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Lomloe: La mala educación

Artículo de opinión de José Muñoz Domínguez. Profesor de dibujo

Si no lo digo, reviento. Como tantos colegas profesores, me encuentro en el trance de elaborar la programación didáctica para este curso aciago, lidiando con el imperativo legal de la LOMLOE, y les juro que no puedo más.

Pongo en antecedentes a los lectores para que nadie se llame a engaño: no busquen ninguna intencionalidad partidista en estas opiniones, pues me considero una persona de ideas progresistas que, supuestamente, debería estar de acuerdo con esta ley (pero va a ser que no); tampoco soy ningún novato ni hablo sin conocimiento de causa: después de casi 35 años de experiencia como docente en Educación Secundaria, me he tenido que tragar todas las reformas educativas que se han sucedido desde la LOGSE, cada una peor que la anterior hasta llegar a esta cosa llamada LOMLOE, un engendro pseudo‑pedagógico, disruptivo, fuera de quicio, que se me antoja ya puro delirio lisérgico; tampoco me tengo por idiota ni creo tener menos sesera que los redactores de la ley, y a pesar de ello no comprendo nada, ni jota, del galimatías que inunda sus páginas, escritas en esa jerga retorcida y tramposa, neolengua casi orwelliana, tan de moda entre los iluminados que se dicen pedagogos; y aún digo más, como activista en defensa del Patrimonio y del Medio Ambiente me ha tocado manejar numerosos textos legales y normativos complejos, planes de ordenación urbana, evaluaciones de impacto ambiental y expedientes de todo tipo que, sin embargo, he sido capaz de comprender y contestar con argumentos: ¿Cómo puede ser que una ley educativa, la que afecta al desempeño de mi profesión, me resulte completamente incomprensible? ¿Cómo es que después de 35 años dando clase me vea incapaz de redactar una programación y, todavía peor, de poder aplicarla? ¿No les parece que algo huele mal en todo esto? Apenas me sirve el consuelo de compartir esta frustrante sensación con otros compañeros profesores, pero lo cierto es que no conozco a ningún colega que sepa verdaderamente de qué va esta ley, y aquellos que admiten entender algo se deshacen como un azucarillo en cuanto les formulas alguna pregunta mínimamente comprometida, también los supuestos ʺexpertosʺ, entregados enseguida a la verborrea hueca de la norma como quien repite las consignas de una secta.

Si no me creen, ármense de valor y prueben a leer el texto legal. Ya les advierto que hay que tener estómago. Encontrarán perlas como las ʺCompetencias claveʺ, las ʺCompetencias específicasʺ, los ʺDescriptores operativosʺ, los ʺSaberes básicosʺ, las ʺSituaciones de aprendizajeʺ, los ʺProyectos interdisciplinariosʺ, los ʺIndicadores de logroʺ, las ʺEvaluaciones de diagnósticoʺ o los ʺPerfiles de salidaʺ, arcanos de pomposo significante y abstruso significado con las patas bien cortas: ¿Entienden ustedes algo de todo esto? Yo tampoco. Pero no se trata sólo de una sustitución de ʺpalabrosʺ sobre los escombros de leyes anteriores, aunque no deja de ser curioso que aquellos ʺEstándares de aprendizaje evaluablesʺ, aquellas ʺRúbricasʺ, aquellas ʺPonderacionesʺ y otras ocurrencias neoliberales de la ley derogada (la ridícula LOMCE o Ley Wert), que hasta hace bien poco eran la repera limonera y fueron defendidas por sus acólitos como lo más de lo más en innovación educativa, ya sean restos de un naufragio, chatarra conceptual, pasto del olvido.

