Luces de papel: un médico contra la desmemoria

Posted By Cultura on 4, Jun, 2021

A veces la literatura es tan sencilla o compleja como narrar “historias de vida”. Historias como la que propone el forense segoviano José María Molina en su debut literario, “Luces de papel” (Círculo Rojo 2021). Un conmovedor relato en el que Pablo, médico de una residencia geriátrica en plena crisis de vocación, queda atrapado por la personalidad de un anciano, Enrique, con una acelerada demencia senil que amenaza con llevarse los recuerdos de una intensa vida, a caballo de dos guerras y un exilio. En una carrera contra la enfermedad y el tiempo el médico intentará reconstruir el pasado de su paciente, en lo que es también una reivindicación del escuchar, de ver que en toda vida late una gran novela.

Hay por supuesto un trasfondo profesional en el relato de Molina, de alguien para quien el día a día es testificar sobre incapacidades, valoraciones científicas sobre la capacidad de alguien para valerse por sí mismo. “Me encuentro a menudo con gente perdida, y siempre he pensando cuántas historias se han perdido también. Así que hay muchos guiños a mi historia personal, a la necesidad de contar la historia antes de que caiga en el olvido”, explica.

Con 17 años como médico-forense en Segovia, aunque solo uno de residencia en la ciudad, Molina tiene a sus espaldas un notable curriculum de divulgador científico, en COPE Ávila y medios abulenses, donde vivió hasta el año pasado. Es también un grafómano de largo recorrido. “Desde joven me ha gustado escribir, tengo cientos de pequeños relatos, son apenas pensamientos, pero demasiado personales para darlos a editar”, dice. Se nota en una pulcra prosa susceptible de arrancar un relato conmovedor pero sin efectismos, que se lee de tirón, sin cursilerías ni lirismo facil. Vida en estado puro como la que puedas encontrar cualquier tarde en un geriátrico segoviano.

Un prometedor debut, que para el lector segoviano tiene la bondad de situarse en una Segovia actual, perfectamente reconocible, y con el aliciente de estar escrito desde dentro de la profesión. Hasta el punto de que, en realidad, Luces de Papel se articula en dos protagonistas, el médico y su paciente, memoria de la memoria, pues a la par que la del luchador Enrique, por las páginas se retrata magníficamente el itinerario de un profesional de la medicina, los años de formación, las crisis vocacionales, y también de la dureza de la pérdida con un mensaje final de esperanza.