Coraje porque hay que tenerlo para ser de este equipo capaz de palmar a lo grande. Y corazón porque se precisan arterias de hierro para ser colchonero. “Sufrir va en el carné”, repiten los colchoneros segovianos que se han congregado en Santo Tomás para celebrar el título. Anda que no…
Allá por enero felicitaba al codirector de acueducto2.com, Fernando, colchonero inquebrantable por lo que yo consideraba un título cantado. Con ocho puntos sobre el segundo, dos partidos por jugar, Barça y Madrid empatando jornada tras jornada en los campos de los colistas y jugando de pena, se me antojaba un milagro que no ganara Simeone. Fernando me dirigió una larga y escéptica mirada:”esto es el Atlético, tío… esto no va así”, dijo. Y tal cual. En las aciagas semanas siguientes la ventaja menguaría hasta quedar en dos escuálidos puntitos. El aliento de los grandes en el cogote. Al tiempo que Barça y Madrid parecían ponerse las pilas. Hasta un sorprendente Sevilla amagaba con colarse en la pomada mientras los Koke, Saúl, Llorente, espléndidos en la primera parte del campeonato, parecían derrengados e incapaces de jugar ni a la petanca. Pupismo en estado puro, bueno, otro año será… Pero no. Llegados ahí la, para el profano incomprensible política de Simeone, ese genio, volvía a brillar en forma de un fondo de armario, reservas, destríos y anti-cracks como Savic, Carrasco, Correa, Lemar rindiendo el 200% y dando un paso adelante.
Lo bueno del fútbol es esta indeterminación que no conoce de millones. Un equipo condenado al descenso (ánimo Pucela) de repente monta un ataque impecable y pone contra las cuerdas a todo un campeón. Minuto 20 y el peor escenario posible se convierte en una cruda realidad. Sin embargo, los colchoneros de antiguo, los veteranos, apenas esbozan un rictus de fastidio. ¿Es que alguien pensaba que esto iba a zanjarse sin sufrimiento?, se dicen, recordando que el karma rojiblanco les viene de tres, cuatro generaciones, de cuando el Atlético Aviación.
Va en el carne el diploma de sufridor homologado, aunque a renglón seguido el Villareal venga a arreglar el estropicio marcando al Real Madrid. Pues será así, bien pensado, un título muy colchonero también, ganar a lo rocambolesco sufriendo como un perro. Pero no. Llega la segunda parte y, en otro detalle claramente colchonero, un jugador al inicio de temporada llamado a languidecer por el banquillo y en los últimos meses puntal del milagro, Ángel Correa (5.5M€ de fichaje), un obrero del fútbol, se pone a driblar a la antigua para marcar el empate de punterazo, primera piedra de la remontada. El crak Joao Felix, 126M€, lo mira desde el banquillo. Más detalles colchoneros, que el segundo, el definitivo, lo pone un destrío del Barça, Suárez (11M€, entre fijos y variables, a descontar de la deuda por Griezmann)… que si fuera de forma, que si viejo… ¡21 goles para el uruguayo que son 21 puntos cruciales! Y naturalmente, el arreón de angustia final. El Madrid es lo contrario del Atlético, un club con suerte que suele arreglar las cosas en el apretón de los últimos cinco minutos. Se dedica a deambular por el prado pero, lo que son las cosas, llegará al 85 ganando. Es la maldición blanca de Cibeles. Con 2-1 en el José Zorrilla, ahora un córner mal defendido, una pierna mal puesta, empata el Valladolid y (del todo inmerecido) título para el de siempre.
Pero por un año justicia y pupismo parecen dar la espalda al vecino ricachón de la parte alta de la ciudad. No habrá drama hoy en Valladolid. Alirón rojiblanco. El árbitro pita el final. Décima liga para el tercero en discordia en la liga más emocionante de los últimos años. Felicidades colchoneros, un año más, han sido los mejores.
23 mayo, 2021
4 gastos. Poquita afición tiene el Atleti…
23 mayo, 2021
Suficientes. Somos los mismos cuando ganamos y cuando perdemos y no pataleamos con comentarios absurdos para despreciar al rival. Seguro que en la farmacia encuentra algo para la acidez de estómago.