Posted By Redacción on 17, Abr, 2025

La Junta de Castilla y León ha declarado Bien de Interés Cultural, con categoría de Zona Arqueológica, a los Abrigos del Molino y de San Lázaro, un conjunto de yacimientos únicos situados en el valle del río Eresma, en Segovia. Esta zona no solo destaca por su riqueza prehistórica, sino que se ha convertido en una referencia imprescindible para entender las últimas ocupaciones de neandertales en Europa occidental.

Este nuevo reconocimiento engloba cuatro yacimientos clave: tres con restos de presencia neandertal (el Abrigo del Molino, el Abrigo del Molino superior y el Abrigo de San Lázaro) y uno campaniforme (la cueva de La Tarascona), con hallazgos del Bronce Antiguo. Todos ellos se reparten a lo largo de tan solo 400 metros, lo que convierte este pequeño tramo del Eresma en un auténtico corredor de historia.

Un viaje a los últimos días de los neandertales

Datados entre 44.000 y 41.000 años antes del presente, estos yacimientos permiten trazar un relato fascinante sobre cómo vivían los últimos grupos neandertales de la Península Ibérica. Lo extraordinario es que, siendo todos de la misma época, presentan características distintas, lo que ofrece la posibilidad de reconstruir un panorama más completo de su forma de vida.

Cada uno aporta piezas únicas al puzle:

• El Abrigo del Molino conserva tres fases de ocupación distintas sobre un sedimento con uno de los eventos de paleoinundación más antiguos de la cuenca del Duero. Es, además, Lugar de Interés Geológico (LIG) por su valiosa secuencia estratigráfica.

• El Abrigo del Molino superior, muy cercano, es un espacio complementario donde se desarrollaban otras tareas, lo que refuerza la idea de una ocupación compleja y organizada del entorno.

• El Abrigo de San Lázaro, por su parte, es el más impresionante. Su depósito contiene más niveles de ocupación que ningún otro del valle y, en 2022, reveló una joya mundial: el objeto de arte mueble pintado más antiguo de Europa, y el único atribuido a neandertales.

Este conjunto no tiene comparación en Castilla y León, ni por su cronología ni por su riqueza arqueológica. Por eso, su protección como Bien de Interés Cultural era no solo necesaria, sino urgente. Los hallazgos, especialmente el arte mobiliar de San Lázaro, han supuesto un impacto científico de primer orden y colocan a Segovia en el mapa de los grandes enclaves prehistóricos europeos.

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