Quizá, viendo a los socialistas de la provincia enfrascados en el enconado proceso de primarias para la elección de secretario Federal, usted pueda pensar, con razón, que la batalla se está desarrollando entre “susanistas” y “sanchistas”, aunque mire, a mi me parece que ese es el pretexto ideal para calentar motores, una especie de test, de cara a los procesos regional (el Comité de Castilla y León convocará el proceso el próximo día 26 y se celebrará, calculo, en pleno verano) y, sobre todo, provincial.
Los socialistas segovianos están moviéndose por la provincia en multitud de conciliábulos celebrados en todos los puntos de la provincia en los que, los de un bando y otro y hasta los muchos pesos pesados que permanecen de perfil pese a que este parece un buen momento para que quede claro quien es quien —se me ocurre el ejemplo de la alcaldesa, Clara Luquero, aunque la lista de los que esperan que pase el chaparrón fratricida procurando que la sangre no les llegue a manchar es larga— tratan de medir las fuerzas reales de unos y otros y hasta de formar alterativas.
Y es que, si una idea parece que se está afianzando en tantas reuniones y charlas, al margen de las definiciones de lo que debe ser el purismo del PSOE, es que la cabeza del secretario provincial, Juan Luis Gordo, se quiere poner en juego. Al dirigente provincial, de momento silencioso, se le señala por su participación en la forzada caída de Pedro Sánchez y la envestidura de Mariano Rajoy, además de su acercamiento sin tapujos —qué puñetas, forzado y buscado— a Susana Díaz, pretextos más que suficientes para sacar la libreta de agravios y reclamar que funcione la guillotina.
El secretario provincial, además, se queda solo en el banquillo este que se está montando sin que, al parecer, los dedos acusadores apunten a otros compañeros de su ejecutiva que también han experimentado el proceso de transformación de sanchistas entusiastas a susanistas acérrimos que parece que salvan los muebles. No sólo eso, que se postulan para ocupar el puesto en cuanto tengan ocasión.
Y los socialistas segovianos, pese a que queda medio año para el congreso provincial, se han puesto a pensar. He sabido de reuniones en las que expresamente se buscaba la figura de una mujer para la Secretaría pero, o no se ha encontrado candidata capaz de concitar corrientes, o la que podría hacerlo se ha bajado del caballo antes incluso de que lo ensillen. Vamos, que las que podrían intentarlo, no quieren y las que quieren, no son la mejor opción.
La que sí he oído sonar con fuerza es la opción del nombre del procurador, José Luis Aceves, que al parecer, como candidato “secretariable”, podría satisfacer a unos y otros e incluso, me juran, ya anda cuadrando intereses con el líder de la plataforma sanchista, Alberto Peñas. Si uno quiere ser secretario provincial y el otro estaría satisfecho con una silla en la ejecutiva regional, el acuerdo parece sencillo ¿No? Anoche mismo, ambos se reunieron en Coca acompañados de otros socialistas “inquietos.
Ya, ya sé que me va a hacer notar que el de Otero de Herreros va con Sánchez y el de Coca, aunque sea sobre el papel y aunque sea por su pertenencia a la ejecutiva oficialista, va con Díaz, pero ya le he dicho antes que esto de la pelea en defensa de los aspirantes a secretario federal pasa a un segundo plano cuando se desciende al territorio provincial.
A ver, para que tome una referencia. En la agrupación de Coca se da la circunstancia de que se recogieron 20 avales para el madrileño y exactamente los mismo, otros 20 para la andaluza (y unos pocos para Patxi López) un empate técnico que parece cobrar sentido en el marco que le dibujo, más si tenemos en cuenta que el procurador no ha descendido a esa batalla y ha sido un “secundario” de aquella agrupación el que ha andado enfangado en esas tareas de los apoyos en su zona de influencia.
Curiosamente, cuando preguntas por otras opciones como la del propio Peñas, el personal arruga el entrecejo, que pese a su notable éxito en el proceso de la recogida de avales, difícilmente sería capaz de reunir apoyos suficientes en toda la provincia y además podría conformarse con sendos puestos ejecutivos aquí y en Valladolid.
Figuras como el alcalde granjeño, José Luis Vázquez o el secretario de organización, Alberto Serna, si bien aparecen en esas conversaciones, de momento se descartan en escasos minutos, dejando como única opción plausible la del de Coca.
Eso hoy, que quedan seis meses largos para el congreso y entre medias se elegirán lideres, nacional y regional y habrá que ver con qué costes para unos y otros, además de las opciones de repetir de un Juan Luis Gordo que hoy parece caminar con los brazos bajos, quizá esperando el momento en el que haya que saltar al ring de verdad.
 

 




 
		 
		 
		 
		 
		 
		 
		 
		 
		 
		 
		 
		 
		 
		 
		 
		 
		 
		 
		 
		 
		 
		 
		 
		 
		 
		 
		




 
		 
		 
		
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