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Aguas turbias

Hace un año, la DANA arrasó buena parte del alfoz valenciano. En apenas unas horas, las imágenes de calles convertidas en ríos, coches flotando como si fueran de papel y familias desalojadas se sucedían en los informativos. Aquello fue un recordatorio —otro más— de que la naturaleza no negocia y de que las promesas políticas suelen diluirse tan rápido como el barro una vez llega el sol. Un año después, Carlos Mazón se empeña en convencernos de que todo va bien, que los fondos han llegado, que las ayudas están en marcha. Pero basta con caminar por los barrios de Torrent, Alzira o Paiporta para comprobar que lo único que se ha secado del todo son las expectativas.

El presidente de la Generalitat ha hecho de la retórica del consuelo su estrategia de gobierno: visitas, fotos con chaleco y discursos sobre la “resiliencia” de los valencianos, como si la paciencia fuera un deber constitucional. La DANA le pilló comiendo cuarto de cordero y ensalada; y un año después su gestión sigue empantanada entre papeles, decretos y culpas cruzadas con el Gobierno central.

Lo que todavía resulta difícil de entender es cómo, tras una gestión tan desordenada, nadie ha asumido responsabilidades. No hay ceses, no hay dimisiones, no hay explicaciones convincentes. Ni siquiera se ha aclarado del todo qué hizo Mazón durante aquellas horas críticas en las que la emergencia superó cualquier previsión. Los testimonios se contradicen, los informes se esconden y el relato oficial cambia según quién lo cuente. Está claro que, mientras nadie responda, el tiempo diluye la memoria.

Sí tengo claro una cosa: la burocracia no se ahoga nunca. Flota siempre, incluso en mitad del desastre, mientras los que de verdad lo perdieron todo siguen esperando a que alguien les tire un salvavidas.

Quizás lo más preocupante no sea la torpeza institucional, sino la costumbre ciudadana. Hemos normalizado que las tragedias se midan en titulares y que las promesas se repitan como si fueran salmos. Hemos aprendido a resignarnos, a aceptar que todo se retrasa y que nadie responde. Y eso, más que costumbre, es rendición.

Un año después, el agua ya no está, pero las aguas siguen turbias. No por lo que llovió entonces, sino por lo que no se ha hecho después. Lo que quedó bajo el lodo no fueron solo viviendas, sino la confianza en que las instituciones sirven para algo más que salir en la foto.

Y eso, cuando se pierde, no lo seca ni el mejor sol del Mediterráneo.


 

Author: Marcos Méndez

Redactor

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3 Comments

  1. Un inútil como Mazón no puede seguir ni un día más presidiendo nada. Pero también hay que hablar del inútil que preside España (ese día estaba de viaje en la India con su mujer, la “catedrática” y no tuvo la decencia de suspender el viaje y volver en el acto) El que sólo sabe huir, como hizo en Paiporta, cuando acudió meses después, no tuvo tiempo de ir a Valencia antes, el muy cobarde, el galgo de Paiporta, a diferencia del Rey, al que tiraron barro ese día pero allí se quedó. Quedó retratado el líder del Psoe. Que se negó a declarar la emergencia nacional, por cálculo político y electoral, también hubo muertos en Castilla La Mancha y nadie avisó de nada, pero eso parece que se olvida, que allí gobierna la Psoe. Del Ministro Marlaska (a saber qué haría ese día para no enterarse de nada) que jamás apareció por allí para hacer algo y asumir la competencia de dirección de la Emergencia, que le compete, como establece la Ley de Emergencias Nacionales. De la Ministra Robles (a saber dónde estaría ese día la señora) Tres días tardó la Ume en empezar a trabajar. Cinco días tardó en dar orden a los soldados del ejército de distintos destacamentos, para que intervinieran, habiendo cuarteles en Valencia incluso. Qué falta de humanidad. Del día después de la Dana, que el Psoe se negó a suspender las sesión del Congreso, tenían que renovar el Consejo de RTVE y enchufar a los suyos. De lo que dijo unos días después el personaje que preside España en el Congreso:”Si quieren ayuda que la pidan” Afirmación completamente terrible e insensible hacia los muertos y miles de afectados. De la Confederación del Júcar, dependiente del Gobierno del Psoe, que no se enteró de nada ese día, no tenían sistemas de medición de avenidas funcionando y avisó a las 18:30 horas a la Comunidad Valenciana de ese día del desbordamiento del barranco del Poyo. De las obras en los cauces de los ríos y arroyos de Valencia que el Gobierno del Psoe y la Confederación, se han negado a hacer sistemáticamente por intereses ecologistas o quién sabe, durante siete años, derribando incluso presas, haciendo carriles bicis y no limpiando la maleza. Del retraso de las ayudas estatales previstas o prometidas, algunas todavía no se han cobrado. De los cauces e infraestructuras, sin reparar todavía. En caso de otra Dana, volvería todo a inundarse de nuevo y habría más muertos. Hay mucha gente responsable de lo que allí pasó y que escurren el bulto y se comportan miserable mente con los muertos y afectados, además de Mazón, que mintió y lo hizo mal, muy mal y merece estar en la calle desde ese día por no enterarse, por inútil y por mentiroso.

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    • Pida usted un espacio en este digital.
      Aunque, claro, no podría meterse con el presidente del gobierno en cualquier comentario y tema 😉

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  2. ¿Qué haría en su vida sin este foro, señor Gambero? Nada.

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