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Riperdá, el ministro de Felipe V que se fugó del Alcázar de Segovia

¿Aventurero, político, conspirador? ¿Un arribista? ¿Un visionario?. “Juan Guillermo Ripperdá es un personaje con muchas luces y sombras. Tradicionalmente la historiografía le ha pintado de eso, de un arribista, de buscar el poder, y efectivamente, su vida es la búsqueda del poder, pero a la vez tuvo una gran visión poniendo en marcha fábricas reales. Es, ante todo, una vida aventurera, fue un hombre muy conocido en toda Europa, muy importante, que yo he querido novelar y sacar un poco del desconocimiento”, explica  Cristian Fernández Giner.

Fernández-Giner, un ilerdense afincado en Segovia desde los 14 años y técnico de emergencias, aborda en Riperdá, el holandés errante su trabajo más ambicioso. Novela histórica de la buena, precedida de cientos de horas de investigación y documentación, donde todos los personajes son reales, para novelar la rocambolesca vida de este segundón de una noble familia holandesa. “Es sobre todo un embaucador, un hombre que sabía ganarse la voluntad de los poderosos”, explica Fernández. Es así que en la convulsa Castilla de 1715, con el país aún sangrando por la Guerra de Sucesión, que Ripperda llega a Madrid para devenir embajador de Holanda. Su mundología, su facilidad para los idiomas (hablaba numerosos idiomas y muy bien) le ganan el favor del entonces todopoderoso cardenal Alberoni, que le nombra intendente de las factorías textiles reales de Guadalajara.

De allí, y de la mano de su protectora Isabel de Farnesio, verdadero poder en la sombra de la corte de Felipe V, Ripperda protagoniza un asombroso asalto al poder, es el muñidor del Tratado de Viena, que establecía la alianza con el imperio austríaco, y en 1724 le vale la secretaria de Estado. Pero del amor al odio, de ser el favorito de Farnesio, terminará siendo su más enconado enemigo.

Fuga del Alcázar

Indicios de corrupción -el tratado con Viena establecía unos ruinosos dispendios para España de los que Riperdá, de algún modo, se beneficia- le apean del favor real. Intenta refugiarse en la embajada inglesa, que es tomada por la Guardia Real, para terminar siendo encarcelado en el Alcázar de Segovia en 1726. “De hecho, La Granja, Segovia, son muy importantes en la vida de Riperdá y ha sido uno de los factores para que escribiera la novela”, cuenta Fernández.

Su cautiverio dura poco. En 1728, el hombre más peligroso de la corte, como le consideraba Isabel de Farnesio, protagoniza una fuga de película del castillo segoviano, muy bien descrita en la novela en uno de los capítulos clave. Nuestro hombre intenta entonces recuperar el poder, retorna a su Holanda natal, donde vuelve a convertirse al calvinismo (nació católico, profesó el calvinismo, para volver al catolicismo en España, y ya en las Provincias Unidas, nuevamente protestante), para embarcarse, ya en la madurez de la vida, en una aventura de alto voltaje que le lleva a la corte del sultán de Marruecos. Más intrigas, deslealtades y conspiraciones, le dejaron en una crítica situación económica. Murió en Tetuán, a los 57 años, cuando aún esperaba una improbable corona como rey de Córcega. Tres siglos después, Riperdá, el holandés errante es la novela histórica que merece un personaje ciertamente novelesco y clave en la historia de España y de Segovia.


Author: Cultura

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1 Comment

  1. Buenos días Cultura, Riperdá lleva tilde en la a, cosa que no han puesto a lo largo del artículo, excepto al final, cuando han copiado el título del libro. Gracias, un saludo.

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