El empresario taurino Manolo Lozano, propietario de la Plaza de Toros de Segovia y considerado uno de los nombres más influyentes del mundo taurino en España, ha fallecido este lunes en Madrid a los 94 años de edad, a consecuencia de una neumonía que padecía desde hacía semanas.
Nacido en Alameda de la Sagra (Toledo) en agosto de 1930, Lozano mostró desde joven una clara vocación taurina. Debutó con picadores el 25 de julio de 1958 en Aranjuez y tomó la alternativa en Tánger en 1970, en la que fue su primera y única tarde como matador, ya que decidió cortarse la coleta esa misma jornada.
Vinculado al mundo del toro durante toda su vida, fue apoderado de más de 40 matadores, entre ellos figuras como Roberto Domínguez, Ortega Cano, El Soro, El Juli o Morante de la Puebla. También tuvo un papel destacado como empresario taurino, gestionando plazas como Aranjuez, Manzanares, Barbastro y, durante décadas, la bicentenaria plaza de toros de Segovia, construida en 1805.
Manolo Lozano fue también socio del empresario catalán Pedro Balañá Espinós, con quien compartió gestión en varias plazas. Su fallecimiento deja una huella notable en la historia reciente de la tauromaquia en España, y especialmente en Segovia, donde fue una figura clave para mantener activa la tradición taurina en la ciudad.
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