El balance del año hidrológico —la estadística empieza y acaba el 1 de octubre— en los embalses que nutren a la ciudad de Segovia es “aceptable” para el Ayuntamiento. Puente Alta acumula 1,3 hectómetros cúbicos (1.300 millones de litros), el 56 por ciento de su capacidad y el del Pontón, 4,4 hectómetros, el 59,5%, algo más que el año pasado y por encima también de la media de la última década, gracias a las potentes lluvias del mes de agosto.
Pero no hay que fiarse. Hace solo dos años, tras un verano seco y un otoño si lluvias, los embalses segovianos se quedaron en una quinta parte de sus posibilidades de almacenamiento, una situación que puede reproducirse este año según los augurios de los meteorólogos más pesimistas así que el municipio prefiere guardar y comienza a aplicar las medidas que la concejala de Servicios, Paloma Maroto, ya anunció hace semanas que aplicaría si las lluvias no llegaban. De momento sólo habrá menos agua en los sistemas de riego de los jardines.
Para que no sean necesarios más recortes, el departamento ha insistido en la necesidad de que los ciudadanos hagan un uso responsable y sugiere una serie de medidas que incluyen evitar dejar corriendo el agua a la hora de enjabonarse en la ducha, lavarse los dientes o lavar los platos; poner lavadoras y lavavajillas cuando estén totalmente llenos o reducir la capacidad de las cisternas colocando dentro botellas de plástico llenas.
Evitar fugas en las conducciones y grifos, lavar el coche con cubo y bayeta o regar las plantas fuera de los momentos de más calor completan el catálogo de recomendaciones de ahorro de un bien que, advierten, es escaso.
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