No, la LOMLOE es mucho peor que cambiar de nombres o de secta, es una trama perversa de conceptos imbricados, relacionados, entrelazados, ramificados, retorcidos hasta lo enfermizo, un maremágnum perpetrado por malos tecnócratas y peores pedagogos que el docente se verá obligado a seguir a pies juntillas a la hora de calificar a sus alumnos y que le llevará a manejar miles de datos sobre decenas y decenas de aspectos, a cual más pintoresco y variopinto, muy lejos de la verdadera educación. Valga como ejemplo la estimación realizada por una compañera, profesora de Tecnología, en la que demuestra lo que le aguarda a quien se someta al dictado de la ley: en esa misma materia, tal docente acabará manejando hasta 81.600 calificaciones por trimestre (han leído bien: ochenta y una mil seiscientas notas parciales), a razón de 680 cada estudiante, como resultado de multiplicar los 34 descriptores operativos por 20 criterios de evaluación y por 120 alumnos. Ni el estajanovista más convencido y canalla se atrevería a exigir semejante estupidez, así que comprenderán que, sólo por este motivo, la LOMLOE ya es tan inoperante como inaplicable, por mucho que se empeñen los ideólogos lumbreras que la han elaborado. Por cierto, no estaría de más que todos supiéramos quiénes son y a qué se dedican, aparte de parir leyes imposibles como esta, pues sería un dato crucial para cuando haya que reunir un buen equipo docente (y decente) capaz de redactar una ley educativa cabal y duradera: cualquiera menos ellos en tal equipo, desde luego.

Hasta ahora me he referido únicamente a cuestiones nominales y cuantitativas, pero en lo que se refiere a lo cualitativo, a ese anhelo social por la calidad de la enseñanza, me temo que la LOMLOE también hace aguas: se menosprecia el conocimiento y se sustituye por ese mantra intangible de las ʺcompetenciasʺ sin atender a lo importante. Spoiler: se avecina otro naufragio como el de las leyes anteriores, o incluso peor. En una reciente entrevista en El Confidencial, la profesora Irene Murcia explicaba este absurdo en términos coloquiales (¡sin utilizar la funesta neolengua de los pedagogos!) para decir que, gracias a la nueva ley, nuestros ʺcompetentesʺ alumnos quizá alcancen a hacer la ʺOʺ con un canuto, pero ignorando qué es la ʺOʺ y sin saber qué es un canuto. Tómenlo como símil de lo que está por venir en la formación de nuestros chavales, porque así será el futuro, amigos: ¿Y para este viaje a ninguna parte tendremos que manejar tantos miles de datos y consideraciones? ¿Para tan magro resultado hemos de prescindir de lo que de verdad importa? ¿En esta miseria educativa vamos a gastar sus impuestos y los míos?

Descriptores imposibles

Para que vean el nivel de sinsentido al que llega la nueva norma, les muestro un ejemplo mínimo de lo que se ha previsto para quienes hayan conseguido hacer la ʺOʺ con el canuto tras la devaluada ESO pasando de curso en curso como si de verdad hubieran aprendido algo. Según nuestros lumbreras leguleyos, al acabar el Bachillerato y sólo en relación con una de las ocho competencias clave (concretamente la ʺCompetencia en conciencia y expresiones culturalesʺ), uno de los seis descriptores operativos asociados establece que el alumno debería demostrar que ʺPlanifica, adapta y organiza sus conocimientos, destrezas y actitudes para responder con creatividad y eficacia a los desempeños derivados de una producción cultural o artística, individual o colectiva, utilizando diversos lenguajes, códigos, técnicas, herramientas y recursos plásticos, visuales, audiovisuales, musicales, corporales o escénicos, valorando tanto el proceso como el producto final y comprendiendo las oportunidades personales, sociales, inclusivas y económicas que ofrecenʺ.

