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La diócesis subraya que nombrar o cesar sacerdotes es responsabilidad exclusiva del obispo

El obispo de Segovia, César Franco.

El obispo es quien nombra a los sacerdotes y sus responsabilidades y no resuelve estos asuntos bajo presión ni respondiendo a reclamaciones de feligreses, vecinos u otros colectivos, por muchas campañas que emprendan. Es el resumen del comunicado que ha enviado a los medios de comunicación este 16 de septiembre la diócesis de Segovia para zanjar la polémica desatada en las últimas semanas por los nombramientos y ceses de curas en la provincia, especialmente por el referido al relevo del párroco de Aguilafuente, Aldea Real, Lastras de Cuéllar y Sauquillo de Cabezas, Jesús Torres.

La polémica arrancó en julio pasado, cuando César Franco decidió hasta trece traslados, ceses y nuevos nombramientos en la Diócesis, entre los que se incluía el cese de Torres, de 77 años, un sacerdote sumamente apreciado por los feligreses y los vecinos en general de las localidades en las que ejercía su trabajo, que no aceptaron la decisión e iniciaron acciones para exigir que el obispo rectificara. La campaña incluyó la recogida de firmas, de manera presencial y a través de la plataforma change.org y escritos y cartas abiertas a medios de comunicación.

La Diócesis ha permanecido en silencio hasta ahora, cuando considera que “se ha cumplido un tiempo prudencial para la reflexión”, pero también cuando los cambios están totalmente consumados. Lo hace con una advertencia tajante: “Estos asuntos de la Iglesia no se resuelven bajo presión de recogida de firmas o de cartas abiertas al obispo a través de la prensa, máxime si se parte de informaciones sesgadas y posiciones preconcebidas, o se recurre, en alguna de ellas, al insulto, la descalificación o ciertas actitudes de amenaza que se invalidan por sí mismas. Tampoco las cartas sin firmar son dignas de consideración. Por otra parte, proponer soluciones pastorales cuando se desconocen todos los datos, que afectan no solo a la parroquia en cuestión, sino al bien general de la diócesis, supone, cuando menos, una enorme ligereza”.

En el texto se resalta la “responsabilidad exclusiva” de Franco para nombrar sacerdotes en la provincia, “asesorado por el Consejo episcopal y en diálogo con los afectados (…) incluido el párroco de Aguilafuente, con quien se han tenido, al menos, tres conversaciones”, una de ellas directamente con el obispo, se explica para subrayar que “no responde a la verdad” que no se hablara con el cura. Se explica además que cuando un obispo o un sacerdote cumple 75 años, el Código de Derecho Canónico prescribe que dirija una carta al Papa o al obispo, respectivamente, presentando su renuncia al cargo que ostenta. El Papa o el obispo puede aceptarla de inmediato o dilatar la aceptación hasta el momento en que, debido a las circunstancias personales y pastorales, considere más oportuno y prudente. “La reorganización pastoral de la zona de Aguilafuente y Mozoncillo ha exigido hacerlo ahora”, recalca.

Tras explicar que los sacerdotes siguen ejerciendo su ministerio y prestando servicios tras su dimisión, desde la Diócesis se insiste en que “la idea de que un sacerdote tiene ‘derecho’ a estar en una determinada parroquia no corresponde ni a la naturaleza de su ministerio —que requiere la total disponibilidad prometida en la ordenación—ni a la naturaleza eclesial de la parroquia, que no es propiedad del sacerdote, como dejó claro la reforma del Concilio Vaticano II con la supresión de las parroquias en posesión”.

“Es gratificante comprobar el aprecio de las comunidades a sus sacerdotes. Y es comprensible que los cambios producen en ocasiones tristeza y cierta frustración, pero no hay que olvidar que los cristianos, como dice san Pablo, no somos de Pedro, de Pablo o de Apolo, sino de Cristo, y debemos trabajar por el bien de toda la diócesis superando los particularismos de las propias comunidades”, concluye.

Author: Redacción

Acueducto2. Noticias y actualidad de Segovia.

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8 Comments

  1. Éstos no escuchan a su “jefe”, clericalismo en estado puro.

    Pobre Iglesia segoviana convertida cada vez más en un erial.

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  2. En La Granja, por presiones exclusivas de unos feligreses, que encima no son de allí, sino de Madrid, han echado al Padre Daniel, uno de los pocos párrocos que hacían comunidad y estaban siempre cuando lo necesitabas. Y lo han hecho exclusivamente por defender a la gente de la comunidad.
    Así que presiones de feligreses hay y habrá.
    Que no cuenten películas.

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  3. Pero vamos a ver ¿Alguien se ha pensado que la ‘Iglesia’es su casa en la que puede decidir lo que le venga en gana? Nooo majos, es un negocio, un entramado espiritual-financiero, eso sí con más de 2000 años de montaje, y como tal come tarros y funciona. Con su propaganda, sus escalafones… jefes, jefecillos y demás personal.
    Parecido a los partidos políticos con sus cargos públicos, sus asesores de nada, sus machacas de carné y demás paripé….
    Y punto pelota.

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  4. Una vez más se demuestra la influencia ajena en el Señor Obispo como en el caso del Padre D. Daniel Agudelo, un buen sacerdote de la Parroquia de San Ildefonso, de donde ha sido expulsado por la opinión de una pareja ajena a dicha parroquia y lamentable ha sido que el Señor Obispo no haya concedido audiencia a feligreses de la Parroquia de San Ildefonso que tan solo querían explicar lo acaecido con la mencionada pareja.
    Igualmente ha sido triste ver la falta de involucración del Señor Obispo y compañeros del Padre D. Daniel en conocer la verdad y defender a su personal en vez de expulsarlo.
    Nos quejamos de la falta de sacerdotes y cuando tenemos uno bueno en lugar de cuidarlo y amarrarlo no solo lo soltamos sino que lo expulsamos de nuestra comunidad, así nos va haciendo caso a la opinión ajena.

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  5. Estos que mandan en la iglesia de Segovia son lo más alejado a las enseñanzas del Evangelio que he visto en mi vida.
    Rezaré por ellos, lo necesitan.

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  6. Parece que comunicarse con Dios es más fácil que hacerlo con la Iglesia. En esta institución, como en otras, siempre manda la pasta. Y que no se la toquen al obispado, que …………………….hemos topado

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