Clases de vikingo en El Espinar

A pesar de batirse con pundonor y valentía, las hordas de Bjiorn Brazo de Hierro se han llevado un severo correctivo del pinar de El Espinar, siendo derrotadas finalmente por las mesnadas de Ramiro I. 14 de abril, 17:30 horas, acto central del encuentro recreacionista Hispania Vikinga. Unos 208 figurantes se disponen por el campo de batalla ante la atenta mirada de un millar de turistas. Las huestes eligen sus posiciones y empieza un lanzamiento de lanzas e intercambio de flechas. Viendo que nadie da su brazo a torcer, los galaicoleoneses mandan un parlamento, pero la cosa acaba en pechera. Empieza el cacao emulando al detalle los choques tardomedievales; una suerte de melé donde apenas hay espacio. Caen los cristianos que es un contento. Pero he aquí que cuando todo parecía perdido, irrumpe la guardia real del rey Ramiro. Decisiva entrada en tromba y huida en desbandada de los invasores norteños. Una vez más, la península se libera del yugo escandinavo.

Con gran éxito de público y participantes, el II encuento de Hispania Vikinga se desarrolló en El Espinar conforme a lo previsto. Un esmerado campamento con tiendas que imitan rigurosamente las de las campañas tardomedievales, 18 grupos recreacionistas llegados de toda España y Portugal. ¿Qué os consideráis más, actores o historiadores?, pregunto a una pareja. "Historiadores", contestan del tirón. Son recreacionistas, un modo de vida.

"Menos que en Europa pero hay bastante afición en España. Nosotros somos multiépoca, abarcamos desde los romanos al a guerra del Vietnam. Nos cuesta elegir", comenta Elena, periodista y socia del grupo Batle Honours, de Madrid, uno de los 85 clubs recreacionistas oficiales que hay en España. La semana que viene toca viajar a las guerras napoleónicas y rememorar el sitio de Zaragoza, a la siguiente, una de romanos en El Salar. En Jaca está prevista una contienda en toda la regla con 400 piqueros de los tercios; multiépoca en Granada y vuelta al XVI para rememorar sobre el terreno la batalla de Heiligerlee (Holanda). "La de Belmonte (baja edad media) está muy bien, muy bien. Y a finales de verano hay otra muy buena de la Guerra Civil. Cada fin de semana hay algo", explica.

La afición les entró en Maderuelo, a donde acudieron para un torneo de esgrima antiguo. "Empiezas así y terminas con un ropero más grande que tu casa". Es todo por afición, en algunos eventos se cobra por "dinamización", pero el dinero suele ir a mejorar vestuarios y complementos. "Esto es una afición, una pasión. Es muy divertido", explica un recreacionista de Logroño.

Un divertimento pero, ¡cuidado!, el rigor histórico manda. Si vas de vikingo, no vale cualquier espada,  corta (sorprendentemente ligera), una borgoñesa de finales del XI y templada a martillo. "Esta cota de malla es buena, va de acero, 13 kilos, el equipo completo 23". La veracidad histórica se valora ante todo. Nada de cuernos ni trajes de cuero oscuro. "Lo de los cuernos se inventó en el siglo XIX y lo de poner siempre trajes negros a los soldados es otro mito. Les gustaban los colores, cuantos más mejor". En las tiendas se permite alguna licencia (como un somier, bien que de madera, en el que descansa una guerrera), pero el campamento, con una treintena de tiendas tiene una soprendente uniformidad. Lonas y traviesas se compran a una empresa especializada. "Esto no es un mercadillo medieval", insisten. En las tiendas, hay ambiente de concentración motera (eso sí, las cervezas servidas en cuerno) y preocupación por la falta de leña. La noche será larga. En alguna venden juegos de rol, artesanías con las que financiarse la afición...

Un buen negocio también para el sector turístico de El Espinar. El ayuntamiento aporta personal, algo de infraestructura, paga parte de los conciertos nocturnos y legaliza la acampada. A cambio, restaurantes llenos en un fin de semana sin mayor vuelo. Más de un millar de alucinados turistas."Esto da mucha vida", explica un paisano.

Galería fotos