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Grandes mesones de la A2 (y alguno que otro a evitar)

En un rapto de inspiración poética a lo Elvira Sastre, iba a titular esta entrada como “caravasares de la A2“. Así están las cabezas. Menos mal que la cordura se ha impuesto en el último momento. En realidad es más sencillo: quiero dar mi opinión sobre los mesones de carretera de la A2. Y por una vez es una opinión formada, basada en tropecientos viajes que me he tirado por la Madrid-Barcelona, en concreto tramo Medinaceli-Cervera. Creo que habré parado en todas al menos un par de veces.

Con esto saldo una deuda pendiente con mi verdadera vocación de crítico gastronómico. Debe ser una gozada ir a un dos estrellas Michelin y tras encargar un palmerito de Petrus y una de cinco jotas a modo de entrante soltar al maitre, “que me traigan el menú degustación que esto va para el ABC. Y ojito que soy del morro fino”. Y todo a cuenta de la empresa. Pero que se le va a hacer, el dichoso Karma me apartó hace décadas del buen camino.

Y me llevó más bien a la A2, pasando calor (por variar, el aire acondicionado del Opel se ha rendido ante los 38 grados que marca el termómetro, ver documento acreditativo).

Me cuesta conducir empanzado así que normalmente (no siempre) solvento el tema con Coca-cola, un sandwich mixto, media ración de ensaladilla y un cortado. El domingo paré en El Cisne, KM309 (Zaragoza), y bueno… Es un establecimiento con pedigree, así que a modo de disculpa diré que me salté la regla uno, no parar entre las 2 y las 3. Esa es la peor hora, con el personal saturado, masificación y lío. También está el covid de por medio, que en el citado establecimiento han solventado con una discutible dispensación modo McDonalds; tu encargas, pagas y al rato te sale el pedido. Regla dos: no volver jamás a sitios que te cobran por adelantado antes de comer (señal de que no confían en cobrar). Problema, McDonalds y afines trabajan con una carta de platos limitada, de manera que al menos te sirven todo el pedido a la vez, ganándose el sobrenombre de “comida rápida”. En el sitio en cuestión han inventado una variante baturra que se queda a medio camino: ahora sale un bocata, luego la ración de patatas para el niño, luego la ensaladilla… Para el café tienes que ir ticket en mano y reclamar, “eh, chep, oigaaa, el cortado”. La chica te mira con desconfianza, como diciéndose, a este listillo ya le he puesto el cortado antes. Enfin, un cristo digno de Pesadilla en la cocina.

Pero falta lo peor. Regla tres. Ojo con los bocatas de “pan de seis semillas“. Son bocatas de franquicia, de 10,80 o sea que piensas, pedazo de bocata de 500 duros que me voy a meter, pero en realidad es un montadito desoladoramente de-cep-cio-nan-te. Un timo de los gordos. Y mientras la gente se impacienta – “¿Qué hay de lo mío?”, “Falta uno de tortilla”, los pedidos tardan en salir- las pobres camareras van que vuelan pero sin provecho, como el que va a la guerra en chanclas. “Si me vuelvo a olvidar de su café me lo recuerda”, escucho que le dicen al de al lado. Y la cola crece. Mientras espero observo la barra de autoservicio. La del sitio en cuestión queda entre barra hospitalaria y excedente de catering escolar. Espero mi bocata de jamón, que viene con un “plus” de tomate untado que, en rigor, es unos pocos grumos rojos y sin aceite. Me calzan otro suplemento de 0.50€, por tonto. Del revuelto de huevos patatas y chorizo que se pidió el hijo, la buena noticia es que el chaval está bien y completamente repuesto.

Me voy del (canto del) Cisne, sopesando que, al menos, de servicios está bien dotado el lugar. Hay tres máquinas tragaperras, muy aconsejables para matar el rato entre pedido y servicio, buena tienda, retretes impecables, y hasta un desfibrilador automático de estos verdes. Aunque a tenor de la insurrección que se está fraguando en la cola de pedir y reclamar, me da que el desfibrilador se usa, y bastante… Enfin, ya digo que es un sitio histórico de la A2, así que habrá tiempo de subsanar lo malo. Es también un ejemplo del deterioro, tanto de calidad como de servicios, que suponen estos establecimientos explotados industrialmente, con cocina de catering, bocatas de franquicia. Si al menos fueran baratos, pero no…

De largo, los mejores siguen siendo los establecimientos de corte familiar. Cada vez quedan menos pero quedan. Últimamente mi favorito está en la salida a Monteagudo, salida 186, en Ariza, linde entre Soria y Zaragoza. En la puerta un gran letrero pone Hotel-Restaurante. Nada más. Bocadillazos, servicio amoroso, torreznacos sorianos de los de repetir… Además, la tienda es un primor, venden latas de Verdel El Velero, de las grandes, a precio rompedor. Y aceite, y olivas mil, y vino… Eso sí que es un caravasar confortable. En lo más alto de la lista de recomendados.