Así, con un par. Se ve que los redactores se vinieron arriba y, como suele decir mi hermana, se tiraron el pedo más alto que el culo, ebrios de lo suyo hasta el infinito y más allá. Miren ustedes, soy profe de Dibujo con formación en Bellas Artes (licenciatura), estudios de Diseño (un curso), de Geografía e Historia (cuatro cursos de la antigua licenciatura) y de doctorado en Arquitectura en su última fase (algún día acabaré la tesis), he trabajado como ilustrador y participado como actor y escenógrafo en varias formaciones teatrales; pues bien, con esa mochila vital a cuestas les aseguro que ni de lejos conseguiría demostrar mi competencia en tal ʺDescriptor operativoʺ, y no es más que uno de los seis exigibles para una sola de las ocho competencias clave establecidas. Pues así con todo: multipliquen y resuelvan ustedes la cantidad de disparates que nos veremos obligados a evaluar si cumplimos la legalidad vigente, por no mencionar el tiempo que tales cuestiones van a consumir: estupor en la redacción de las programaciones didácticas, desconcierto en la práctica docente del día a día y muchas horas extra en casa para no avanzar ni de aquí a la esquina. Viva la educación ʺmodernaʺ.

Intromisión

Por otra parte, la nueva ley es un verdadero insulto a la inteligencia y a la capacidad de los docentes, pues constituye una intromisión inaceptable en la libertad metodológica del profesor: ¿por qué ha de ser mejor seguir el dictado de estos pedagogos ensimismados y sus ocurrencias teóricas, ajenas a la compleja dinámica de las aulas, que el buen hacer de quienes llevamos décadas enseñando, es decir, constatando la eficacia de nuestro trabajo?, ¿dónde quedó aquello del librillo del maestrillo y la libertad de cátedra? Sólo pedimos que nos dejen trabajar honestamente, sin la tiranía de la burocracia, sin injerencias dimanadas de la supuesta superioridad moral e intelectual de los (malos) pedagogos, sin el corsé de una ley mal planteada, insensata, excesiva y sectaria.

La nueva ley educativa es imposible de aplicar y todos lo saben (todos menos los lumbreras de la secta, supongo), pero casi nadie se atreve a decirlo dentro del rebaño. Pertenezco a dos sindicatos progresistas y nadie dice ni mu, otro rebaño dócil ante una ley absurda y desquiciada (si esto sigue así, me tendré que dar de baja y donar el importe de mis cuotas sindicales a alguna oenegé menos acomodaticia).

En mi opinión, lo único decente que se puede hacer con esta colección de sandeces legislativas llamada LOMLOE es retirarla cuanto antes y llevar a reciclar el papel en el que se ha impreso. No tengo muy claro que el profesorado necesite ninguna ley para hacer bien su trabajo; es más, nuestros alumnos llevan aprendiendo lo que debían aprender gracias a que sus profesores cumplieron con esa responsabilidad, aun en contra de las leyes nefastas que se han sucedido durante décadas, pero si finalmente nos arremangamos para elaborar un marco educativo coherente y útil a la sociedad (exactamente lo contrario de lo que ofrece la LOMLOE y su mala, malísima educación), dejemos a los pedagogos entretenidos con sus cosas, absortos en sus torrecitas de marfil trinando la neolengua, y contemos con quienes saben educar de verdad: los profesores bien fajados, con muchos cursos a sus espaldas y enorme experiencia humana lejos de excrecencias lingüísticas como las ʺCompetencias claveʺ, las ʺCompetencias específicasʺ, los ʺDescriptores operativosʺ, los ʺSaberes básicosʺ, las ʺSituaciones de aprendizajeʺ, los ʺProyectos interdisciplinariosʺ, los ʺIndicadores de logroʺ, las ʺEvaluaciones de diagnósticoʺ, los ʺPerfiles de salidaʺ y otros inescrutables desatinos.

Y entonces se demostrará que para garantizar una educación excelente a nuestras generaciones más jóvenes sólo se necesitan cuatro cosas: una buena relación de contenidos socialmente consensuados, distribuidos en materias (el temario de toda la vida: ¡adquirir conocimiento no es pecado, oiga!), aunque sin olvidar las destrezas, las actitudes y los valores; unos criterios de evaluación y de calificación precisos y sencillos de aplicar (nunca este laberinto atroz de la LOMLOE); una ratio razonable para atender a la diversidad (muy por debajo de los treinta alumnos por grupo: quince, por ejemplo) y suficiente asignación presupuestaria para dotar de medios al profesorado (no se pueden esperar resultados finlandeses o coreanos con presupuestos de la fallida Senegambia, ustedes ya me entienden). Y poco más: se lo juro por lo más sagrado –por la sagrada buena educación– con la perspectiva que dan 35 años de brega en este oficio.

