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Reeditada con patrocinio de Diputación “Estampas de Aldea”

En 2015 los documentalistas residentes en La Granja Aku Estebaranz y Ainhoa Zufriategui coronaban una campaña de micromecenazgo publicando Estampas de aldea, un faccsímil de la obra de cuentos didácticos infantiles escritos en plena república por el maestro segoviano y experto en Machado Pablo de Andrés Cobos. Pese a su éxito inicial en 1935 la obra tuvo escasa repercusión al coincidir con la Guerra Civil y la instauración de la dictadura, muy combativa con docentes de la escuela renovadora como De Andrés Cobos.

Fue todo un alarde editorial que ahora, con el patrocinio de la Diputación, ha sido objeto de una reedición presentada ayer por la editora y el diputado de Cultura, José María Bravo. Trabajo cuasi arqueológico. “Supimos que sólo había un ejemplar en la Biblioteca Nacional de Madrid; el libro estaba totalmente desaparecido”, apuntaba la editora, reconociendo que aquel descubrimiento dio lugar a un trabajo de investigación en el que participó la única hija con vida del autor, Soledad de Andrés, y que centró la primera reedición.

Discípulo de Blas Zambrano y contertulio de los intelectuales de la época como Antonio Machado, de quien llegó a ser biógrafo, Pablo de Andrés Cobos fue, además, uno de los maestros de aquellos años que revolucionó los métodos pedagógicos. No en vano, ‘Estampas de aldea’, que se ha convertido en un verdadero documento etnográfico, estaba relegado a un segundo plano hasta por su propia familia, según detallaba en la presentación Ainhoa Zufriategui, quien confesaba que “era a lo que menos importancia se había dado de la obra de Pablo de Andrés porque los estudios sobre Antonio Machado habían sido publicados en la década de los sesenta y los setenta con mucho éxito y difusión”.

Son relatos que recogen con “mucho humor y mucha dulzura” y también con una visión realista de las diferencias de clase del campesinado castellano,  testimonios de lo que fue la infancia del autor en Carrascal de la Cuesta, haciendo hincapié en las tareas del campo, el día a día de las aulas, la relación entre las familias, los momentos especiales como los toros de Turégano o la feria de San Andrés. De hecho, la gran novedad y carácter pionero del libro es precisamente ese realismo hasta la fecha algo inédito en la literatura didáctica.

Reepecto al facsímil original la nueva versión apareja un ligero cambio: la ampliación en su cuerpo de texto para que sea más accesible a personas mayores y a lectores infantiles. Además, esta nueva edición, como concluía Ainhoa Zufriategui, “incluye dos pequeñas biografías de Pablo de Andrés Cobos y Miguel Prieto, ilustrador de los relatos, que permiten al lector situarse en la época y en el porqué de elaborar un libro escolar en un momento en el que lo único que tienen los niños para leer son unos pocos libros de los autores clásicos; pero no existe un concepto de literatura infantil muy desarrollado y mucho menos una literatura infantil que evite la fantasía y se centre en la realidad de los niños”.


Author: Cultura

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