Pronto se cumplirán los primeros cien años de la incorporación al patrimonio municipal de su primer vehículo automóvil, naciendo así el parque municipal que se ha formado a lo largo de los años con varias decenas de coches, furgones, camiones y motocicletas.
Hay que aclarar que hasta bien entrado el siglo XIX, cuando los señores alcalde y concejales necesitan de un transporte para atender a los asuntos municipales, se procedía a alquilar los llamados ‘coches de punto’ -en Madrid, los célebres ‘simones’- a alguno de los varios empresarios que en Segovia prestaban ese servicio. Debió de ser a finales de aquella centuria cuando el Ayuntamiento adquirió algunos coches de caballos propios, con sus atalajes y guarniciones, y varias mulas para tirar de esos carruajes.
Por otra parte, tras el invento de Karl Benz en 1885, ya a partir de 1890 los vehículos automóviles, tanto con motores de explosión como eléctricos –nihil novum sub sole– fueron ganando presencia en las grandes ciudades de toda Europa, y desde luego en las de España, donde, como es bien sabido, el joven Rey don Alfonso XIII fue aficionadísimo al automovilismo. Antes de proseguir, vayan algunas curiosidades que vienen al caso que vamos a glosar luego.
Una, que el primer vehículo que se fabricó en España y que circuló muy brevemente por Barcelona, fue el triciclo movido por gasolina, construido en 1889 por Francisco Bonet Dalmau, ingeniero y empresario textil; tenía un solo caballo de potencia, y circulaba a 12 kilómetros por hora.
Dos, que el primer automóvil que circuló efectivamente por España -precisamente por las Asturias de Oviedo- fue, allá por el 1891, un Panhard & Levassor modelo KB.
Tres, que el primer vehículo matriculado en nuestro país, en Palma de Mallorca y en octubre de 1900, fue un Clément francés importado que perteneció a José Sureda Fuentes, retirado del Cuerpo de Máquinas de la Armada. El primer coche matriculado en Madrid, ya en 1902, fue un lujoso Rénault que poseía el Marqués de Bolaños.
Cuatro, que la primera mujer española que guió y condujo un vehículo automóvil, fue, en 1904, la célebre escritora gallega doña Emilia de Pardo Bazán.
Cinco, que la primera fábrica de automóviles netamente española se estableció en Barcelona en 1904, tomando el nombre, que pronto se hizo famoso, de Hispano Suiza.
Y seis, que el primer vehículo matriculado en Segovia, el 31 de octubre de 1910, fue un Herald perteneciente a Luis Herranz Velázquez, rumboso propietario del concurrido salón de baile ‘El Paraíso’.
La posesión de un automóvil tuvo tanta importancia social como signo de distinción, que hasta las guías de sociedad de la primera mitad del siglo XX la señalaban, junto a los títulos nobiliarios, académicos, profesionales u honoríficos de las personas reseñadas en ellas.
Y ya puestos en contexto, recordaremos que fue en la sesión extraordinaria del 19 de junio de 1926, cuando el Ayuntamiento de Segovia, a propuesta del alcalde D. Fernando Rivas García, y de sus tenientes D. Alejandro Llovet y D. Evaristo Pérez y D. José Calderón, acordó por unanimidad la adquisición de un automóvil, prescindiendo de las formalidades de la subasta.
El Ayuntamiento pidió un informe a D. Ángel Onrubia, capitán de Artillería e ingeniero industrial, quien recomendó la adquisición de un automóvil de la fábrica italiana Fiat, modelo 507 (en la imagen superior), por su ‘excelente construcción, fácil manejo y otras circunstancias convenientes’, como el buen precio. Y, efectivamente, el coche fue suministrado enseguida por el industrial segoviano D. Emilio de Sousa, concesionario de la marca en Segovia (quien, por ser concejal, no solo se ausentó del salón en el momento de tomarse el acuerdo, sino que renunció expresamente a la comisión a que tenía derecho, en beneficio de las arcas municipales).
En la misma sesión se acordó la enajenación de los coches de caballos, mulas, guarniciones y demás utensilios que hasta entonces se utilizaban para el transporte de los miembros de la Corporación.
Así se dio inicio en Segovia a la transición ecológica municipal hacia los motores térmicos de combustible fósil -note el lector la ironía en el empleo del lenguaje actual- en detrimento de los más sostenibles medios municipales de transporte hipomóvil…
6 julio, 2024
Si que le sobra tiempo a Vd. para dedicarse a escribir sobre temas que no interesan a nadie. A los ciudadanos nos interesa el patrimonio municipal de 2024 y su gestión. Debería darle vergüenza dedicarse a esto en vez de hacer oposición de verdad.
6 julio, 2024
Diablillo tu comentario envenenado sobra.
El artículo es muy interesante. Gracias a su autor por escribirlo.
6 julio, 2024
Buena e interesante nota histórica D. Alfonso.
Es curioso que alguien decida “por su cuenta y riesgo”que este artículo no interesa a nadie.
Se arroga la potestad de hablar por boca de todos los que vamos a leerlo y decide que no nos va a interesar.
8 julio, 2024
De vox tenía que ser. Manda huevos
8 julio, 2024
Qué tiene que ver eso con el artículo Ad?
8 julio, 2024
Es Vd un lameculos.
8 julio, 2024
¿Qué opinan desde Redacción de este medio digital de los insultos del tal Diablillo?
¿Los van a borrar?
7 julio, 2024
Tiene usted muy poquita educación.
6 julio, 2024
Excelente artículo.
6 julio, 2024
Un artículo muy interesante. No entiendo la crítica del primer interviniente.
8 julio, 2024
Comentario moderado
7 julio, 2024
Una redacción muy interesante y muy bien escrita. Es fundamental conocer nuestra historia. Toda una suerte que gente con empeño y rigor nos cuenten estas cosas.