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Diario de la cuarentena: Héroes de barrio y tontos muy tontos

Ahí le ven, candidato a tonto del año. Con rebequita y en Cotos. ¡Ni tan mal!

Dos tontos muy tontos. Del mismo modo que existe la orden de Carlos III, virtuti et merito, debería existir la Orden del Capirote Rey Fávila para dispensar un reconocimiento público a aquellos modorros que por estupidez destaquen en el conjunto de la patria (que no es moco de pavo, está reñido el asunto). Una Real Orden con todos los atributos, publicación en el BOE, ceremonia de capirotización en palacio con SM en uniforme de gala y los “ordenados” investidos solemnemente. Podría inaugurarse esta tan necesaria orden con la pareja  que el primer día de cuarentena va y se dice, “churri, que tal si nos vamos a la sierra a airearnos”. Y dicho y hecho. Se enfundan un cómodo calzado deportivo, enfilan la A-6 y para Cotos que se nos van con la rebequita por si refresca. Empieza a nevar (tal como aseguraba el hombre del tiempo), se pierden, se construyen un refugio y viendo ya que la “aireación” apunta a amputación de extremidades por congelación, llaman a la Guardia Civil. No hay palabras. Honor y Gloria. Digno de una película de Esteso y Pajares. Lo triste es que se saldrán pagando 600€. Deberían estar un año trabajando gratis para el Estado impartiendo conferencias en los colegios. “Niños, no seáis como nosotros”.

Superhéroes de barrio. Claro que en situaciones críticas no solo emerge la cara estúpida del mundo, también la empática. La empresa local Mundo Laboral que promueve una campaña para, facilitando tela cortada, se organicen espontáneamente batallones de costura (por cierto, colapsada de wapps de voluntarios ansiosos por ayudar). La compañera María Coco y la ilustradora Sara Ramírez editando un libro gratis para explicar lo que pasa a los críos. Makers imprimiendo viseras en 3D. Y miles de héroes locales. Panaderos al pie del cañón, cajeras de supermercados, transportistas. Working class heroes de los a mil euros el mes. También ciudadanos formando disciplinadas colas durante horas para donar sangre… El ingenioso que crea electrochistes para elevarnos la moral y el que se graba tocando el Resistiré con un xilófono hecho con los tiestos de los geranios.

¿Resistiré a Resistiré? Por cierto ¿no había otra canción? Es la típica melodía que se clava por melomergencia en el cerebro y te da el día. La compuso el Dúo Dinámico con letra de Carlos Toro. Yo pensaba que era antigua como Manuel de la Calva, del 60 o por ahí, y que me había acompañado toda la vida. Y no, es del 88 escrita para superar un cáncer y se popularizó con una peli de Almodóvar. También me recuerda mucho al I will Survive, de la Gaynor (que conste en acta). Reconozcamos que la odiosa cancioncilla cumple su misión. Ritmo pegadizo, letra fácil de recordar, se canta y eleva la moral. Para lo que nos ocupa, mejor que el Novio de la muerte sí es…

Mascarillas y guantes en el pleno de la Diputación.

Las dos Españas. Segovia se ha dividido entre enmascarados y desenmascarados. Camino al pan unos y otros se cruzan y se miran con cara rara (entera unos, media los otros), como diciéndose, ahí va el alarmista los cojones (los unos); ya está aquí el irresponsable tira flemas (los otros). ¡Las dos Españas, señores! Como los que cacerolean en el balcón cuando habla el rey y los que lo hacen cuando en la tele sale Sánchez. Conste que sobre las mascarillas hay argumentos a favor de una y otra indumentaria. Esto pinta a experimento social interesante. Conforme la cosa se ponga mal el bando enmascarado irá ganando adeptos porque las sociedades funcionamos por mimetismo y el “distinto” llama a la sospecha. “¿Pensarán mal de mí si voy sin embozo?” Conforme la cosa mejore la situación se invertirá y el embozado pasará a ser el sospechoso, “¿por dónde se arrastrará el nota que aún va con el embozo?”, nos preguntaremos llegado junio (¡espero!). También hay que saber cómo funcionan las cosas. Diseñarse un EPI tirando de cuter, con una garrafa de 8 litros y guantes de fregar puede infundir una falsa sensación de seguridad. Como voy envuelto en plástico aquí no entra ni el wifi. Pues no, el virus no resbala por el plástico para caerse al suelo y morirse del porrazo. Esto no va así. También viven en los plásticos, los jodíos. Así que con EPI o sin, mantenga la distancia de seguridad y lávese las manos en llegando a casa. Advertencia: lo de fabricarse una txapela de papel Albal para contrarrestar las radiaciones que desde una base secreta se emite a los infectados para hipnotizarlos y que cedan los códigos bancarios a potencias extranjeras… eso… opcional en todo caso y cogido con pinzas, aunque admito que tales teorías de la conspiración crean ambiente.

