Algo requiere revisión si un partido de infantiles (niños de 11 a 13 años) acaba con bronca en mitad del campo con padres, madres, primos y niños implicados y tres niños atendidos en el hospital. Uno perdió una pieza dental.
El asunto ya se ha convertido en denuncias entre las que el juez habrá de dirimir cuál se acerca más a la realidad, que los detalles varían según la versión, empezando por que el presunto agresor niega serlo: asegura que protegió a su hijo, acosado por adultos y jugadores contrarios y del forcejeó, sin intención, surgieron las lesiones. La otra parte habla directamente de agresión.
Las versiones parecen coincidir en que durante el partido ya había tensión entre un grupo de seguidores del Cantalejo y algunos de los jugadores del Unami. Naturalmente, ambas partes aseguran que fueron los primeros increpados.
En este clima, con el partido casi concluido, una entrada dura de uno de esos jugadores generó increpaciones e insultos entre los dos grupos. Una de las espectadoras habría invadido el campo, acto seguido lo hacía el padre del jugador, se formó la tangana de deportistas y seguidores y el resultado, tres partes de lesiones con el nombre de otros tantos niños.
El asunto ha generado sendas notas de repulsa por parte de los clubes, que analizan el suceso, y un vivo debate en las redes sociales, donde el presidente del club briquero, Jesús María Sánchez lamentaba que el suceso hubiera afectado y entristecido a los menores, proclamaba sus buenas relaciones con el Unami y hacía votos para que este tipo de sucesos no se repita.
En el Unami afirman sentirse “conmovidos” y reprochan lo ocurrido. “Condenamos y repudiamos cualquier agresión (…) Estamos a favor del juego limpio, del respeto y de que no suceda nada en el campo”, explicó el presidente, Francisco Andray.
Ocurrió el domingo por la tarde, en el campo Mariano Chocolate, donde el Cantalejo y el Unami C se jugaban la vuelta de cuartos de final de la Copa Delegación. En la ida, los de Cantalejo habían ganado 7-1 y aquí, el marcador ponía 2-3 y el minuto 40 de la segunda parte.
27 mayo, 2014
Situaciones similares, con una violencia verbal fuera de toda lógica, se producen con bastante frecuencia.
Cada padre debería sopesar su grado de tolerancia y respeto. En caso de no dar la talla, lo mejor que puede hacer, en beneficio propio y el de sus hijos, es quedarse fuera de las instalaciones.
Solo así se garantizaría que nuestros hijos disfruten del deporte en un entorno saludable.
Esto también es aplicable a algunos entrenadores …
27 mayo, 2014
Habría que PROHIBIR la entrada a todos los padres y lo siento por perderse al ‘figura’ que todos piensan que tienen en casa. Es la única forma de que el chaval aprenda de verdad a ser un deportista y a participar, no sólo a ganar por que sus papás les inciten. De todas formas un reflejo más de la sociedad que nos toca vivir y de la mala preparación de los que están en el ‘poder’ con “el y tú más”, ganar a toda costa para seguir en el pesebre. No saben, ni quieren saber comportarse ni gobernar. Pero seguro que podemos cambiar algo 😉