GR88 (14) Condado de Castilnovo – Sepúlveda.
(Enlace Cuaderno de Campo 13 De Orejanilla a Valleruela y Valdesaz (Condado de Castilnovo)
“por ser imposible amueblarles según la normativa actual de senderos, ya que implica un alto coste en paneles, flechas direccionales, etc…”.
A día de hoy la señalización está muy deteriorada y seguir su rastro es más complicado, aunque en algunos tramos se observan marcas repintadas. Seamos responsables, como siempre, a la hora de aventurarnos a caminar por un sendero
Cuaderno de Campo 14 GR88: De Valdesaz (Condado de Castilnovo) a Sepúlveda.
Como indicamos en la entrada anterior, el GR88 permite cruzar el pueblo de Valdesaz o dejarlo a un lado. Si optamos por entrar, podemos ver la pequeña iglesia románica de Santa Cristina.
La salida se realiza por el camino asfaltado de entrada al pueblo, de escaso o nulo tráfico rodado. Llegaremos a cruce de caminos.
Si por el contrario preferimos continuar a campo abierto, tomaremos senda a la derecha de un pequeño abrevadero con noria de mano, llegando posteriormente al punto anterior.
En este caso habremos bordeado el monte en paralelo al primer recorrido.
Al salir de Valdesaz nos encontramos con el nudo viario que une la carretera vecinal SG-V-2346 con la autonómica SG-205.
La primera se dirige a Prádena por los Castros; la autonómica comunica Cuéllar con Cerezo de Abajo; pueblo al que llegaremos, dando un rodeo, tras visitar Sepúlveda y el románico del Duratón.
Ambas opciones del antiguo Sendero, desde Valdesaz, tienen un recorrido aproximado de un kilómetro –ver indicaciones sobre imagen satélite Google–
Si hemos conseguido visitar el castillo de Castilonovo, desde la puerta de entrada al recinto tomaremos el arcén de la carretera autonómica SG-205, dirección Villafranca del Condado; con la precaución debida en una vía con bastante circulación rodada.
La fortificación, enclavada en la fértil vega del río San Juan, se erigió, sin que exista constancia, en tiempos del moro Abd-al-Ramán I de Sepúlveda -año 755-.
La tradición, por el contrario se lo atribuye a Fernán García de la Torre, fundador de los linajes de estas tierras.
Pertenece a la Asociación Hispanomejicana- Biblioteca Miguel Alemán Valdés (aunque como podemos ver en la entrada anterior esta en venta).
A los doscientos metros escasos de partir, hemos de tomar el camino de Valdesaz que conduce a La Nava -orientación norte- (antes habremos cruzado al arcén izquierdo, pues caminamos por una carretera). A la derecha dejamos una finca con vivienda y a la izquierda naves de ganado ovino –ver mapa anterior-.
La Nava se encuentra a unos 4 kilómetros de Valdesaz, uno menos desde la puerta de entrada al recinto del castillo.
El camino que transitamos tiene rodadas bien marcadas. Según nos alejamos de la vega del río San Juan y su frondosa vegetación, el panorama que se nos ofrece cambia por completo.
Predominarán las tierras de labor salpicadas por las matriarcales encinas unaunianas que dan al paisaje cierto encanto, aunque nos hablan de antiguos panoramas cubiertos por frondoso arbolado.
Estamos en la campiña más baja de la provincia de Segovia, zonas de sedimentación formadas de las erosiones serranas a lo largo del paleógeno. Abanicos pluviales y planicies arenosas que, como comprobamos, están surcados por ríos y torrenteras que forman interesantes vallejos y cañones. Las lomas y vaguadas transitadas se dedican al cultivo de cereal.
La Nava, como indicamos en la entrada anterior, es uno de los cuatro núcleos de población que conforman el Condado de Castilnovo, junto a Valdesaz, Villafranca y Torrecilla.
En el camino a Torrecilla se encuentra la ermita de San Juan. De planta rectangular, con posibles ampliaciones, tiene cubierta a dos aguas y una pequeña espadaña de piedra rematada con una cruz.
La puerta de acceso, de medio punto con sillares calizos, se abre a un costado. Delante de la puerta tiene un hermoso crucero
El GR cruzaba el caserío de La Nava para tomar camino de Sepúlveda que lleva al Alto de Carapedraza, donde un crucero, a un kilómetro escaso, domina el pueblo y sus labrantíos.
El camino se bifurca por la izquierda hacia la actual carretera asfaltada que lleva a Sepúlveda, SG-V-2321.
