julián. Muchas gracias. Abrazos

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