Las verbenas se están comiendo la fiesta de los pueblos. No lo digo yo, es un hecho comprobado y evidente. Basta con salir a la calle este verano y visitar varios pueblos de la provincia, donde, por una razón u otra, las fiestas se han ido trasladando a las afueras de los núcleos urbanos.
Hace 20 años, las fiestas de los pueblos se nutrían de orquestas más modestas, con montajes menos mecanizados y mucho rock and roll (un tema que abordaremos en otra ocasión). Esto se complementaba con una discomóvil que, al terminar la verbena, seguía hasta bien entrada la mañana. Era la norma, verano tras verano, en prácticamente todas las localidades segovianas. Pero eso ya forma parte del pasado.
Hoy en día, las fiestas se conforman alrededor de una orquesta (cuanto más grande mejor), que han ocupado por completo el espacio de cualquier plaza. Orquestas como la Pikante, Huellas, Tabús o Cañones, pioneras en sus camiones-escenario, llenaban los emplazamientos hasta el límite, ganando protagonismo entre los jóvenes. Esto llevó a los ayuntamientos a cambiar las ubicaciones de las fiestas, también motivados por el aumento de visitantes que acudían a disfrutar de estos gigantes musicales.
Así, pueblos como Palazuelos de Eresma, que vivieron su época dorada a principios de la década de 2010, trasladaron sus actividades patronales a la calle del Deporte, junto al Pabellón Arroyo de la Vega. ¿Sigue estando en el pueblo? Sí, pero no es lo mismo que una plaza del Chorrillo abarrotada, con bares llenos hasta la madrugada. Bares sin hora de cierre que empezaban a servir almuerzos a primera hora de la mañana a los insaciables de cubalibres nocturnos. Ahora, esa área del Pabellón, originalmente diseñada para actividades deportivas, se llena fiesta tras fiesta de baños portátiles, barras de bar, peñas y coches de choque, pero carece de ‘alma’. Hay que matizar que esto ocurre durante las fiestas de junio, mientras que en agosto (y nuevamente en 2024), la celebración se trasladó a las plazas del Chorrillo y la Plaza de Arriba, para el disfrute de los vecinos de siempre. Las charangas recorriendo los bares fueron un acierto, llenando de alegría el centro urbano una vez más.
San Cristóbal de Segovia es otro ejemplo de un pueblo que cambió de lugar sus orquestas, quizás con mayor justificación, ya que, con la creación del nuevo consistorio, tenía más sentido trasladar los actos junto a las dependencias municipales. Sin embargo, ¿dónde quedan aquellos años de la Top Líder en la Plaza Mayor, con el bar Los Carros abierto en la Real y unas peñas desatadas que ganaban adeptos entre los jóvenes de Segovia? Las fiestas de los conocidos como “gallegos” llegaron a tener tres eventos: San Antonio, La Juventud y El Rosario, hasta que se eliminó San Antonio, porque según los jóvenes, era mejor celebrar en julio que en junio, “cuando todo el mundo está de exámenes”. Hoy en día, ese fin de semana se lleva a cabo una feria de la cerveza, mientras los más viejos recuerdan a su santo patrón ahora privado de su señorío.
Otro significativo es el de La Lastrilla, que recientemente realizó una consulta popular para trasladar la verbena a la zona del complejo deportivo Los Escobares (esta vez sí, a las afueras). Para sorpresa de muchos, y alegría de otros, la votación resultó en un “chapapote fuera de las costas” o dicho modo “a mi dejadme dormir“. Cabe mencionar que la consulta permitía votar repetidamente sin control. Se sospecha que hubo un complot de los vecinos que rodean la Plaza Costana para que la verbena fuera trasladada. El ayuntamiento, que estaba a favor del cambio, no puso impedimentos. En este caso, los más jóvenes perdieron su batalla, y los mayores del municipio han visto como años de tradición se han desvanecido.
El caso de Tabanera del Monte es más particular. Un pueblo sin plaza. Hay pocos, si es que hay alguno, tan grandes en la provincia que no tengan una plaza Mayor o algo similar. Hubo un intento por parte del ayuntamiento de Palazuelos, pero al parecer los vecinos que querían vender pedían demasiado, y los que no querían vender no cedieron. Al final, la casa sin barrer y el proyecto “plaza” se fue el traste. El consistorio, por su parte, activó el plan b, que pasa por soterrar el cableado y arreglar la plaza de la Iglesia para trasladar verbenas y demás eventos a una zona que ya albergó hace más de una década teatros y comidas populares. Es cierto que no es una zona alejada del pueblo y que tiene una ubicación fantástica, pero la decisión no satisfará a todos los vecinos. El tiempo dirá.
Estoy seguro de que me dejo muchos pueblos y localidades que están experimentando estos traslados culturales en sus fiestas patronales. ¿Y vosotros? ¿Conocéis más pueblos donde las orquestas hayan desplazado las festividades?
30 agosto, 2024
Desde mi humilde opinión, estás verbenas de macro escenarios de luz y color, no valen para nada. Me parecen malas y aburridas. Recuerdo aquellas verbenas con orquestas como la Top líder, eso sí era diversión.