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El Rastrillo del Cáncer, un pedazo de tiempo donado al futuro

El Torreón de Lozoya se ha convertido en el punto de encuentro de la solidaridad durante este Puente de la Constitución y la Inmaculada. La tradición y la temida enfermedad han conseguido que un buen puñado de personas, un año más, una vez más, ponga tiempo y esfuerzo a disposición de un bien común, la lucha a muerte contra el Cáncer.

Carmen Borregón, que colabora con el Rastrillo desde que este se puso en marcha y, como voluntaria desde hace “veintitantos años”. No hubo un motivo concreto, fueron las amigas quienes un día dijeron: “vamos a hacer algo y…”. Cada dos años, Carmen y sus amigas colaboran en la instalación de las mesas de cuestación, o en las mesas de información, o dando desayunos en los colegios que, por cierto empezarán ahora tanto en la capital como en la provincia… En el Mercadillo, este año gestionan un puesto en el que se encuentra de todo…

Paquita y Luisa, junto a Maribel, gestionan otro de los mostradores en los que lucen mantelerías, delantales, bolsas de pan… realizados en telas de algodón pintadas a mano… ¡Un Primor! Las dos primeras llevan 18 años en la labor, Maribel 7 u 8. Paquita y Luisa hacen estas labores con sus propias manos y, cada dos años, vienen al Rastrillo a vender el resultado. Presumen de su trabajo: “ Tenemos unos delantales y unas bolsas de pan…”, y de sus ventas: “La última mantelería grande la hemos vendido hace un momento…” y, solo desean ¡Venderlo todo para no tener que recoger nada del mostrador cuando el Rastrillo termine!

Merche y Candela, dos amigas que llevan 10 o 12 años colaborando con la Asociación Contra el Cáncer, que tienen un mostrador repleto de complementos de cocina, desde frascos para guardar alimentos hasta moldes de papel para las magdalenas pasando por jabones, caminos de mesa… Candela es del Cuerpo de voluntarias de “por que sí” pero Merche nos cuenta… “Me falta un pecho y, desde entonces, comencé a colaborar con la Asociación en todo lo que haga falta, a todo lo que me llamen. Para animar a todas las que se ven como yo”.

Llegado este punto del reportaje no se puede evitar el paso por el mostrador de los Bollos, allí encontramos a Inmaculada que, entre otras cosas, no ha visto mejor modo de pasar su santo que en las Caballerizas del Torreón. Desde este rincón “dulce”, el más visitado del Torreón, Inmaculada nos cuenta que lleva “muchos años colaborando, activamente unos 10” y sí, tiene motivo porque: “Ha entrado en la familia” y, añade que de esta manera se colabora no solo como la ayuda económica, el acto de presencia…

Y así llegamos al fondo, a la pequeña Taberna, en la que entre otras, África sirve cafés, refrescos, vinitos y… pinchitos y canapés que donan establecimientos de esta provincia tan dada a las relaciones sociales a pie de barra de Bar. África está en esto por muchas cosas pero sobre todo por tradición familiar y, como ella es una Relaciones Públicas “de facto”, allí tiene a la clientela ocupada en probar “un poco de todo”.

El recorrido podría ser más largo y más intenso pero lo dejamos en su mano, para que prueben en sus propias carnes. Cada euro que se gasten, desde el que se abona a la entrada hasta lo que compren o tomen, será una buena inversión en su futuro pues se destinará a la investigación y al bien estar de enfermos y familiares que quien sabe, si no lo somos, ¿Lo seremos?…

Author: Editor

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1 Comment

  1. Gran labor de aecc Segovia

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