Pablo Polo.
Unas 300 personas han recorrido la calle Real para reivindicar el mundo de los toros como una forma de cultura, en una protesta convocada por la plataforma “Somos cultura” que ha culminado con la lectura de un manifiesto por parte del torero Julio Aparicio, que subrayó que la tauromaquia tiene distinción de Patrimonio Inmaterial por la Unesco y su “trato igualitario con el resto de las Artes”, también en las ayudas para superar la crisis derivada del coronavirus a las que acceden con más facilidad otras actividades culturales.
Aparicio, flanqueado por el empresario, Emilio de Frutos, impulsor de la iniciativa en Segovia y el picador, Israel de Pedro, negó carácter político a la marcha reivindicativa porque “somos gentes de todo tipo, de sol y de sombra, de derechas e izquierdas. Somos la calle”, según proclamó durante su discurso.
No obstante, entre los asistentes era fácil distinguir a políticos como los principales dirigentes locales de Vox, entre ellos la presidenta, Esther Núñez y el diputado nacional, Rodrigo Jiménez, así como otros militantes activos de la formación. También participó en el paseo el senador y portavoz municipal del PP, Pablo Pérez, junto a otros concejales populares de la capital y la provincia. Además de novilleros como Pablo Polo, entre otros rostros conocidos se distinguían el de la Defensora de la ciudadanía, Paloma Serrano, el escritor, Gonzalo Santonja; o el comunicador jubilado, Pepe Castrillo, entre otros.
Julio Aparicio.
La marcha, una de las treinta celebradas este 14 de junio en ciudades de toda España, partió del Azoguejo tras una pancarta en la que se leía “Tauromaquia. Somos Cultura”, mientras entre los participantes se mezclaban las de peñas taurinas como la de “La Capea”, de Carbonero el Mayor o “El espontáneo”, de Cuéllar y algunas banderas de España, en un paseo pacífico en el que no se corearon demasiados lemas más allá de eventuales vivas a la tauromaquia y a España.
Ducha de purpurina
La única nota discordante vino del exterior de la marcha. Ya en la calle Isabel la Católica, desde una ventana de un tercer piso, alguien arrojó una ducha de purpurina sobre los sorprendidos manifestantes que sin embargo respondieron a la provocación sólo con aplausos dirigidos a las ventanas de donde había salido el pegajoso adorno pero en las que ya no había nadie asomado.
Los manifestantes aplauden a la ventana desde la que se ha lanzado la purpurina que se aprecia a la izquierda.
El grupo continuó para situarse en círculo en el lateral oriental de la plaza Mayor donde se leyó el manifiesto repleto de peticiones de respeto y de reconocimiento del “derecho a ser y estar que ampara la Constitución” y reproches al uso partidista de la tauromaquia.
El cierre de la pacífica marcha lo puso un largo y cerrado aplauso.
Diputación
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