Así pues, ¿volvemos a las barricadas para desactivar esta ley absurda o seguimos en el redil perfeccionando las diversas competencias del balido?

Author: Redacción

Acueducto2. Noticias y actualidad de Segovia.

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36 Comments

  1. Totalmente de acuerdo con usted, pero ya no quedan casi profesores rebeldes contra normas sin sentido.
    Pero de igual forma pasa en sanidad o en judicaturas como hemos podido ver estos dias.
    Ni si quiera los borregos son todos iguales aunque sigan a un pastor (recordemos que le siguen por temor a sus perros guías o a su garrota).
    Se puede ser insumiso dentro de la administración para que ésta funcione correctamente sin tener que asistir a una manifestación dirigida y siempre con pretensiones distintas a su convocatoria.

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  2. Comentario moderado. Trate de usar un tono más sosegado y evitar cualquier clase de insulto. Muchas gracias.

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    • Hace mucho que no sigo de cerca los programas educatives de las últimas leyes de educación. No por ello soy ajena a los pocos comentarios de tertulianos y editoriales. Cómo otros muchos, parece un tema bendecido y hecho para sufrirlo y decir, cada día los alumnos están menos preparados. Añoro a los profesores que me exigieron, que me enseñaron a pensar. A ellos los sigo teniendo presentes. Forman parte de mi mundo amarillo de Albert Espinosa.

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  3. Me alegra leer una opinión llena de sensatez que analiza uno de los grandes problemas de la educación: la intervención de gente ajena a la docencia real, cuyo fruto es ese texto en una jerga incomprensible. No es el único, también la falta de consenso a la hora de redactar los planes de estudios, cada cual más alejado de esa deseada (por algunos) educación excelente. Sin olvidar ese gregarismo partidista que solo lleva a hablar de “recortes” y a defender lo “público” dejando de lado la raíz (o raíces) del verdadero problema. No hay más que ver los libros de texto (distintos según comunidades autónomas) y compararlos con los antiguos, en aquellos tiempos en que un profesor con una pizarra y una tiza, y con más alumnos por aula, tenía más libertad y capacidad de enseñar. Los tiempos han cambiado, pero, por desgracia, cada vez vamos a peor. Pero sigamos mirando para otro lado, callados y sumisos, al fin y al cabo seguiremos cobrando a fin de mes. Se supone que somos un colectivo que tiene que pensar y ser crítico, y que nuestro silencio es cómplice. No sé si hay que ir a las barricadas, pero sí dar un paso al frente y decir que así no se puede seguir, no por nuestro bien, sino por el de nuestros alumnos. Gracias por su carta, José Muñoz Domínguez.

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    • No se puede explicar mejor. No llevo tantos años trabajando como tú pero si los suficientes como para haber pasado ya por varias leyes y ver como han ido degradando la educación, pero ya lo de esta última simplemente no tiene nombre. Como bien dices en tu artículo la única explicación a todo esto es que se cogieran un pedo enorme en el momento de redactarla. O la gente despierta de su letargo o vamos a acabar muy mal.

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  4. A este señor le pasa como a los jueces, que les falta formación…esto se arregla con un par de cursillos para entender la ley…los próceres ministros de incultura y desigualdad os dan una ley feminista, ecologista, progresista,pacifista, integratista y no la valoráis, esta ley es de todo menos educativa, pero eso a vosotros no os tiene que importar, vosotros cumplirla aunque no sepáis como…si total ahora la norma es el aprobado general….quien la hubiera pillado en su tiempo!!!.. ala…a hacer cursillos!!!

