Feliciano Herrero, montañero.
A principios de semana, se nos ha muerto como del rayo el lechero de Cronista Lecea, el montañero Feliciano Herrero Rujas.
Feliciano, ya nonagenario y con la salud deteriorada, pasaba sus últimos días, en el Real Sitio de San Ildefonso, mirando su querida Sierra de Guadarrama.
Natural de Hontanares de Eresma, empezó tarde en el deporte. El trabajo y la familia (enviudo pronto) le mantuvieron ocupado. Pero en el último cuarto del siglo XX, abordó una pasión que lo tuvo ocupado, cabeza y piernas, casi hasta el final de sus días.
No fue un alpinista al uso, de grandes cumbres, pero sí un maestro en el caminar por nuestras montañas ‘libre y sin prisas’. El Guadarrama y el Sistema Central peninsular fueron, principalmente, sus particulares fincas.
Sin olvidar la faceta musical, de oído, cuando, bandurria a la mochila, nos deleitaba en alguna marcha. Formó parte durante muchos años de la Ronda Segoviana.
Desde que se aficionó a la montaña formó parte del Grupo de Montaña ‘El Nevero’, participando en numerosas actividades, tanto deportivas como culturales.
Fue un adelantado en nuestra ciudad en recorridos de larga distancia, junto a los famosos ‘100 kilómetros Pedestres de Santander‘.
Pocos saben que Herrero participó, en los años 80, en este pionero recorrido, habitual por Europa, aunque poco conocido en España. Competición que abrió el camino al ultrafondo en nuestro país (la primera se realizó el 13 de septiembre de 1980, con 100 atletas de cinco nacionalidades).
Hace ahora 10 años, en 2007 la carrera popular ‘Patrimonio de la Humanidad’, que organiza la Asociación Cultural ‘Plaza Mayor’ de Segovia, le ofreció, junto a otros conocidos deportistas segovianos, un emotivo homenaje.
En definitiva y parafraseando a otro de nuestros ilustres poetas, ha muerto un hombre bueno que desdeñaba las romanzas de los tenores huecos.
Su pasión andar haciendo caminos. Descansa en paz compañero.
Hoy, jueves 13 de julio, se celebra una misa por su alma en la iglesia de la Trinidad de Segovia a las ocho de la tarde.
13 julio, 2017
¡¡No corrais, no pasa nada!! (una manada de vacas corría hacía nosotros,cuando descendíamos desde El Calvitero a Candelario -Salamanca-) ¡¡llevan la mosca en el rabo!!
Trataba de calmarnos, el bonachón de Feliciano, del susto que llevábamos. Año aproximado 1976.
Que descanse en paz.
13 julio, 2017
Curiosa anéctota. Lo que sabía de vacas el amigo Feliciano 🙂
13 julio, 2017
Feliciano:Andarin empedernido…,que descanses en paz…
13 julio, 2017
Descansa en paz,todos te echaremos de menos, tu querida sierra mucho más. Otro de esos hombres enormes pero modestos, humildes y buenos, que hoy cada vez escasean más.
13 julio, 2017
Muchas gracias Pedro por tus emotivas y sentidas palabras. Le habrán llegado allá donde esté y seguro que le han emocionado