Alemanes duros de pelar. Bien se sabe que los boches son duros de pelar. Para explicar que en Alemania con parecidos contagios confirmados lleven 90 muertos (de momento), en tanto nosotros vamos por los 1.800 se suele atender al dato cierto de que allí hay más UCIs por habitante. Es verdad. Que se destinan más recursos, que tienen la mayor red de laboratorios del mundo, fijo.  También es un dato que en España e Italia, líderes mundiales en longevidad, la expectativa de vida ronda los 83, en Alemania los 81. Eso quiere decir que tenemos un porcentaje más elevado de población senil. 1.150.000 mayores de 85 años. Abuelos a cascoporro. Muchos de ellos internos en residencias. Por cierto, y aquí otra diferencia con Alemania, en España y por las tardes las residencias se llenan de familiares. Los hijos suelen asumir como deber fraternal estar con sus progenitores y, en general, es algo que los internos agradecen. Eso en Alemania no pasa; si tu Großvater anda en el asilo le vas a ver, acaso, el día habilitado a tal fin y el resto del año como el que tiene un tío en Alcalá. No lo vean como un síntoma de deshumanización, es un hecho cultural, sin más.  Parecido pasa en los hospitales, allí raro es el hospitalizado que tiene compañía; aquí nos da pena el enfermo solitario y cuando cae alguno de los nuestros nos turnamos para asegurarnos que se come el yogur y la crema de verduras; quien más quien menos se ha tirado hasta el alba recostado en los sillones-cama de la Seguridad Social. En consecuencia, y a diferencia de otros países, tenemos hospitales y residencias cuajaditos de gérmenes de tanto cariño que nos dispensamos. En la cultura mediterránea los sistemas sanitarios capean tal trajín, en parte, porque un enfermo acompañado da menos guerra a la plantilla, y en parte también porque, seres familiares que somos, no entendemos dejar a los abuelos en la estacada. Porque para nosotros ayudarnos y querernos consiste en estar unos con otros: en celebrarnos. Y efectivamente,  llegan pandemias y palmamos más, y ese es un hecho. Pero también lo es que con menos UCIS por cada mil habitantes vivimos más que el resto. Por algo será.

Colas para donar sangre en Avenida Acueduto.

 

Author: Luis Besa

Luis Besa. Periodista,

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4 Comments

  1. Aunque esas personas que subieron a cotos a pasear no fueran bien preparadas para el frío (ya que dias antes hizo de primavera) no está bien que se les llame ‘tontos, estúpidos y modorros’. Todos los años se producen rescates incluso de montañistas expertos y no es razón para que un ‘redactor’ muestre su falta de educación. Si bien la sanción que han recibido le parece poco escarmiento al ‘redactor’, que se hubiera metido a juez para escribir en la sentencia: -pues yo le ponía a trabajar gratis un año por modorro… Y que así reluzca la sensatez de quien critica.

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    • Chico, que piel más fina tienes. Lo mínimo que pienso yo de estos dos especímenes, es lo que el redactor ha publicado. Mientras otros jodidos en casa estos dos personajes se lo saltan a la torera y tienen que acudir varias unidades a recatarles. Cuando esas unidades tendrían que estar en otras zonas donde son más necesarios ahora mismo. Desde luego la multa la veo de chiste, y un insulto a los que estamos cumpliendo a rajatabla lo mandado. Así que tonto, estúpidos y nosotros es lo único que se les puede llamar

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      • *nosotros no!!! Modorros! Maldito corrector!

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    • Tonto es el que hace tonterias, y estos hicieron una y muy grande. Esta es una situación excepcional la cual implica quedarse en casa. Nada de salir. Yo creo que no hace falta explicar más sin ser muy listo.

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