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    • Me alegra leer, algo sensato y coherente, con un sentido crítico real sobre esta ley. Soy compañera de Dibujo, licenciada en historia del arte y estudios superiores de Diseño y escultura, pensaba que por mi formación algo se me escapa, que no logro comprender, pero me doy cuenta día a día que es en todos los ámbitos de conocimiento la misma situación. El trayecto hasta llegar a dar clase ha sido duro, y encima ahora este “regalo” de ley, por la que cada vez que intento comprender su funcionamiento solo me siento estúpida. Lo importante no es sólo el docente, son nuestros alumnos y alumnas que van a ser víctimas de este despropósito de ley. Gracias por hacer una crítica tan constructiva como coherente de esta ley.

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  5. De qué se queja la gente? Si es una ley Progresista? El objetivo ya está conseguido, que los jóvenes salgan de la escuela Pública y de los institutos cada vez más incultos, menos preparados y más fácilmente manejables por los políticos de turno. Mientras los profesores andan perdidos en los diseños curriculares, programaciones de las materias, sistemas imposibles para calificar a los alumnos para luego dar aprobado general y no pueden ni siquiera poner orden en sus clases para que haya silencio y poder explicar algo. Tranquilos, todo tiene solución, lleváis a los niños a un colegio privado, como hacen todos los líderes progres del país, que allí se dá buena educación y luego al extranjero.!Viva el Progreso que nos hace retroceder a las cavernas!

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  6. Completamente de acuerdo en lo que expone para garantizar una educación excelente. Pero añadiría una cosa más: Profesores comprometidos con su labor, con unos técnicas de enseñanza actualizadas y con la motivación necesaria.
    Desgraciadamente veo un día si y otro también, por las situaciones que me cuentan mis hijos de su instituto, que hay muchos profesionales de la enseñanza que desempeñan su labor de manera magnífica. Pero lamentablemente otra parte importante de el cuerpo docente, bien por desgana, desmotivación u otra causa que desconozco tienen un desempeño que deja muchísimo que desear.

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    • Pues discrepo en todo. Y tampoco soy nuevo (32 años en secundaria). El problema es precisamente ese: “mi librillo”. Pues se terminó, a dios gracias.

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  7. Excelente artículo. Mucho hacía que no leía una opinión tan potable y potente. Una pena que lo plasmado se replique en otras instituciones, y lo peor es que los que hacen las leyes tienen poca o nula formación académica.

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  8. Excelente y valiente artículo el escrito por este profesor. Lleva toda la razón.

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  9. Lamentable situación la de la enseñanza. Empeorada aún más con la ley Celaá. La exministra al servicio de Sánchez y su proyecto de ingeniería social. Imperdonable que quienes de estudiantes tuvieron buena educación y enseñanza pública o privada de calidad, no quieran lo mismo para los que ahora estudian, sino todo lo contrario. En lugar de estimular el trabajo y el esfuerzo personal, promueven la holganza y premian el fracaso escolar . Difunden una pedagogía de mentecatos, una ideología servil para formar (deformar) mentes cerradas. Están pisoteando la libertad y la inventiva personal de los estudiantes. Manipulándolos para someterlos al poder que dictan los y las ideólogas ultra feministas, que excretan leyes para beneficiar a los agresores sexuales, a los independentistas. Riegan con miles de millones de euros a Cataluña y país Vasco, mientras en Extremadura y otras regiones crece el paro y se empobrece el campo y la ganadería.
    Educación pésima , lamentable situación de los profesores agobiados por los necios controles que tratan a las personas como a robots y quieren producir titulados como a tornillos. Pero mucho más lamentable e irreparable las nuevas generaciones de jóvenes sometidos a la corrupción mental y moral de la ley Celaá y las leyes de género de la frustrada ministra de igualdad.

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    • Y tan contento. Viene aquí, nos suelta su rollo ultra y se queda tan a gusto. Pero hombre, hablamos de educación, no me cuente el programa de vox que no me interesa.

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      • No lo considero para nada ultra. Y por eso mismo que hablamos de educación, estoy totalmente de acuerdo. Y algo se de esto después de 16 años como maestra.

