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El Ayuntamiento aprueba “el último” presupuesto del mandato

Pleno casi puramente económico el de este 25 de febrero en el que se ha aprobado el presupuesto general de la ciudad, por 66,6 millones y una dotación de inversión de 13 millones al sumarse a ese capítulo casi 9 millones de remanentes no ejecutados. Se aprobó con los votos favorables de PSOE e IU, el “no” de PP y Ciudadanos y la abstención de Podemos, cuyo concejal se convirtió en blanco de los ataques de los grupos de la oposición, irritados por el complicado equilibrismo que encerraba su decisión. Hizo falta el voto de calidad de la alcaldesa para que se diera aprobación inicial al paquete económico que el concejal de IU y socios de Gobierno, Ángel Galindo consideró que será “el último de este mandato” sin que nadie le contradijera.

Los posicionamientos en los debates, anunciados en ruedas de prensa durante las últimas semanas, no encerraron sorpresas. Luquero, en una larguísima intervención de introducción, se mostró convencida de que la previsión económica servirá para “dinamizar la economía” local e incidió en el esfuerzo que encierran para la prestación de servicios y generación de bienes públicos en campos como la educación, cultura, deporte u ocio.

Ángel Galindo, optó por el tono reivindicativo de su propio trabajo y se hizo fuerte en las partidas que afectan a las áreas que son referente de la formación como medioambiente y servicios sociales, sin entrar en otros detalles del paquete económico. “Queremos poner los barrios en el centro de las inversiones, dar un impulso a las políticas sociales, que son las que protegen a las personas, y también que las políticas ambientales sean un eje fundamental del trabajo municipal” se congratuló.

Había expectación por ver como justificaba su postura el portavoz de Podemos, Guillermo San Juan, que en el mismo discurso fue capaz de criticar con dureza el incumplimiento de los acuerdos programáticos que mantiene con el PSOE, tanto en la ejecución de las cuentas de 2021, como en las muchas carencias que apuntó en el de 2022, y de defender al mismo tiempo su abstención que, en la práctica, significó permitir la aprobación de las cuentas. Lo solucionó apelando a su devoción hacia los segovianos y su bienestar y también a la necesidad de mantener fuerte “el bloque de progreso” frente a la oposición de PP y Ciudadanos e incluso a “los representantes de los reaccionarios que han venido a este pleno”, en referencia a algunos miembros de Vox en Segovia sentados en la grada del público.

Las críticas más duras llegaron desde los grupos de oposición, con una portavoz de Ciudadanos, Noemí Otero, que subrayó que “estos no son los presupuestos que necesita la ciudad”, echó en cara al Gobierno que no haya contado con los grupos para hacer las cuentas —repitió que un documento de consenso habría sido “una buena forma de acabar el mandato” de Luquero— y criticó con dureza la postura “populista” del podemita, San Juan.

El popular, Pablo Pérez, aseveró que el Gobierno local carece de capacidad de gestión y que los presupuestos de 2022 son la repetición de los anteriores, precisamente porque no se han gestionado las partidas mientras se mantienen promesas de actuación que se repiten “tantas veces como presupuestos hacen”. Lamentó también lo tarde que llega el documento económico y, tomando como ejemplo la baja ejecución de inversiones de 2021 —sólo uno de cada cuatro euros como se constató en el punto dedicado al cierre del presupuesto del año anterior— puso en duda que el Gobierno sea capaz de ejecutar las previstas para este año, en el que hay 13 millones para proyectos de inversión.

Mociones

Llegado el capítulo de mociones, los grupos parecieron querer pasar factura al podemita, Guillermo San Juan, que se descolgó con una propuesta para impulsar una estrategia de salud mental municipal en la que sólo recibió el apoyo del Partido Popular tras modificación uno de los enunciados, mientras los portavoces de los grupos le echaban en cara el carácter “populista” de su propuesta remitiendo las exigencias de ampliación de acciones en materia de salud mental que reclamaba a las administraciones con competencias en esta materia, la regional y la estatal.

Destacó en el debate el trato duro que le brindó la concejala de Servicios Sociales, Ana Peñalosa (IU) que hace tiempo se siente atacada por el podemita en su acción de Gobierno y se quejó de que “la moción se presenta directamente contra mi”. La edil defendió las actuaciones que realiza su departamento en materia de salud mental a la vez que rechazó, por ser inalcanzables, las propuestas contenidas en la moción, como la de realizar un estudio sobre el impacto de la pandemia en la población segoviana antes de que acabe este año o que se firme, en unos meses, un convenio con el colegio de psicólogos. “Hay tres formas de hacer política: la del Gobierno, la de la derecha, con planteamientos antagónicos a los nuestros y la de San Juan, buscando titulares”, zanjó Peñalosa.

Ciudadanos sí logró sacar adelante su propuesta de que el Ayuntamiento actúe con urgencia en la mejora del vial entre polígonos por el que se accede al Centro de Transportes, cuya ampliación es la inversión “estrella” del presupuesto de 2022. La portavoz, Noemí Otero, defendía la necesidad de esta actuación aludiendo al elevado uso que tiene ese vial y la previsión de que crezca más, por lo que reclamó su mejora como “prioritaria”, mientras todos los grupos se mostraban de acuerdo. Excepto el PSOE. La concejala de Urbanismo, Clara Martín, quiso vincular la creación de nuevos accesos a la planificación global que ha de acometerse en una zona que va a sufrir multitud de cambios a medio plazo y a un Plan de Movilidad  que dijo tener previsto pese a que no se había hablado de él hasta ese momento, por lo que su enmienda no se incorporó a la moción. El voto favorable de PP y Cs frente a la abstención de los tres grupos restantes permitió la aprobación.

Finalmente, la propuesta del PP para mejorar la atención a las zonas emborrilladas de la ciudad, similar a la presentada en 2017, también recibió el apoyo unánime del plenario, aunque fue tras un embarullado debate en el que se enzarzaron especialmente el concejal de Obras, Miguel Merino, y la concejala popular, Silvia Pasarón a cuenta de las convocatorias de las ayudas de los fondos europeos.

Seis horas de sesión es mucho más de lo que están acostumbrados a pasar en un pleno los corporativos, así que esta vez no hubo ruegos ni preguntas.

Author: Redacción

Acueducto2. Noticias y actualidad de Segovia.

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