“El Peahis está acabado en este momento”. Así de tajante se mostró este jueves el concejal de Urbanismo, Alfonso Reguera, respecto a la inminente aprobación inicial del documento de planificación urbanística en las áreas históricas de la ciudad, sólo pendiente de la firma de media docena de convenios sobre fincas concretas, que estarán rubricados en diez días.
La aprobación inicial sólo requiere la aprobación de la Junta de Gobierno Local, un acto que se realizará en cuanto se incorporen los convenios para continuar su tramitación, incluyendo los periodos de alegaciones para lograr la aprobación definitiva del pleno a mediados del próximo año, cuando el edil calculó que podría entrar en vigor.
En el ámbito político, el equipo de Gobierno socialista mantiene cierta sintonía con el Popular para sacar adelante el importante documento, mientras que el resto de los grupos (UPYD, C,s e IU) mantienen posturas algo más críticas con su contenido.
Los convenios entre propietarios y el ayuntamiento significan en la mayoría de los casos permisos para edificar para aquellos a cambio de suelo para la ciudad. Por ejemplo, se incluye en el paquete el acuerdo que propiciará la desaparición de la gasolinera de Padre Claret y su sustitución por un hotel; permisos de edificación en el chalé existente en Ezequiel González junto a la iglesia de Santo Tomás o el caserón de Vía Roma, o la apertura de accesos público a la muralla en puntos hasta ahora inaccesibles como la Huerta del Seminario o el Hospital de la Misericordia.
“Pagando IBI, los inmuebles tiene más valor”
En su comparecencia ante los periodistas, Reguera hizo referencia al malestar de los propietarios de algunos de los 137 edificios o pisos que han perdido la catalogación de “protección integral”, a otros tipos (integral, estructural o ambiental), con el consiguiente recibo de IBI aparejado, apuntando que los cambios no obedecen a motivos fiscales, sino urbanísticos.
El concejal invitó a los propietarios “que crean que no tiene la calificación correcta” a acudir a Urbanismo para abrir el correspondiente expediente y trató de encontrar una ventaja en la nueva catalogación: “la supresión de la protección integral les da [a los edificios o pisos] muchísimo más valor de mercado por la posibilidad de cambio y rehabilitación”.
 
 




 
		 
		 
		 
		 
		 
		 
		 
		 
		 
		 
		 
		 
		 
		 
		 
		 
		 
		 
		 
		 
		 
		 
		 
		 
		 
		




 
		 
		 
		
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