Parada y fondo en Ariza. Un sitio de 10.

En la categoría de templo gastronómico hay que poner otro mito, el Asturiano en KM299 (La Muela, Zaragoza). Amigos, palabras mayores los bocatas que se manejan, y unos platos combinados que te dejan ojiplático por precio y calidad. Brutal de bueno. Vale la pena ir dando vueltas por la zona hasta que te entre el hambre. No queda en la A2, pero paro con frecuencia desde hace 30 años (y por algo será) en Moreno Restaurante (San Esteban de Gormaz). Gran sitio con una especialidad digna de probar, el pincho de bacalao. Generoso, bueno y económico.

Hay sitios que están pensados para los autobuses de ruta.  No son mi taza de te, debo decir en elegante expresión sajona. Se caracterizan por tener unos váteres colosales, susceptibles de acomodar simultáneamente las vejigas de sesenta jubilados bajando en estampida del rutero Madrid-Sibiu (Rumanía). Luego ya la restauración, pues va por tramos. Razonable calidad precio tiene un clásico, El 200, situados en el PK homónimo. Espacioso, grande y funcional.  Un clásico del segmento de profesionalidad impecable es el Rausán, Alfajarín, PK109. Los camareros son de 10, serios, rápidos y que podrían dar lecciones de lo suyo en cualquier tres estrellas. Los bocatas son batalleros, pero se compensa con precio sensato y una colección de banderines de clubs de fútbol y basket que decoran el comedor principal y dan fe de las centenares de expediciones que han pisado este templo.

En definitiva, todo un mundo el de la restauración de carretera, patrimonio de la humanidad y que actualmente vive acechado por los grandes grupos de la distribución, que poco a poco, van amontonando chinchetas en algún mapa de algún despacho madrileño. Para nuestra desgracia. Y recuerden las tres reglas. Nada de parar entre las dos y las tres, rehúyan donde se pague por adelantado, y ni se les ocurra pedir el bocata de “pan de seis cereales” de 10.80€. Avisados están.


Author: Luis Besa

Luis Besa. Periodista,

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8 Comments

  1. No ha nombrado a El Navarro. Ha cerrado?
    Sitio amplio, rápido, precio razonable, buen menú y fuera de horario, buenos bocadillos.

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    • No ha cerrado. El Navarro (KM 285 Épila) sigue siendo un sitio emblemático. Ahora bien, hace ya unos años crearon un área de servicio más cerca del cruce, con gasolinera y sitio de bocatas, de esta manera, el mesón quedaba para comidas menus derivando a la nueva área a lo bocateros. Antes me gustaba la gran variedad de platos que podías encontrar, de menú era un sitio más que destacable, de bocatas flojea un tanto, a mi entender. Otro problema es que queda muy cerca del Asturiano, y la verdad es que entre uno y otro no hay color y me decanto últimamente más por el segundo.

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      • En el local de la gasolinera no entré nunca, me parecía un tanto híbrido. Me refería al mesón, fuera del horario normal servían bocadillos que podían sustituir a la comida.

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    • Servicio amoroso?
      Puede darnos más detalles?
      Suena interesante.

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  2. Divertidísimo e ilustrado artículo!!! …convence a tus jefes y que te paguen un viajecito por la A4 o la carretera de Valencia y nos cuentas!!

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  3. Jajajaja me ha encantado esta lectura y me ha alegrado la mañana ¡Gracias!

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  4. Amigo Besa, me sorprende que siga frecuentando la A2 en sus viajes a su tierra, cuando la ruta natural es vía San Esteban de Gormaz y el puerto del Madero, por la Soria desertizada.
    Por cierto, en el Moreno de San Esteban he parado este último año varias veces a comer de mesa y mantel de papel: menú rápido, muy casero y sabroso por 10€. Unas carrilleras en salsa y un churrasco al horno que me quitaron el sentido.

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    • Tras muchas pruebas, hace ya muchos años opté por la opción San Esteban de Gormaz, Almazan, empalme con la A-2 Ariza y adelante. es la más bonita también. La de Tarazona es más corta, pero más lenta, y a pesar de la españa vacía, es frecuente encontrarse caravanas de camiones y hay que jugarse el cuello con adelantos (esta más vacía la comarca de Almazan y hay rectas kilómetricas que facilitan adelantar, créame). Cuando entre en servicio la autovía del Duero (esa estafa, 20 años llevan detenidos en San Esteban) sera probablemente la opción natural. Otras opciones, he probado por la 324 (mucho camión) y también por Atienza Ayllón, la más larga pero ultraespectacular. Hubo un tiempo en que me dio por recorrer variantes. Algunas no las sabría repetir ahora jjajajaja.

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