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      • Precisamente de lo que trata el autor es de lo contrario de lo que usted hace: hay que despolitizar la educación. Con su comentario, citando un partido político concreto, no solo se retrata usted, sino que demuestra no entender la esencia del artículo. Usted es el problema: quienes hacen de la educación un arma política arrojadiza y nos han llevado a este caos con sus vaivenes ideológicos olvidando que el saber no tiene color (o no debería tenerlo). Y esa es la solución: dejar de politizar el sistema educativo. Pero es una solución que a los políticos (y se ve que a usted) no gusta. Ese es el quid, que quienes establezcan las líneas no sean políticos. Su opinión es el germen del problema: política, política, política…¡Qué asco!

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    • Perdone, Miguel, mi artículo se refiere exclusivamente a las cuestiones educativas y creo que sería bueno centrarse en ese y no en otros debates. Las leyes anteriores, dictadas desde la izquierda o desde la derecha, pero NUNCA contando con los docentes, también fueron un fiasco. Esta nueva ley “sólo” es la peor de todas, aunque en grado superlativo. Saludos. José Muñoz Domínguez

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      • Qué grande eres, Pepe, siempre lo has sido y siempre lo serás. Me siento muy afortunado de haberte tenido como profesor hace años. Enhorabuena por tu artículo y gracias por dar un toque de atención a las personas que se dedican en este medio digital a sacar todos sus problemas personales de manera anónima por medio de comentarios que a veces no tienen que ver con las noticias. TLMM

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  10. EBAU ÚNICA YA

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    • Más les vale a los políticos tener en cuenta la opinión del profesorado sobre la elaboración de una ley de educación
      Mejor nos iría a todos

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  11. Interesante artículo , ya era hora de que alguien pusiera el grito en el cielo
    O los políticos se toman en serio la educación , o esto se va al garete , no puede ser que les importe tan poco la educación , que es la base de la vida
    Mi enhorabuena a este profesor por su valentía y animar a todos los profesores a que salgan a la calle
    Tenéis el apoyo del padre de un alumno

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  12. Totalmente de acuerdo contigo, José, porque también soy profesora y estoy sufriendo la implantación de esta ley sin sentido. Creo que va siendo hora de hacernos oír, de salir a la calle en masa para que los políticos comprueben nuestro malestar. Es necesario hacernos oír igual que están haciendo lis sanitarios.
    Por una enseñanza de calidad e independiente de ideologías políticas.

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  13. Totalmente de acuerdo. Esta ley es una mezcla de sudoku y de bodrio. Es inaplicable y ellos lo saben, pero tienen que demostrar que hacen algo novedoso para cobrar.
    Pienso que todos los “docentes no aborregados, nos deberíamos de plantear la objeción de conciencia educativa, la rebeldía didáctica y la insumisión normativa. Ya es hora que consideren el punto de vista de los profesores y maestros que seguro son más profesionales en esta materia que los pedagogos iluminados de estas leyes incomprensibles.

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  14. Totalmente de acuerdo con el artículo. Mis felicitaciones para José Muñoz. Anima leer que otros profesores se atreven a opinar sobre una ley que cae en el absurdo de forma reiterativa.
    Por añadir algo nuevo a lo ya expuesto, la censura que se está intentando imponer a las voces discrepantes. Sin ir más lejos, a mi el inspector de mi IES me invitó a abandonar la docencia por discrepar de esta ley y de la forma en la que se está intentando aplicar, de una forma mal educada y amedrentadora. La dirección del centro lo vivió con un silencio absoluto. ¿Por qué los profesionales de la educación nos tenemos que callar ante tanto desaguisado? Que pena me está dando ver todo esto.

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  15. Todo esto huele a Fascismo, aunque lo hagan los comunistas. Anda, si es lo mismo uno que otro.

