Posted By Luis Besa on 31, Mar, 2024

Ha fallecido a los 61 años el secretario general de la Cámara de Comercio e Industria de Segovia, Carlos Besteiro. Un fallecimiento inesperado, repentino y al parecer producto de un infarto, que ha causado consternación entre la clase empresarial segoviana. No en vano, Besteiro, entró hace 21 años como director general de la mano del entonces presidente, Jesús Postigo, y desde entonces ha sido un hombre clave en el asociacionismo empresarial segoviano, regional y nacional.

El Consejo General de Cámaras emitía al conocerse la triste muerte una nota de condolencia recordando a Carlos Besteiro “como una persona con gran espíritu cameral, que luchó con ahínco por la entidad a lo largo de su trayectoria, especialmente en los momentos difíciles. Además de ser una persona estrechamente vinculada a la red y defensora de su equipo. Su repentina marcha deja un gran vacío entre los compañeros de la Cámara y de la propia red cameral”.

Todos los que tuvimos el privilegio de trabajar con él podemos dar fe de su gran valía personal y técnica. Trabajador infatigable y siempre optimista y esperanzado que lideraba al equipo de técnicos de la Cámara en el mejor sentido de la palabra, con diálogo, empatía y discreción, rehuyendo el protagonismo y siempre con una sonrisa y una retranca gallega heredada de su padre, militar y artillero.

Licenciado en Economía, lo fichó Postigo procedente de la consultora Nielsen, y le tocó pechar con la renovación de una institución anquilosada que en los años del cambio de siglo dio un gran salto adelante en servicios, visibilidad pública y actividad. Besteiro estuvo en la cocina de Segovia 21, en la compra y mudanza a la Casa del Sello de Paños, la construcción de un vivero cameral y tantas iniciativas exitosas.

Hombre de una contrastada lealtad institucional, también supo estar a las maduras. En 2008, el Gobierno dejaba sin financiación a las cámaras, que tuvieron que buscarse las habichuelas. Tiempos difíciles en los que Carlos, contra viento y marea, y ya con Pedro Palomo de presidente, supo mantener el tipo, redimensionar la institución a la nueva situación, sanearla de una situación realmente imposible y sacarla adelante. Cuando la situación estaba ya estabilizada, y con una nueva presidenta, María José Tapia, y un nuevo e ilusionante proyecto, una muerte fulminante nos dejó sin un hombre de talento, honrado, cordial, y para los que tuvimos el honor de trabajar con él, un amigo. Descansa en paz, Carlos, y nuestro más sentido pésame para su mujer, Blanca, y su hijo.

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