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Mester de Juglaría: somos de Segovia, bendito lugar

No es fácil ser una seña de identidad en Segovia; en Móstoles puede que te valga con ser un legendario portero del Madrid, pero en Segovia hay que competir cuando no con el Acueducto, con el Alcázar, Juan Bravo, el ponche, el cochinillo, el chorizo, una historia de campanillas, comuneros descabezados, San Frutos pajarero, Cándido y la Sierra del Guadarrama. De ahí el mérito del Nuevo Mester de Juglaría, desde ayer, oficialmente hijos predilectos de la ciudad (Francisco “Paco Mester” García, Fernando Ortiz, Luis Martín y Rafael San Frutos), en tanto Llanos Monreal recibía el de hija adoptiva de Segovia. Título que se suma al de hijos de la provincia (Medalla de Oro) y de tantos otros pueblos que hace que al Mester le ocurra al revés que a Julio Iglesias, que tiene padres en todos lados (dicho sea sin descrédito de madres, claro).

Pero es que el Mester es lo que tiene, tras décadas años cantando a la tierra, son a Castilla lo que el canguro para Australia o el coro del ejército ruso para la Unión Soviética (vale, hay comparaciones mejores, lo reconozco, pero es para hacerse entender). En una abarrotada plaza en soleado día y frente al consistorio, la Esteva les bailó la Entradilla, esa pieza que por si sola justifica el folclore castellano (Agapito dixit) para estos cinco hijos que, de golpe, ganan a los segovianos.

Bueno, de golpe tampoco, que estos hijos han salido tras medio siglo de parto, jubiloso, eso sí. No en vano este 2019 celebran su 50 aniversario sobre los escenarios. Cincuenta años. Dos mil conciertos, 25 discos publicados y en gira permanente desde 2017.

“Vosotros habéis sabido llegar como nadie a ese alma popular, al corazón de los segovianos, por el camino más corto: el camino de la memoria. Despertando el alma de un pueblo que durante mucho tiempo permaneció dormida. Decía también el poeta sevillano que lo mejor que sabía lo aprendió del pueblo, de la gente. Justamente de ahí nace también vuestra fuerza, y por eso es de justicia que el pueblo, hoy, os devuelva una parte de lo que le habéis dado”, discurseó la alcaldes, Clara Luquero.

Pero fue una vez más la música la que puso el listón donde hay que ponerlo. Con los propios homenajeados y amigos cantando en la Plaza un himno-jota escrito para la ocasión y que dice así:

Somos de Segovia

La Albuera, Nueva Segovia/ San Martín y San Millán

San Lorenzo, el Azoguejo/ la Plaza y la Calle Real

Somos de Segovia, hermosa ciudad/ la luz de su cielo que no tiene igual

Sus calles, sus gentes/ este es nuestro hogar

Somos de Segovia, bendito lugar

 

San Marcos y Mirasierra / El Carmen y San Andrés

San Esteban y San Frutos / Puente Hierro y la Merced

San Justo y Santo Tomás/ Salvador y Santa Eulalia

Santo Cristo del Mercado/ San José y el Peñascal

La Veracruz y el Alcázar/ Juan Bravo y la Catedral

El Acueducto, el Postigo/ La Moneda y el Parral

Allá va la despedida/ La echamos los segovianos

Que en esta ciudad disfrutan/ forasteros y paisanos

Allá va la despedida/ y con esta ya van dos

¡Viva Segovia elegante / y los pueblos de “alredor”

Somos de Segovia, hermosa ciudad/ la luz de su cielo que no tiene igual

Sus calles, sus gentes/ este es nuestro hogar

Somos de Segovia, bendito lugar

 

Parlamentos en la plaza y posado con los diplomas. La banda de acompañaimiento. La Esteva baila la Entradilla en honor de los homenajeados.

Author: Cultura

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