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De campaña: todos al mitin

Último día que se destina a escenificar la fortaleza de las candidaturas. Los aparatos entran en su máximo arco de tensión para garantizar al jefe supremo (hoy ya no quedan sobreros, solo Miuras) una escenografía que transmita fortaleza. La idea es vender moral de victoria, que el elector tipo se diga, caray, que fuertes van… Es la parada militar previa a la batalla.

En Segovia el PP concluía con Francisco Vázquez pidiendo el voto “porque tenemos un programa ambicioso y estamos convencidos de las oportunidades de esta tierra”, decía, acompañado a la sazón por la portavoz del partido Cuca Gamarra. Luego para Valladolid.  El PP de Segovia no se puede quejar del arropo de Génova, en esta ocasión. Hay un escaño en el alero y por la provincia ha pasado hasta en cuatro ocasiones Fernández Mañueco. Ha pisado también el Azoguejo Díaz Ayuso, con su tirón popular, y el alcalde de Madrid, y Pablo Casado, muy volcado en los comicios. Hasta Aznar y Rajoy han salido de sus retiros para trabajar por la causa. En lo local, llamaba la atención la movilización de cargos en los dos equipos de campaña, ¡han participado hasta los suplentes de las listas! En Segovia la militancia ha puesto toda la carne en el asador al servicio de su verdadero líder, don Paco.

Otra cosa será con qué provecho. Pues a lo largo de la campaña se han encontrado con un relato tóxico para ellos y que no han sabido exorcizar. Partiendo de los 29 procuradores que tienen ahora lo prudente hubiera sido evitar hablar en demasía de mayorías absolutas, pues todo lo que no sea ganar por paliza será el lunes visualizado por los medios como una derrota. Especialmente si se interpretan los resultados en clave nacional. Han ido de más a menos en una campaña complicada, obligados a luchar por recuperar votantes de Ciudadanos, que si no les votaron en 2019 fue por algo, y obligados también a derechizarse para evitar fugas a Vox, que sí ha aparecido con fuerza en el panorama también es por algo. Una ecuación complicada, con un líder, Mañueco, poco líder, tecnócrata y sin tirón popular.

Tampoco parece Luis Tudanca tocado por el carisma en este -cabe pensar- último intento suyo por cambiar el sino conservador de Castilla y León. A falta de líder, la campaña del PSOE ha consistido en tirar de ministros. El cabeza de lista local, el candidato José Luis Vázquez y ex-alcalde de La Granja, concluía prometiendo un plan estratégico de empleo tras una campaña sin estridencias, en la que por aquello de evitar fotos excesivamente masculinizadas a veces parecía ser Alicia Palomo la uno en lugar de la dos. Sin embargo, y a pesar de ser hoy por hoy la fuerza más votada y partir con seis procuradores de ventaja respecto al PP, han sabido trasladar a los de Mañueco el rol de favoritos y yendo de menos a más, que es como hay que ir en las campañas. Sintomático parece que Pedro Sánchez no entrara en liza más que fines de semana y reservándose para el final. Hay derrotas que huelen a victoria. De ahí que lo que ayer pudiera ser quemarse en balde, hoy sea consolidar liderato.

Vox ha estado harto moderado para lo que suele pero con una presencia intensa en Segovia. La paracaidista pucelana elegida por el partido para encabezar la lista, Susana Suárez, se conforma con jugar a lo que hay, el arrastre, y sus compañeros de viaje, desde Ortega-Smith a Buxadé, pasando por Santiago Abascal, que se personó en Segovia en una suerte de uniforme caqui, han evitado declaraciones intempestivas que compliquen esa imagen de “somos la frescura”, “el cambio radical”, “la novedad” frente al bipartidismo clásico -carta que antaño jugaran Ciudadanos o Podemos-, en la idea de optimizar el desencanto de la ciudadanía para con el estamento político en general y la crisis covid en particular.

Unidas Podemos tiene tres caras mediáticas. Iglesias, que no ha entrado apenas en campaña y sigue siendo su mejor activo. La aún poco conocida Yolanda Díaz, que casi tampoco, y de la parte de IU, Alberto Garzón, que sí que ha estado en Segovia el último día pero sin machacarse. Están bastante solos en territorio hostil, los de la coalición. A Pablo Fernández, que tampoco es que sea ninguna alegría de la huerta, le ha penalizado no participar en debates, el vacío que alrededor de la formación hacen los grandes medios nacionales, incluso la siempre inestable combinación de elementos entre IU y Podemos que complican la consolidación de líederes con tirón.

¿Y Afrodisio Martínez? Si Vox navega con viento en las velas los de Ciudadanos lo hacen con todo en contra. Hasta su mejor activo, Igea, pilló el covid la primera semana, pese a lo cual ha sabido valerse en los medios como potencial partido bisagra.

Y cierro con Centrados. Evidentemente estas no son sus elecciones, pero han hecho muy bien en entrar en campaña y hacerlo con cierta tensión para marcar territorio frente a potenciales “segovianismos” en proceso. Pues todo indica que el “provincialismo” puede pasar de lo anecdótico a deparar una importante sorpresa el domingo en Soria, Ávila y León. De confirmarse, eso suscitaría un vacío electoral en Segovia de cara a futuros comicios que el ya fogueado partido está en óptimas condiciones de ocupar en la provincia. Sorprendentemente, y aún obteniendo unos raquíticos resultados, pueden encontrar el domingo su razón de ser en el mundo.

 


Author: Luis Besa

Luis Besa. Periodista,

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2 Comments

  1. Cuando cambiaremos caras. No hay más que vividores políticos desde los tiempos de la denominada Transición.
    ¡¡¡Por dios!!! Qué ya tienen la cartera bien llena y la pensión asegurada… ¡¡¡Váyanse a paseo!!!
    Pero traigan caras nuevas ‘de casa’ no de saldo e importadas y a poder ser con más de una neurona; ahora para encontrar una en un candidato ni con un TAC

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  2. …y na más que chorrás.

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