Nuestro periplo sigue de frente por el antiguo camino del Valle. Los cultivos comienzan su pelea con la lastra, poco a poco el sendero se precipita hacia las barrancas calizas del paraje de La Espesura que se asoman al río Caslilla.
Sus aguas provienen de la fuente Honda de Casla, asociándose con el río Duratón bajo la puerta del Castro de Sepúlveda.
El camino, deteriorado por las avenidas, desciende a la ribera por la torrentera de la arroyada de Cuevas Lóbregas. Nos adentramos en la tierra de Sepúlveda.
Aguas abajo la senda, ahora bien marcada, transita entre la espesura de la ribera del río Caslilla y los cortados calizos que albergan buitreras y nidadas de otras rapaces.
El valle se va ensanchando y las huertas se asientan en su vega; en dos kilómetros aproximadamente damos vista a Sepúlveda.
Accedemos a la población, encaramada en la roca, por encima de la entrada del túnel que permite a los vehículos atravesar la villa de sur a norte sin subir al recinto medieval.
Las estructuras de los plegamientos del macizo de Sepúlveda, ilustran libros de geología, desde los tiempos del geólogo español José Macpherson, en 1901. Curiosamente falleció un año después en el Real Sitio de San Ildefonso.
Los picozos y crestas (los hog-backs anglosajones) y el famoso pliegue monoclinal de rodilla que podemos admirar desde el mirador dedicado al pintor Zuloaga, son enseñanza práctica de la materia.
Las calizas y dolomías cretácicas, las fallas y diaclasas o los recursos naturales como el agua y los materiales utilizados en las construcciones, son otros elementos que nos servirán para la lección.
El mirador permite igualmente observar el cerro aislado en la lastra rodeado por los interfluvios del río Caslilla y el río Duratón, cinceladores del ideal castro defensivo.
El GR ascendía al caserio por la pina calle de Sancho García, ‘el de los Buenos Fueros’, que nos deposita en la plaza Mayor, junto a una fuente.
En la fuente una placa versa:
“ATANASIO OÑATE Y SALINAS, HIJO ESCLARECIDO Y 1º CONDE, SIENDO ALCALDE BRAULIO ABAD DE DIEGO 1904” -entrada al Blog: ‘A Sepúlveda con su Conde’-.
Estamos en la medieval plaza del pueblo, con su ayuntamiento castillo presidiendo el conjunto.
En él recuerdo las palabras del escritor Francisco Umbral, publicadas en un artículo de prensa del otoño de 1998:
“Lienzo de muralla con figuras al sol, reloj de torre en punto (la puntualidad resulta un anacronismo en estos relojes de pueblo), miradores de roble ilustre, empedrado del XVII, soportales como suburbios de la luz, de la humedad, del vino. Sepúlveda, en Segovia, viñeta en piedra de la España que no existe, según Pujol […]”.
La Septempublica romana y cuna del románico segoviano, como los anteriores finales de etapa, ha de conocerse y vivirse minuto a minuto.
Recorrer sus típicas callejas, admirar sus casas blasonadas, perderse en sus rincones… Acudir a los miradores sobre el río Duratón o el río Caslilla, puede ser una buena cura de humildad hacia la naturaleza.
Sus distintas puertas de acceso: Duruela, del Río, del Azogue o la de la Fuerza, sirven a su vez, una vez dentro, de pórtico de entrada a la majestuosidad de las hoces y las cárcavas fluviales.
La puerta de la Fuerza, es la entrada al Parque Natural de las Hoces del Río Duratón. En sus solapos anida una importante colonia de buitre leonado.
Es este un entorno primitivo con asentamientos neolíticos e importantes pinturas rupestres. Algunas de sus cuevas como la de los Siete Altares, guarda el paso de nuestros ancestros.
Ermitas en ruinas como la de San Julián o la Molinilla y conventos como la Hoz o San Frutos, enclavados en lugares, cuando menos espectaculares, son otros de los alicientes de la zona.
La antigua iglesia de Santiago, en Sepúlveda, alberga el Centro de Interpretación del Parque Natural que se extiende hacia el oeste, aguas abajo
Hemos terminamos un nuevo tramo del antiguo GR88: Segovia – Sepúlveda. El recorrido desde Valdesaz es de unos 9 kilómetros.
Desde Segovia capital hemos realizado 62,230 km. Nuestra próxima andadura: Sepúlveda – Alto del Cardoso en Cerezo de Abajo, al encuentro del antiguo GR10 a su paso por la provincia de Madrid.
GR88 Cuaderno de Campo nº 15 De Sepúlveda a Duratón y Sotillo.
16 enero, 2015
El castillo está en venta hace poco: por 15 kilillos de euros. De nada.
https://www.idealista.com/inmueble/27501763/