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¿Quién mandará ahora en España?

El PP ha ganado las elecciones en España tanto en el Congreso y en el Senado, donde repite una amplia mayoría absoluta, pero los magros 123 escaños de las Cortes desahucian a Rajoy de la Moncloa. Los liberales de Ciudadanos han pinchado respecto a sus previsiones, sus 40 escaños no le valen al centro-derecha. Podemos (la fueza triunfadora de la noche, si es que cabe hablar en tales términos) y sus diferentes franquicias suman 69 diputados, por 90 el PSOE. Unidad Popular logra dos meritorios e importantes escaños, y el resto es para los nacionalistas, nuevamente con la llave de las mayorías.

La conclusión es que, tal como anunciaban las encuestas, que esta vez la han clavado, el bipartidismo ha saltado por los aires. Volvemos a un arco parlamentario propio de la transición, con ninguna fuerza con capacidad de gobernar por si sola. Y lo que significa: un gobierno débil que deberá basar su acción ejecutiva en el Parlamento. El protagonismo político vuelve a las Cortes. En manos de los diputados está si son capaces ahora de lidiar con el encargo depositado en las urnas por los ciudadanos o dar por nulas las elecciones navideñas y volver a la carga en primavera.

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Del enrevesado mapa parlamentario cabe extraer algunas conclusiones. Ya puede Rajoy cacarear que ha ganado que, hoy por hoy, es un cadáver político. La suma PP + Ciudadanos no cuadra. Primera lección: abandona la Moncloa el PP. Tiene la culpa la ambigüedad de Rajoy en la lucha contra la corrupción y, sobre todo, el fallido mensaje de la recuperación. Sí, España va bien en lo macro, pero esta realidad queda diluida en las nóminas de final de mes de los trabajadores que aún tienen la suerte de contar con una.

La opción más clara es el “pacto de perdedores“. Tal como han quedado las Cortes los únicos pactos con posibilidad de superar una investidura son los que pasan por Podemos y el PSOE, con el apoyo pasivo de Ciudadanos o el apoyo activo de los nacionalismos. Apuesto por lo primero, y apuesto por un outsider, Garzón, que puede ser el árbitro en ese difícil pulso por el poder entre Iglesias y Sánchez. Si hoy me preguntan a quién veo como presidente allá por las rebajas de enero, pienso que Garzón tiene tantas posbilidades como Sánchez o Iglesias.

Considero que las izquierdas están en la obligación moral de intentar ese pacto. Si es cierto lo que dicen, que están contra la austeridad y, viendo las coincidencias programáticas, no les queda otra. Tampoco les conviene forzar una segunda ronda dentro de dos meses, que es el plazo constitucional para pasar la investidura. Veremos.

En cualquier caso, sería presidente de un gobierno con fecha de caducidad a dos años. Atención a la intervención de Iglesias en la noche electoral de ayer, recordó que en su programa va un referendum de mitad de legislatura y, oh sorpresa, la convicción de Podemos en una España plurinacional.

Senado15Y es que esta es otra. No creo que las negociaciones vayan a resolverse en Madrid  hasta que cuajen o descuajen las de Barcelona. Tras el espejismo de la campaña, la realidad política española vuelve a pasar por las Ramblas. Si finalmente hay un pacto (que yo creo que habrá) entre Mas (que sale debilitado tras el 20D) y los antisistema de la CUP, y el nuevo Gobern hace la mitad de lo que ha anunciado que hará, lo del PSOE y Podemos se antoja un amor imposible, más si cabe viendo los espectaculares resultados morados en País Vasco y Barcelona. Tocaría entonces inventar un gobierno central fuerte, constitucionalista de pura cepa, para capear el temporal.  Y ahí el Senado, con una cómoda mayoría del PP, puede ser crucial. Si eso pasa, al que veo mejor situado como presidente es al perdedor Rivera. En otras palabras, si en Barcelona hay fumata negra, gobierno de izquierdas; si la que sale es blanca , entonces toca PP-PSOE con Ciudadanos de moderador.

En ningún caso volverá a ser presidente Rajoy. Y esta es la última conclusión de la velada: ha ganado el relevo generacional. En los próximos meses se instalará en los resortes del poder una nueva quinta de entre treinta y cuarenta años. Espero y deseo que lo sepan hacer mejor que sus mayores.

Author: Luis Besa

Luis Besa. Periodista,

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