El filial de la Real Sociedad se impuso con solvencia por 4-1 a la Gimnástica Segovia, que suma una nueva semana sin ganar (y van cinco) en lo que claramente puede definirse como una crisis de resultados. Tal vez no tanto de juego, por cuanto en Guipuzcoa los de Ramsés se las vieron no solo contra un equipo gran favorito para el ascenso, sino contra toda una cadena de infortunios que se iniciaba con la lesión de Molina, lo que obligó a improvisar una defensa. El partido empezó con alegría para los visitantes, tras recibir un gol a balón parado los segovianos respondían de la mejor manera, empatando, pero la expulsión de Silva por segunda amarilla en un temprano minuto 28.
Con uno menos y de visitante toca resistir. Es lo que intentó la Segoviana en la segunda mitad, en algunos tramos sometida a un verdadero cerco y encajonada en su área. Las buenas intervenciones de la zaga y de Oliva invitaban a mantener la esperanza. Pero esta Real es mucho Real, y finalmente la lógica se impuso con tres goles que sentenciaban el encuentro.
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