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  16. Pues entonces, Ignacio y Pilar, tendremos que ser nosotros, los docentes, quienes invitemos a nuestros inspectores a que abandonen el servicio público, y a los equipos directivos que sirven de correa de transmisión a estos inspectores y a otros altos cargos, también; y hacerlo públicamente, en medios de prensa. No se puede imponer una ley que no sólo no resuelve los problemas educativos en España, sino que lo complica todo de una forma absurda e innecesaria. Los docentes sabemos perfectamente cuál es nuestra responsabilidad en el aprendizaje de nuestros alumnos, ellos sólo saben agachar la cerviz y cumplir los dictados que vienen de arriba, pero para detener este sinsentido legal que es la LOMLOE se necesita una masa crítica suficiente, y subrayo lo de crítica. Yo he redactado este artículo, he tratado de darle la mayor difusión posible y lo he remitido a altos cargos de Educación; todos los profesores que se sientan fuera del rebaño pueden hacer lo mismo, redactar un artículo bien argumentado expresando su malestar y plantar cara a esta intromisión intolerable en nuestras competencias (vaya, ya salió otra vez la palabrita). Por el bien de la educación. Por el bien de nuestro alumnado. Por el bien de nuestro país. Saludos. José Muñoz Domínguez

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  17. Compartid este artículo y convocad una huelga cuanto antes.

    Es una ley indefendible e ilegible.

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    • Cuando leía el opinión, me surgía una pregunta y me aterra a pensar que la respuesta fuese del mismo estilo. ¿Cuándo lleve mi vehículo híbrido o eléctrico al me dirá que el manual técnico está hecho por ingenieros locos e impresentables por utilizar terminología diferente a la de los años 80?
      ¿Saldrá con la llave bujías y la 12-13 buscando el motor de explosión?
      Después me tranquilicé, mi mecánico lleva tiempo actualizándose.
      También e tranquiliza saber que hay muchos docentes que llevan 35 años de avance y actualizacion.
      Yo llevo 40 en la docencia, buscando y aprendiendo lo mejor de cada ley. Con esta, igual. Me abre muchas puertas con las Situaciones de Aprendizaje, Competencias Específicas, Saberes básicos, Perfil de salida,…
      El alumnado y la sociedad actual son muy diferentes a las de los años 80. Se merecen y necesitan una enseñanza diferente.

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      • Espero que su mecánico no se haya actualizado “tanto” como para sustituir los neumáticos del coche por ruedas con radios de madera y yantas de hierro tachonado, que era lo que se estilaba a finales del siglo XIX y principios del XX, cuando John Dewey y William H. Kilpatrick desarrollaban sus ideas sobre la educación activa desde la experiencia, el aprendizaje significativo por proyectos o las situaciones de aprendizaje que tanto molan en nuestros días, al menos entre la secta pedagogista que ha diseñado la nueva ley educativa desde sus torres de marfil. Los redactores de la LOMLOE, nos guste o no (y a usted parece que le gusta), sólo consiguen descubrir el huevo frito, pero revistiéndolo de palabrería, burocracia extrema e imposiciones inadmisibles. No reniego de esas ideas con más de un siglo de vigencia, pues me parecen válidas e interesantes, pero no acepto que me vengan impuestas por ley, entre otras razones porque aspiro a dejarme influir por opciones igual de antiguas o más, como las de Giner de los Ríos, o bien partir de mi propia creatividad como docente. Recuerde aquello de Unamuno: “si te dan papel pautado, escribe por el otro lado”, ni más ni menos que libertad para ejercer esta noble profesión como uno mismo decida, sin más injerencias del Estado que el acuerdo social sobre objetivos y contenidos. Por otra parte, presupone usted mucho al pensar que lo planteado en mi artículo pretenda ser un retroceso a la situación de los años 80 del pasado siglo o que no me he actualizado como su mecánico. Hace décadas que trabajo de forma diversa con mis alumnos (tan diversa como ellos) y no son pocos los proyectos de innovación educativa que he coordinado o en los que he participado, singularmente en trabajos de investigación y en educación patrimonial. Siga usted con los dictados de la LOMLOE y sus requerimientos imposibles (ya me dirá qué tal le va cuando tenga que manejar casi 700 calificaciones parciales por alumno y trimestre), pero no prejuzgue sobre mis ideas ni cómo hago mi trabajo.

