Posted By Redacción on 23, Mar, 2016

Mientras en el Ayuntamiento se están dando los últimos pasos para la contratación del proyecto de conversión del actual apeadero en estación de autobuses, al grupo municipal popular le asaltan las dudas sobre una planificación que requiere una inversión de un millón de euros pero que temen que pueda ser el origen de nuevos problemas en vez de una solución definitiva. La portavoz, Raquel Fernández llega a suponer que en Gobierno local “ha tirado para adelante con lo primero que se le ha pasado por la cabeza”.

Los populares, que en las últimas jornadas se han reunido con los vecinos de la zona, advierten que un proyecto de la envergadura del de la estación de autobuses debería contar con el consenso de todas las partes afectadas y “tener todo correcto”, aunque afirman que tras analizarlo a fondo “les han asaltado muchas dudas.

Perfil de la cubierta prevista en el proyecto para toda la campa y los andenes.

Y es que tras analizar el proyecto —acompañó a la portavoz en la tarea el concejal Juan Antonio Miranda— han llegado a la conclusión de que la obra no se traducirá en la reparación de los daños que tiene la estructura; puede haber problemas por afección de gases por la cubierta de toda la campa con lona tensada que se pretende “sin que se pensara en otras alternativas”.

El proyecto plantea cubrir ambas zonas de andenes con marquesinas y, en un plano superior, otra gran cubierta —siempre de tela— que abarca toda la campa. “Nos preguntamos si es necesario cubrir toda la superficie ya que con prescindir de la parte central se mejoraría la ventilación, se reduciría el impacto estético y el coste de la obra y evitaría posibles problemas estructurales”, aclaró Miranda, que subrayó además que el uso de la tela para la cubierta acabará dando un aspecto sucio al conjunto.

En el PP preocupa el contacto directo de la cubierta con el edificio (en la parte superior derecha).

Los concejales se mostraron especialmente preocupados por el hecho de que, siempre según el proyecto, hay una zona en la que la nueva marquesina se pega al edificio, una razón similar a la que ya provocó una sentencia de retirada de la anterior estructura adosada al inmueble que costó 300.000 euros a la ciudad. Con esta nueva decisión, temen nuevos enfrentamientos con los vecinos y la entrada en una nueva “espiral de procesos judiciales” que acabarían resultando costosos para las arcas municipales.

Pensando en otra estación.

La portavoz popular no descartó, a preguntas de los periodistas, que el Gobierno socialista “esté pensando en una instalación provisional”, ya que la alcaldesa, Clara Luquero, no oculta que su deseo es lograr que se construya una gran estación de autobuses en otro punto de la ciudad. “Si es así, que no genere problemas nuevos haciendo lo primero que se les pasa por la cabeza y en ese caso, quizá una inversión de un millón de euros es mucho”, concluyó.

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