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      • De los comentarios favorables a la nueva ley el de Juan de Dios describe el que más a menudo encuentro entre colegas; el paralelismo entre el técnico de taller arreglando un coche y un profesor dando clase en un aula , que a mi me parece un delirio, aparece en diferentes variantes y merece ser explicitado. ¿Podríamos ver un ejemplo de esas puertas que las Situaciones de Aprendizaje, Competencias Específicas…han abierto?
        Lo que podríamos llamar la “ensoñación técnica” -o más crudamente la “falacia técnica” – circula hace ya mucho tiempo, sugiriendo la comparación entre una consulta médica siglo XIX y una actual, por un lado, y un aula en esas mismas épocas. El que el ambiente en educación sea mucho más reconocible a algunos les parece … lamentable! Por alguna razón la conclusión evidente no lo es tanto: la educación es mucho más elemental en la escala biológica que la medicina. No hay tomografías computerizadas en didáctica. Y desde luego no se van a crear por mera inflación de la prosa, como es tendencia general en la legislación educativa.
        El alumnado y la sociedad actual son muy diferentes a las de los años 80, sí. Esperemos que el pan y las verduras, los abrazos y los paseos al atardecer no se deterioren demasiado.

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  18. Totalmente de acuerdo con tu comentario. En Euskadi además estamos haciendo un cursillo exclusivamente en euskera a pesar de que todo el profesorado no tiene la titulación adecuada para entenderlo correctamente y mucho menos para aplicarlo.

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  19. Totalmente de acuerdo con el autor del artículo. Suscribo punto por punto todo lo que dice y tan solo abundaría un poco en algo que comenta: el silencio cómplice de la mayoría de sindicatos (solo he leído algún artículo relevante en contra de la LOMLOE por parte de APIA, que es un sindicato bastante minoritario en Andalucía), pero nada por parte de CSIF, CCOO UGT, USTEA… que parece que por lo único que se movilizan es por cuestiones económicas. Sin menospreciar la importancia que tiene la disminución que se ha venido produciendo en nuestro poder adquisitivo en los últimos años, creo que lo que actualmente nos afecta de modo especialmente negativo es esta nefasta ley. También estoy considerando seriamente darme de baja del sindicato al que estoy afiliado dado que parece que lo único que le preocupan son las cuestiones de género, inclusividad y otras por el estilo y muy poco lo que realmente nos preocupa a la mayoría de profesores con los que hablo, que es esta nefasta ley educativa.
    Ojalá que muchos más profesores y profesoras comencemos a alzar la voz para que se nos escuche, visto que nuestros representantes sindicales están a otras cosas.
    Un saludo

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  20. Enhorabuena por el artículo.
    En la depresión en la que me sume, sólo me queda el consuelo de saber que todavía existen docentes como usted, luchando contra la estupidez.
    No puedo aportar nada más que mi consideración y respeto. Si acaso, pensar que tal vez se podría solicitar por la Ley de transparencia los gurús de la LOMLOE.
    Un saludo y ánimo.

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    • Me parece muy adecuado, éste es el artículo que se merece esta ley retorcida por el gusto de hacerla incomprensible. Que aprendan ,los pedagogos de los grandes sabios como Baltasar Gracian , que dijo : lo bueno , si breve , dos veces buen. Cosa que yo inculcó a mis alumnos, muy lejos del espíritu de esta ley

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  21. Muy buen artículo, atinado y valiente.

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  22. Enhorabuena por el artículo.
    He hecho varios cursos de formación y ninguno me ha dado un argumento clarificador a esta ley; una base sólida y firme en la que el profesorado pueda apoyarse,creer en ello, que sirva de pilar” de profesores y alumnos. Si nosotros nos tambaleamos …ellos también. “no hay viento favorable para el que no sabe donde va”.

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